La Justicia rusa condena a Alexéi Navalni a otros nueve años de cárcel

La Justicia rusa condena a Alexéi Navalni a otros nueve años de cárcel

El opositor ruso ha sido declarado culpable de estafa en gran cuantía, por lo que además deberá pagar una multa.

Alexei Navalni, en febrero de 2021, en la corte de Babuskinsky, Moscú.via Associated Press

El líder opositor ruso, Alexéi Navalni, ha sido condenado este martes por la Justicia rusa a otros nueve años de cárcel tras ser declarado culpable de estafa en gran cuantía, según ha informado su equipo en Telegram.

La sentencia fue dictada en la prisión donde actualmente cumple condena por un antiguo caso penal e incluye una multa de 1,2 millones de rublos (cerca de 12.000 dólares).

“Navalni cometió una estafa, es decir la apropiación de bienes ajenos mediante engaño y abuso de confianza”, pronunció la jueza Margarita Kótova, citada por la agencia Interfax, al leer el fallo condenatorio en una vista celebrada en la prisión donde cumple condena el opositor.

Los investigadores rusos acusan al opositor, de 45 años, de haber desviado, junto con sus colaboradores, varios millones de rublos de donaciones entregadas a su organización de lucha contra la corrupción.

“Sostengo que detrás de los hechos está Putin”

El Fondo de Lucha Contra la Corrupción (FBK, por sus siglas en ruso) de Navalni, que combate contra el enriquecimiento ilícito entre altos cargos rusos, fue ilegalizado en el país en junio de 2021 al considerar la Justicia su actividad como “extremista”.

Desde febrero de 2021, Navalni, considerado una de las voces más críticas con el Kremlin, cumple una pena de dos años y medio de cárcel por otro caso de supuesto fraude que se remonta a 2014.

En 2020, el opositor pasó varios meses en tratamiento en Alemania tras haber sobrevivido a un envenenamiento mediante un agente nervioso, del que responsabilizó al presidente ruso, Vladímir Putin.

“Sostengo que detrás de los hechos está Putin y no tengo otras versiones de lo ocurrido”, dijo el opositor al semanario alemán Der Spiegel tras ser dado de alta en Berlín.