El 'Juntos podemos' no vale para todo

El 'Juntos podemos' no vale para todo

¿Realmente cree Coca Cola que la subida de la prima de riesgo, los cinco millones de parados y la desconfianza de Europa en España es culpa de la desunión de los españoles?

El último partido de España tuvo una audiencia de 13 millones de personas. El más visto de los tres jugados hasta ahora por la selección en la Eurocopa. Por tanto, en el segundo 11 del descanso, una cantidad aproximada de españoles leyó en su televisor: "Europa desconfía de España. La subida fiscal penalizará las rentas medias, mientras la oposición aprovecha para endurecer sus críticas al Ejecutivo". Durante menos de un segundo, ese es el mensaje que Coca Cola ha querido que los españoles lean. Por cierto, con una foto que muestra a unos dobles de Rajoy y Zapatero de parecido razonablemente logrado.

Después, otra cantidad de eslóganes invitaron al optimismo, con la proclama 'Juntos Podemos' y a beber 'cocacolas', claro está. Los responsables del guión de este anuncio señalan que su única intención es invitar al optimismo. "La publicidad debe servir para ilusionar al país. No tiene que ser vista solo como negocio", explicó el pasado 6 de junio en ABC el publicista Gonzalo Sánchez Taiz, como portavoz de la agencia McCann Erickson, responsable de la campaña.

¿Realmente cree Coca Cola que la subida de la prima de riesgo, los cinco millones de parados y la desconfianza de Europa en España es culpa de la desunión de los españoles? Apelar a la unidad como táctica deportiva puede tener su lógica. Lo hace Iberdrola en su anuncio y también lo sugiere Cruzcampo. Pero en el ámbito político y económico, esta apelación a la unidad tiene un parentesco lejano al éxito que, salvo en algunos blogs de crítica publicitaria, no se ha debatido en exceso.

La Selección española es un ejemplo de unidad, equilibrio, sentido común, liderazgo y talento generacional. Si algo le falta a la gestión política de la crisis, a juzgar por expertos en economía como el periodista Joaquín Estefanía, es precisamente eso. El escritor y periodista de El Paísprevé así las próximas cumbres de mandatarios: "Declaraciones de principio y solemnidades retóricas, vacías de voluntad política y de soluciones técnicas. La opinión pública no soportará otra vez tanto engaño, tanta impotencia de sus líderes. No hay más salida que medidas concretas y un calendario explícito para superar esta pesadilla económica, tan larga y profunda.

El equipo de Del Bosque demostró ayer ser todo lo contrario a lo que define a un mandatario mundial. Pese a mostrar algunos titubeos, el equipo se mantuvo compacto, decidido y sólido ante la incertidumbre. Los ataques de los especuladores croatas fueron bien frenados por las reservas de Casillas. La política de crecimiento fue incentivada desde el banquillo con soluciones basadas en el conocimiento y la paciencia a largo plazo. España, ante una eventual salida de la Euro no optó por un plan E (de especulación) sino que optó por la ciencia de las botas de sus centrocampistas que al final, en el minuto 84, salieron de la crisis.

Puestos a vender optimismo ante la crisis mediante el fútbol, recomiendo seguir el ejemplo de Quilmes en Argentina.