Trump se reserva la final de la Super Bowl para otro anuncio: subida desde el lunes de aranceles para otros socios de EEUU
El presidente estadounidense endurece su política comercial con nuevas tasas a las importaciones de acero y aluminio mientras se convierte en el primer inquilino de la Casa Blanca en asistir al partido de fútbol americano, culmen de la temporada.

Donald Trump no pierde el tiempo. El nuevo presidente de Estados Unidos ha anunciado este domingo la imposición de aranceles del 25% sobre las importaciones de aluminio y acero a partir de este lunes. Esta nueva medida, con la que sacude otra vez el tablero del comercio mundial, afectará a todos los países que exportan estos materiales a los EEUU.
"Es muy sencillo. Si nos cobran, les cobramos", ha argüido el mandatario durante el viaje a bordo del Air Force One para asistir a la final de la Super Bowl en Nueva Orleans, entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles, que será la primera de la historia en la que un presidente ve el partido en directo, desde la grada.
"Cualquier acero que venga va a tener que tener un 25% de arancel. También el aluminio. 25% para los dos", ha señalado Trump desde el avión presidencial, desde donde también ha advertido de que endurecerá los aranceles si otros países responden con medidas de represalia y, además, ha deslizado la posibilidad de aplicar su política arancelaria hacia la importación de chips semiconductores, productos farmacéuticos, petróleo o gas.
Los nuevos gravámenes sobre productos importados se aplicarán "casi de inmediato", desde el lunes, y afectarán "a todos los países". Además, ha adelantado que elevará aún más los aranceles en respuesta a las medidas de represalia adoptadas por otros países, aunque ha emplazado al martes o al miércoles para concretar las cifras de esta decisión.
En su primer mandato, Donald Trump impuso aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio, pero luego otorgó cuotas libres de impuestos a varios socios comerciales de los Estados Unidos, incluidos Canadá, México y Brasil. El pasado 1 de febrero, el presidente anunciaba la subida de un 10% a los aranceles de los productos importados desde China y de un 25% para los que llegasen de Canadá y México. Sin embargo, estos dos últimos casos han quedado en suspenso, al menos durante un mes, después de lograr acuerdos para reforzar la seguridad en la frontera norte y sur estadounidense.
Pero no todo es política arancelaria con Trump. El republicano también ha aprovechado el día para reavivar una de las muchas polémicas decisiones que ha tomado desde su vuelta al Despacho Oval: el cambio de nombre del Golfo de México al de América. El mandatario ha declarado el 9 de febrero como el Día del Golfo de América.
Un día para "recuperar con orgullo la historia de la grandeza de los EEUU", según explica un comunicado de la Casa Blanca en el que insta "a todas las autoridades y funcionarios, y a toda la gente de Estados Unidos a disfrutar de este día con programas, ceremonias y actividades apropiadas". Trump firmaba el 20 de enero un decreto en el que rebautizaba como Golfo de América la franja de mar que baña Texas, Luisiana, Misisipi, Alabama y Florida, hasta la frontera con México y Cuba.