Avance histórico para la detección temprana del Alzheimer: un simple análisis de sangre

Avance histórico para la detección temprana del Alzheimer: un simple análisis de sangre

El equipo científico de Estados Unidos desarrollan una prueba de sangre basada en anticuerpos que permiten diagnosticar la enfermedad.

Ilustración de dos científicos estudiando un cerebro humano.zhuweiyi49 via Getty Images

Un grupo de neurocientíficos dirigido por un investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) ha desarrollado una prueba para detectar un nuevo marcador de la neurodegeneración de la enfermedad de Alzheimer en una muestra de sangre, según publica en la revista Brain.

El biomarcador, denominado “tau derivado del cerebro” (BD-tau), supera los resultados de las actuales pruebas de diagnóstico en sangre utilizadas para detectar clínicamente la neurodegeneración relacionada con el Alzheimer. Es específico de la enfermedad de Alzheimer y se correlaciona bien con los biomarcadores de neurodegeneración del Alzheimer en el líquido cefalorraquídeo (LCR).

“En la actualidad, para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer es necesario realizar pruebas de neuroimagen ―explica el doctor Thomas Karikari, autor principal y profesor adjunto de Psiquiatría en Pitt―. Esas pruebas son caras y se tarda mucho en programarlas, y muchos pacientes, incluso en Estados Unidos, no tienen acceso a escáneres de IRM y PET. La accesibilidad es un problema importante”.

Actualmente, para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer, los médicos utilizan las directrices establecidas en 2011 por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento y la Asociación de Alzheimer. Las directrices, denominadas Marco AT(N), exigen la detección de tres componentes distintos de la patología del Alzheimer ―la presencia de placas amiloides, ovillos de tau y neurodegeneración en el cerebro―, ya sea por imágenes o mediante el análisis de muestras de LCR.

Pero ambos enfoques adolecen de limitaciones económicas y prácticas, lo que impone la necesidad de desarrollar biomarcadores de AT(N) cómodos y fiables en muestras de sangre, cuya recogida sea mínimamente invasiva y requiera menos recursos. El desarrollo de herramientas sencillas que detecten signos de Alzheimer en la sangre sin comprometer la calidad es un paso importante para mejorar la accesibilidad, afirma Karikari.

“La utilidad más importante de los biomarcadores sanguíneos es mejorar la vida de las personas y mejorar la confianza clínica y la predicción del riesgo en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer”, añade Karikari.

Los métodos actuales de diagnóstico sanguíneo pueden detectar con precisión anomalías en la beta amiloide plasmática y la forma fosforilada de tau, dos de los tres parámetros necesarios para diagnosticar con seguridad la enfermedad de Alzheimer. Pero el mayor obstáculo para aplicar el marco AT(N) a las muestras de sangre radica en la dificultad de detectar marcadores de neurodegeneración específicos del cerebro y no influidos por contaminantes potencialmente engañosos producidos en otras partes del organismo.

Por ejemplo, los niveles sanguíneos de neurofilamentos ligeros, un marcador proteínico del daño de las células nerviosas, se elevan en la enfermedad de Alzheimer, el Parkinson y otras demencias, lo que los hace menos útiles cuando se intenta diferenciar la enfermedad de Alzheimer de otras afecciones neurodegenerativas. Por otra parte, la detección de tau total en la sangre resultó ser menos informativa que el control de sus niveles en el LCR.

Aplicando sus conocimientos de biología molecular y bioquímica de las proteínas tau en distintos tejidos, como el cerebro, Karikari y su equipo, que incluye científicos de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), desarrollaron una técnica para detectar selectivamente la BD-tau evitando las proteínas “big tau” flotantes producidas por células ajenas al cerebro.

Para ello, diseñaron un anticuerpo especial que se une selectivamente a la BD-tau, haciéndola fácilmente detectable en la sangre. Validaron su ensayo en más de 600 muestras de pacientes de cinco cohortes independientes, incluidas las de pacientes cuyo diagnóstico de enfermedad de Alzheimer se confirmó tras su fallecimiento, así como de pacientes con deficiencias de memoria indicativas de Alzheimer en fase inicial.

Las pruebas demostraron que los niveles de BD-tau detectados en muestras de sangre de pacientes con Alzheimer mediante el nuevo ensayo coincidían con los niveles de tau en el LCR y distinguían con fiabilidad el Alzheimer de otras enfermedades neurodegenerativas. Los niveles de BD-tau también se correlacionaron con la gravedad de las placas amiloides y los ovillos de tau en el tejido cerebral confirmada mediante análisis de autopsias cerebrales.

Los científicos esperan que el seguimiento de los niveles sanguíneos de BD-tau pueda mejorar el diseño de los ensayos clínicos y facilitar la selección e inscripción de pacientes de poblaciones que históricamente no se han incluido en las cohortes de investigación.

“Existe una enorme necesidad de diversidad en la investigación clínica, no sólo por el color de la piel, sino también por el nivel socioeconómico ―subraya Karikari―. Para desarrollar mejores fármacos, los ensayos deben incluir a personas de distintos orígenes y no sólo a quienes viven cerca de centros médicos académicos”.

“Un análisis de sangre es más barato, seguro y fácil de administrar, y puede mejorar la confianza clínica a la hora de diagnosticar el Alzheimer y seleccionar a los participantes en los ensayos clínicos y el seguimiento de la enfermedad”, concluye.

Karikari y su equipo tienen previsto realizar una validación clínica a gran escala de la BD-tau en sangre en una amplia gama de grupos de investigación, incluidos los que reclutan participantes de diversos orígenes raciales y étnicos, de clínicas de la memoria y de la comunidad.

Además, estos estudios incluirán adultos mayores sin evidencia biológica de la enfermedad de Alzheimer, así como aquellos en diferentes etapas de la enfermedad. Estos proyectos son cruciales para garantizar que los resultados de los biomarcadores sean generalizables a personas de todos los orígenes, y allanarán el camino para que BD-tau esté disponible comercialmente para su uso clínico y pronóstico generalizado.