Roberto Brasero: "Como hemos ido en polo hasta ayer pensamos que siempre va a ser así y no puede ser"

Roberto Brasero: "Como hemos ido en polo hasta ayer pensamos que siempre va a ser así y no puede ser"

Entrevista con el conocido meteorólogo de Antena 3, que explica el cambio de tiempo en España y advierte a corto y medio plazo sobre el cambio climático.

Roberto Brasero, en un acto recienteSOPA Images via Getty Images

Su voz suena a hogar, a familia reunida para saber qué tiempo vendrá mañana. Meteorólogos hay muchos, pero con el carisma y el toque de Roberto Brasero (Talavera de la Reina, 1971) no tantos.

Con una fluidez envidiable en sus explicaciones, el comunicador de Tu tiempo en Antena 3 atiende a El HuffPost recién salido el último ‘parte’ televisivo. La enésima alerta de la AEMET y los primeros fríos del invierno climatológico (el que empieza el 1 de diciembre) son el pie para hablar largo y tendido del clima y sus riesgos.

Pero también de cómo los meteorólogos hoy se están convirtiendo en parte del star system mediático, una suerte de influencers con capacidad de influir con una sola palabra. Por ello, Brasero huye de los pronósticos hechos “con bola de cristal” porque “no siempre podemos responder con un ‘sí’ o un ‘no’” y emplaza  a “la ciencia”.

Y advierte... “en diciembre es normal que haga frío”, por mucho que nos hayamos acostumbrado “a ir en polo o a bañarnos en la playa”. Algo falla si eso ocurre, deja caer.

Se suceden las alertas desde hace días. ¿Nos va a venir una ola de frío polar o sencillamente va a hacer el frío propio de diciembre?

No hay ninguna ola de frío por el momento. Es un frío normal de diciembre pero un poco adelantado. Hay que pensar que en otoño no hemos tenido las temperaturas normales y ahora diciembre trae pronto el frío, pero dentro de cierta normalidad.

Desde que arrancó el jueves el invierno climatológico vivimos situaciones de pleno invierno. Vienen heladas en buena parte de la península, pero nada raro que atribuir a fenómenos con nombres difíciles de comprender y rimbombantes.

Ya que hablamos de nombres llamativos, ¿vamos a tener que vivir entre alertas meteorológicas por tanto fenómeno brusco de aquí en adelante?

Puede surgir un problema de comunicación al respecto, porque fenómenos así siempre han existido, pero nunca había saltado tanto a los medios al no tener tanta implicación. Yo también tengo este conflicto en mi programa.

Ahora, por ejemplo, hablamos del vórtice polar y su posible rotura que conllevaría mucho frío. Se está vigilando y se está viendo si puede generar un episodio de frío pero no será el de este sábado o estos días, no tiene que ver.

Hablando de calentamiento global, en el invierno de Filomena y aún con Filomena, la media de tres meses de invierno marcó temperaturas por encima de la media

Con nombres raros o no, sufrimos una Filomena hace poco y a la par nos enfrentamos a unos veranos cada vez más cálidos. ¿España está preparada para resistir a un tiempo tan extremo?

Mientras sean episodios puntuales, sí, porque el ser humano lleva preparándose desde que existe. Podemos decir que los climas extremos lo que van a hacer es disminuir la calidad de vida y nuestra primera manera de prepararnos es adelantarnos y gestionar recursos de manera distinta.

Te pongo un ejemplo, no creo que haya que invertir en quitanieves si habrá una Filomena cada 10-15 años, pero esos veranos sí deberían hacernos replantear los materiales de construcción, la manera de refrigerar nuestras casas ahorrando energéticamente.

La disponibilidad de recursos hídricos es otro problema que ya tenemos y más que vamos a tener... y en esto en España deberíamos hacer una gestión mucho mejor.

¿Ha cambiado la concepción de la meteorología en la sociedad, hacia una necesidad de predecir el futuro a largo plazo?

Me parece formidable esta pregunta, porque nosotros trabajamos con ciencia, basándonos en modelos matemáticos, sobre el futuro y siempre se tiene gran incertidumbre. No siempre podemos responder con un ‘sí’ o un ‘no’ y nuestras explicaciones no siempre entran en una noticia o una pieza de televisión.

