Japón cierra sus heridas en la inauguración de los Juegos de Tokio

Japón cierra sus heridas en la inauguración de los Juegos de Tokio

La organización apuesta por la emotividad en una ceremonia marcada por la sobriedad y la pandemia.

La llama olímpica arde junto a la bandera de Japón en los Juegos de Tokio 2020.Matthias Hangst via Getty Images

Hace menos de diez años, Jacques Rogge, entonces presidente del COI, daba la vuelta a una cartulina donde se podía leer el nombre de la ciudad de Tokio, capital de Japón.

Era la sede elegida para albergar los Juegos Olímpicos del año 2020, una fecha que quedaba aún muy lejos y para la que el país nipón esperaba estar recuperado de lo que acababa de vivir apenas un año antes.

En marzo de 2011, un fuerte terremoto seguido de un brutal tsunami arrasó buena parte del país, dejando un rastro de casi 16.000 víctimas y miles de desaparecidos.

Cuando Tokio logró los Juegos, Japón confiaba en estar mejor diez años después. La tozuda realidad ha querido que la celebración de este evento, tan deseado por muchas ciudades del planeta, hayan sido los más excepcionales de la historia.

Se ha podido ver en la ceremonia inaugural celebrada este viernes, un año después de la fecha prevista por la pandemia de coronavirus que, ironías del destino, ya se ha cobrado en Japón una cifra muy similar de vidas a las que se llevó el tsunami: 15.000.

Entonces nadie sabía lo que era la incidencia acumulada y que este dato provocaría que las gradas del estadio olímpico estuvieran vacías durante la ceremonia de apertura de los Juegos.

Con este contexto, los organizadores de Tokio 2020 han buscado aunar sobriedad con homenaje a las víctimas y con espíritu de superación nacional.

Sin muchos alardes, más allá de la espectacular bola del mundo formada en el cielo por 1.800 ‘drones’, la ceremonia de arranque de los Juegos ha transitado de la emoción y la nostalgia a la celebración que han aportado los atletas con su presencia en el estadio.

En la ceremonia hemos visto a anónimos servidores públicos que han estado en primera línea durante la pandemia de coronavirus y a famosos intérpretes como John Legend y el español Alejandro Sanz, que han cantado Imagine de John Lennon, ese tema tan trillado que, sin embargo, todavía une a muchos.

La entrada de los deportistas ha servido de descanso y disfrute del espectador, que se ha emocionado con la llegada de quienes serán los protagonistas desde hoy hasta el próximo 8 de agosto.

Como novedad, se ha permitido a las delegaciones que incluyeran a dos abanderados: una mujer y un hombre. Salvo algunos países como Emiratos Árabes, la mayoría han optado por esta opción con la que se buscaba apoyar la igualdad de géneros.

Los encargados de llevar la bandera de España han sido la nadadora Mireia Belmonte y el piragüista Saúl Craviotto, medallistas olímpicos que han liderado la representación española en los Juegos, que estará compuesta por 321 atletas.

Tras el desfile, que ha terminado cuando se llevaban más de dos horas y media de ceremonia, ha llegado el turno de los discursos. Seiko Hashimoto, presidenta del Comité Organizador, no ha podido evitar emocionarse al recordar los últimos años de su país.

“Hace años, cuando preparábamos los Juegos, muchas personas de nuestro país estaban de luto por terremoto y el tsunami”, ha rememorado. “Personas de todo el mundo nos tendieron la mano animándonos a seguir adelante juntos. Diez años después, estamos aquí para mostrar el alcance de la recuperación de Japón”, ha afirmado.

Thomas Bach, actual presidente del COI, ha definido los Juegos de Tokio como “un momento de esperanza”. “La pandemia nos obligó a estar separados, pero hoy, en cualquier parte del mundo estamos unidos para compartir este momento juntos. La llama olímpica hace que esta luz brille más que nunca”, ha aseverado en su alocución.

Casi cuatro horas después de arrancar, la tenista japonesa Naomi Osaka portaba el último relevo de la antorcha olímpica acercándose a una bola con forma de flor que se ha abierto para mostrar el pebetero que, desde hoy y hasta el próximo 8 de agosto mantendrá viva la llama del olimpismo que busca alimentar la esperanza de todo un país.

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