El antifeminismo se cita en Vistalegre

El antifeminismo se cita en Vistalegre

El partido de ultraderecha Vox no consigue llenar las 15.000 plazas en el día de la igualdad.

Simpatizantes de Vox salen de Vistalegre.JAVIER PORTILLO / EL HUFFPOST

Vox ha convocado al antifeminismo este domingo 8 de marzo en el palacio de Vistalegre, en Madrid, pero no ha conseguido llenar los 15.000 asientos de la antigua plaza de toros. La ultraderecha temía el gatillazo desde que decidió hacer coincidir la asamblea del partido, que revalidó este sábado a su líder, con el día de reivindicación por la igualdad entre hombres y mujeres.

La jugada no le ha salido bien a los de Santiago Abascal, aun habiendo desplegado una red de autocares con destino Madrid que ha salido temprano desde las principales ciudades de España.

Para curarse en salud, por si la cifra de asistentes (9.000, según los datos del partido), desmerecía el acto, la dirección de Vox ha recomendado a primera hora no acudir a Vistalegre por la crisis del coronavirus. No obstante, a pesar de su preocupación por el Covid19, la ultraderecha no ha suspendido el mitin.

Los simpatizantes, ataviados con banderas de España y algunos con la cruz de Borgoña —emblema en algunos escudos militares—, han empezado a entrar al recinto pasadas las 10.30. El único morado que se ha visto en Vistalegre ha sido el de las siglas de Podemos que se han proyectado en un vídeo en el que se ha ridiculizado al partido del vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias. Pero no solo. También al PSOE y a los medios de comunicación -El País, La Sexta y Cuatro-, del “consenso ‘progre’.

La encargada de recordar a los asistentes que este domingo es el día de la mujer ha sido Rocío Monasterio. La líder del partido en Madrid ha puesto rostro al antifeminismo orgulloso de Vox. “No hables en mi nombre”. Quienes acuden a los actos de la ultraderecha creen fervientemente “en la familia” y “en los valores tradicionales que han hecho grandes a España”. Se lo dice un hombre en la cuarentena a su hermano, quien asiente y zanja: “Eso es”.

Los que se han atrevido a venir a Vistalegre lo han hecho con los suyos, con quienes conversan bandera de España en mano. La organización ha dejado una en cada asiento para que ondearan al ritmo de El novio de la muerte, el himno de la Legión. También de los pasodobles que han animado la espera hasta que ha empezado el acto minutos después de las 12.00.

Los silbidos y los abucheos se han propagado con rapidez cuando ha aparecido en la pantalla la ministra de Igualdad, Irene Montero. “Anda, vete tú sola borracha a casa, payasa”, le ha espetado una mujer en la cincuentena. Montero no ha sido la única que se ha llevado los gritos. También “las feministas” que, según Vox, han atacado en Barcelona un autobús en el que iban a venir algunos simpatizantes al acto en el madrileño barrio de Carabanchel.

“El consenso ‘progre’ busca colectivizarnos e imponer dogmas”, ha lanzado Monasterio. La dirigente ha firmado los ataques al feminismo, al que ha acusado de someter a las mujeres, de colocarlas contra los hombres, de controlarlas y de “ponerlas un bikini sobre un burka”. Para Monasterio, el feminismo es desigualdad y un corsé impuesto por la izquierda que dice a todas lo que deben que pensar y que tienen que atacar a los hombres.

Junto a Monasterio, Macarena Olona, portavoz en el Congreso, ha salido corriendo a lanzar un alegato en defensa del varón. “El hombre no viola, viola un violador”. Olona ha contagiado su entusiasmo por la masculinidad, que ha esparcido aplausos y vítores por la antigua plaza de toros. Los dirigentes que han intervenido han cargado contra conquistas sociales como el aborto y otras que se esperan conquistar, como la eutanasia.

El secretario general del partido, Javier Ortega Smith, ha subido a la tribuna para decir que “el 8 de marzo cambió el mundo”. Pero Ortega no pensaba en las mujeres, si no en el comunismo. Ese día, de 1917, prendió la chispa de Revolución rusa. “Es una fecha para olvidar porque empezó la ideología más sanguinaria”. A las mujeres no las ha nombrado.

El plato fuerte lo ha puesto el líder. Santiago Abascal ha criticado con dureza a Irene Montero: “Tiene un ministerio a medida por ser la mujer del vicepresidente”. Así ha puesto en pie a los seguidores; a quienes también ha hecho reir cuando se ha dirigido a Pablo Iglesias, “el macho alfa que salió en tromba a defender a su mujer ministra de otro ministro”. Carcajadas.

El jefe de Vox ha defendido la soberanía española, que cree amenazada. Y esa airada defensa despierta a los simpatizantes. Con el jefe, los seguidores de Vox se desmelenan: abucheos al Gobierno y aplausos y gritos a favor la Legión. “Que entren en Barcelona y en un día se acaba el problema, joder. Arriba la Legión”, lanza un joven con una camiseta rojigualda.

Su grito anima a otro. “A limpiar que hay mucha mierda”. Lo grita cuando Abascal se queja de que “todos los medios” han recogido que un “fulano de tal” se ha marchado enfadado de Vox, en referencia a María del Carmen Vázquez y José María Rodríguez, los dos diputados del partido en Ceuta que lo abandonaron en enero por “discrepancias ideológicas”.

Tras tres Vistalegres, el partido y sus simpatizantes buscan pureza ideológica para “mantener España viva”. Vox sigue armando la alternativa para erigirse en la voz más dura contra Sánchez.