Es lógico que exista esa demanda de información a tres meses vista, cuando me voy de vacaciones, la boda que tengo en abril... Pero hay que decir que la ciencia no puede dar una respuesta a si habrá una tormenta en tres meses. En una semana el nivel de acierto llega al 90% y la sociedad ve esto y piensa que por qué no vamos a saber hoy lo que pasará en marzo. Y no. Lo que sí podemos hacer es proyecciones de cómo podría ser el tiempo a largo plazo.

Hablando de esas proyecciones un tanto generalizadas, ¿podemos esperar una temporada de más lluvia?

Vienen buenas noticias, si lo entendemos como la necesidad de que llueva. Anunciamos un arranque de diciembre lluvioso y eso es muy bueno, parece que hay un cambio de patrón atmosférico, más allá de una simple borrasca.

No creo que haya que invertir en quitanieves si habrá una Filomena cada 10-15 años, pero esos veranos sí deberían hacernos replantear los materiales de construcción, la manera de refrigerar nuestras casas ahorrando energéticamente

¿Hemos perdido un poco el norte con ese concepto del buen tiempo y el mal tiempo?

Es que si me preguntas si va a hacer buen o mal tiempo te digo que depende de lo que necesites. Si es irte de viaje y vienen lluvias te va a hacer malo, pero si necesitas agua para los campos, pantanos... te digo que será buen tiempo.

Lo que no puede ser es que como hemos ido en polo hasta ayer pensemos que siempre va a ser así y que ahora nos quejemos de que haga mucho frío en diciembre... que es diciembre.

Uno de los grandes problemas que tenemos es el concepto de ‘tiempo desfasado’. Que nos podamos bañar en la playa en el puente de octubre salvo que te pille una DANA no puede ser. Y si el verano se alarga mucho o el frío se adelanta es un problema para todos, personas, medioambiente... Por ejemplo, lo que más ha dañado el campo este años fue aquella ola de calor que hubo en mayo-junio... no tanto la de agosto.

¿Estáis obligados más que nunca a hacer pedagogía ante los movimientos negacionistas de una realidad como el cambio climático? Aquello de “pues hoy hace frío...”

Es que siempre ha hecho frío en invierno y va a seguir haciendo frío, pero los datos nos dicen que no vale mirar solo un momento. Hay que mirar un conjunto de varios años. Y ahí no hay discusión, como tampoco en que este año va a ser más cálido que el anterior.

Nadie concluye que desaparezcan los inviernos fríos, sino que predominarán los inviernos cálidos sobre los fríos. De hecho, hablando de calentamiento global, en el invierno de Filomena y aún con Filomena, la media de tres meses de invierno marcó temperaturas por encima de la media. Fue una nevada excepcional, pero si se ve el mes, enero acabó con calor y el trimestre fue cálido. Hasta Zamora ese enero marcó sus temperaturas máximas.

Lo que dice la ciencia es que los fenómenos que se van a repetir con más frecuencia van a ser las olas de calor. Y la media está clara, vienen años cada vez más cálidos.

Es lógico que exista esa demanda de información a tres meses vista, las vacaciones, esa boda en abril... Pero hay que decir que la ciencia no puede dar una respuesta a si habrá una tormenta en tres meses

Hay que hacer esta pregunta, ¿qué se puede esperar del tiempo para Navidad?

De aquí a la Navidad los pronósticos son tan a brocha gorda que no podemos acogernos a ninguna predicción creíble. Lo mismo te digo con otra duda habitual, hoy no se puede decir si vendrá otra Filomena en 2022.

Cambiamos el foco del radar. La guerra en Ucrania amenaza con cronificarse en un país destrozado y con los suministros energéticos bajo mínimos ¿Viene ya verdaderamente el temido invierno?

Sí, ya empieza lo peor. Hasta ahora, como se ha dicho, el cambio climático estaba ‘combatiendo’ a Putin, pero ya ha empezado la descarga de aire frío y la situación es compleja. Ahora el asedio no es a la comida, sino a la calefacción.

Las previsiones no son halagüeñas a corto plazo, pero a largo plazo esa misma previsión es que la media de temperaturas del invierno esté por encima de la media. Pero esto no quita que haya momentos extremos, con jornadas de nevadas y frío muy crudo.