Edu Galán: "El que quiera ser protagonista de su propia vida que se vaya preparando para medicarse"

Edu Galán: "El que quiera ser protagonista de su propia vida que se vaya preparando para medicarse"

Entrevista al cofundador de la revista 'Mongolia' que ha publicado el ensayo 'El Síndrome Woody Allen'.

El escritor Edu Galán.JEOSM

“Woody Allen pederasta”. Intro. Una rápida búsqueda por Twitter deja claro que para cientos de personas el cineasta neoyorkino abusó sexualmente de su hija adoptiva, aunque esos hechos nunca han sido probados. La vida y obra de Allen, de 84 años, está en entredicho desde 1992, cuando empezó una relación con Soon-Yi, de 22, la hija adoptiva de Mia Farrow y André Previn. Allen nunca ha sido juzgado y hasta tres organismos independientes han desestimado su caso. Pero eso ya no importa.

En este guirigay de acusaciones, linchamientos y declaraciones, el escritor Edu Galán ha querido poner algo de cordura con un ensayo titulado El Síndrome Woody AllenEl libro nace de una idea: Galán impartió un curso sobre Woody Allen en 2007 en la Universidad de Oviedo sin que se formase ningún escándalo relacionado con la vida personal del cineasta. ¿Sería posible, más de 10 años después, dar un curso sobre Woody Allen en la universidad sin generar polémica?

El cofundador de la revista Mongolia reconoce que se ha “quemado las cejas” preparando este ensayo en el que abarca la polémica historia personal del cineasta neoyorkino con reflexiones acerca de la sociedad actual. “Este libro no sale de ciencia infusa. No me llegó como la revelación de Jorge Fernández Díaz en Las Vegas con la Virgen”, explica. 

  Portada de 'El Síndrome Woody Allen'.Amazon

En el libro explicas cómo Woody Allen pasó de ser inocente a culpable en 10 años. 

La idea era mostrar cómo una parte de la sociedad, a partir de lo que ha ocurrido en los últimos 10 años, ha caído en la popularización de las tecnologías muy asociadas a la exacerbación del ‘Yo’. Es decir, al mecanismo neoliberal que hace que la mercancía de venta sea la expresión de uno mismo. Que lo que se vende en las redes es cómo estás y tu opinión. La verdad pasa a ser individual, ya no existe un consenso sobre la verdad y cada uno posee su verdad. Es esta cosa infecta de cada uno es como es. 

Lo que dicen los concursantes de Gran Hermano...

A través de frases de reality podríamos entender cómo esta sociedad ha cambiado hacia una exacerbación del ‘Yo’. De ‘Yo mismo’. De lo que Yo pienso. Belén Esteban repite mucho esto de ‘yo, yo, yo’. A partir de esta deriva sentimental, donde la sociedad te da altavoces falsos para expresar tu Yo, te conviertes en juez y tus sentimientos se convierten en juez. 

Esto, que es contrario al derecho, hace que en determinados casos muy sentimentales, donde hay unas víctimas y un depredador, se cree una sentimentalidad donde se crucifique socialmente a alguien que, aparentemente, es un hombre opresor blanco cuando no existen datos para que esto ocurra. El único argumento es el sentimiento. La repugnancia. Es que me repugna. Eso como único valor judicial nos convierte en una sociedad puritana, donde además cada uno tenemos en nuestras manos un arma delatora, que es el móvil donde expresar esa repugnancia. 

Decía Sabina en una charla con Arturo Pérez Reverte que él estaba en contra de lo de “ser tú mismo”, defendía que es mejor aprender de los demás. 

Lo mejor de nosotros son los demás. En esta sociedad el objetivo principal es estar tranquilo contigo mismo. Vi hace unos días un manifiesto en el que exigían ser protagonistas de su propia vida. Esto es absurdo y peligroso porque creerse que puedes ser protagonista de tu vida sin estar sujeto a tu clase social, al género con el que has nacido o a tantísimas circunstancias de la vida... Esa aspiración que te venden las redes y las marcas solo y únicamente conduce a la frustración y a la ansiedad. No hay solución de ningún tipo. Alguien que quiera ser protagonista de su propia vida que se vaya preparando para medicarse. 

Es socorrido llamar 'señoro' o 'fobo' a alguien porque ya lo calificas de enfermo y de que no se puede hablar con él"
Edu Galán

El cómico David Suárez, en pleitos por un tuit con una broma sexual sobre el Síndrome de Down, afirmaba cuando lo despidieron que el problema era que las marcas “reaccionan de forma histérica y desproporcionada a las quejas del primero que, en busca de casito en redes, llegue a 500 retuits”. 

De grupos sociales reducidos que hacen mucho ruido se puden producir cancelaciones de cómicos. Esos grupos dicen ‘qué pasa, que no vamos a poder decir quién nos gusta’, nadie niega esto. Aquí el problema es el paso siguiente. Querer que los despidan. He visto a gente atada en la puerta de un show de Jorge Cremades para que nadie pueda entrar. 

Las multinacionales son expertas en dar la razón a cosas que no cambian nada. Estos grupos juegan con causas muy respetables para lograr un fin y hacen que si tú no los apoyas seas culpable tanto o más que la obra de propagar la violación, la violencia de género y el antirracismo. Si me dices que una obra propaga el racismo te diría que necesito datos. 

Y llegan los boicots. Piden el boicot de Patria por un cartel, algo que ya le pasó a Borja Cobeaga con Fe de etarras y hasta la Casa de Papel por las declaraciones de una de sus actrices. 

Con el cartel de Patria queda comprobado que este movimiento censor y puritano es transversal porque ocurrieron dos casos seguidos con Patria y el cartel de Netflix en el que aparecían unas niñas vestidas de forma provocativa. La reacción de la derecha y la izquierda, a partir de un cartel hecho por un departamento de marketing, fue irracional y de turba.

No importaba lo que hubiese ocurrido, importaba ofrecer interpretaciones paranoides sobre cada uno de los carteles. En lugar de ser retadas desde los medios fueron amplificadas. Vivimos en un momento de tal crispación que ya no aceptamos algo como el error. Todo tiene detrás una intención horripilante. No se interpreta que el de marketing es imbécil e hizo un cartel inadecuado, se interpreta que hay una maldad socialcomunista que quiere expandir la idea de víctimas y verdugos son lo mismo o que quieren expandir la violación de niñas.

Las multinacionales son expertas en dar la razón a cosas que no cambian nada"
Edu Galán

A ti te ha pasado, en Twitter ya no eres de izquierdas y pasas a ser un pollavieja y un señoro. 

Y al revés. Hermann Tertsch me considera un rojo y un socialcomunista. Cuando no hay argumentos, se va al ad hominem y me dicen que soy un señor blanco, bueno igual The New York Times dice lo contrario, privilegiado.

La izquierda es muy diversa y contradictoria. Hay grupos de la izquierda con los que no iría ni a tomar el café, que es boba y ni me acerco. No quiero estar en una izquierda que interpreta la historia de forma adanista. En lugar de derecha e izquierda hay que hablar de lo racional y lo irracional, lo leído y lo no leído.

Siempre me he alejado de una izquierda sentimental que pone #BlackLivesMatter o no sé qué leches. Estoy en una izquierda marxista y materialista.

Si te digo “Ok Boomer”...

Como el chicle. Como soy un puto iletrado no sabía qué era eso. Me preocupa que los argumentos ya no se valoren por la potencia y que sea por la edad que tienes o una cosa que yo descubro constantemente: que a mí me descalifican por las opiniones de mis amigos. “Es que tu pareja piensa que, o es que Arturo Pérez-Reverte...”.

La cultura de la cancelación está muy presente. Ahora están quemando el libro nuevo de J.K Rowling por “tránsfoba”. 

El problema no es que no se quejen. Se puede quejar y decir, aunque no lo creo, que JK Rowling es una tránsfoba. A mí me parece absurdo el efecto de quemar sus libros. No se puede despachar una cosa tan seria así porque sí. Yo creo que aquí lo que hay establecer son argumentaciones.

Como dijo José Errasti, es socorrido llamar señoro o fobo a alguien porque ya lo calificas de enfermo y de que no se puede hablar con él. El problema es pasar de ahí a la turba o al linchamiento, no que no te guste o no estar de acuerdo. 

A mí me dan igual JK. Rowling y Woody Allen, me preocupa que se cree un clima en el que tu profesión es un campo minado en el que te juegas el empleo por no decir lo que quiere el 100% de la población. 

Me preocupa que se cree un clima en el que tu profesión es un campo minado en el que te juegas el empleo"
Edu Galán

De hecho hay actores, como Timothée Chalamet y Kate Winslet que han cancelado a posteriori a Woody Allen, después de trabajar con él. 

Si se arrepienten de verdad son imbéciles. Porque los hechos son de 1992, no costaba nada entrar en Wikipedia. Si, como yo creo, lo hacen por marketing, mejor. Es un discurso que les habrá preparado el representante. Ya me dirás que sabrán. Este libro no me llegó como la revelación de Jorge Fernández Díaz en con la virgen en Las Vegas. Sé más que Kate Winslet y que su representante. 

Lo mismo pasa con Fernando Simón. A ojos de uno se le tiene que criticar todo. Todo está mal. Es un horror. Un tío al que habría que haber matado desde el minuto uno. Y luego hay una turba de fans que todo lo que hace es perfecto. Dice que se va a cagar en el Consejo de ministros y dicen ‘bueno no es un político podrá cagar donde quiera, podrá irse con Calleja’. Siempre he desconfiado de la gente a la que entronizan. 

Hablas de una sociedad infantilizada. Durante la pandemia ha surgido el debate de si el Gobierno trató a los ciudadanos como a niños por no mostrar las imágenes de los fallecidos por coronavirus.  

A nivel psicológico hubiese sido bueno ver muchas más imágenes. Es muy difícil saber hasta cuándo porque si hay demasiadas hay riesgo de que haya habituación: si pongo todos los días un asesinato al final no te conmueve. Entre eso y no haber visto imágenes del horror que hemos vivido hay un término medio. Es durísimo pero necesitamos verlo para ser conscientes. 

Una parte de la sociedad y de la prensa pedía que se tratase a la ciudadanía como adultos. 

A los políticos se les pide que nos traten como adultos y, de pronto, cuando nos tratan con crudeza les pedimos que bajen el tono, que digan que no va tan mal la cosa y que no sean tan crudos. En esa balanza los políticos están siempre más del lado sentimental. No ha habido gestión, ha habido palabras. Entre verdad e identidad, prefiero la verdad. Es difícil que no caigan en el sentimentalismo por mucho que los votantes pidan que se les trate como adultos. 

¿Se puede separar al artista de la obra?

En algunos artistas, la obra está muy cercana a la persona. Su ideología y demás. Es una relación muy intrincada. Dejar de leer una obra o ver una obra por la vida privada de un artista convertiría la cultura en una serie de obras recortadas que pierden el sentido de la contextualización. Abogo por dejar el paternalismo y que cada uno sea maduro y que entienda las circunstancias de cada época.

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Álvaro Palazón es redactor de virales, televisión y de deporte en 'ElHuffPost' y trabaja desde Madrid. Es Licenciado por la Universidad Miguel Hernández de Elche. Puedes contactar con él en alvaro.palazon@huffpost.es