La paradoja de la mujer que irá a la cárcel por evitar que su hija viera a su maltratador

La paradoja de la mujer que irá a la cárcel por evitar que su hija viera a su maltratador

María Salmerón incumplió el régimen de visitas de su hija al padre, condenado por violencia machista. Ahora el Gobierno le ha denegado el que sería su cuarto indulto.

María Salmerón, en una concentración a las puertas del Congreso en protesta por la denegación de su indulto. Madrid, 4 de mayo de 2022.J.J. Guillén / EFE

Es “cuanto menos paradójico”, un “despropósito”, “surrealista”. A veces faltan los adjetivos para describir situaciones en la vida de una persona. En este caso, de una mujer sevillana, superviviente de violencia machista, madre, que está a punto de entrar a la cárcel por incumplir el régimen de visitas de su hija –Miriam, ahora de 21 años– al padre –condenado por maltrato–. El nombre de la mujer es María Salmerón, y el próximo 18 de mayo deberá presentarse en los juzgados de Sevilla previsiblemente para conocer la fecha de su ingreso en prisión.

María Salmerón atiende a El HuffPost por teléfono apenas unas horas después de recibir la citación. “La verdad es que no estoy muy bien, no estoy nada bien”, responde con la voz algo ronca. 

El pasado 26 de abril, el Gobierno le denegó el que sería su cuarto indulto para eximirla de una pena de 9 meses de cárcel por desobediencia, al incumplir el régimen de visitas. El Ministerio de Justicia, liderado por Pilar Llop, alegó que lo hacía “por imperativo legal”, al no poder conceder esta medida de gracia a personas reincidentes a menos que el tribunal sentenciador emitiera un informe favorable, algo que no se ha producido. 

No nos esperábamos este varapalo

Ni María Salmerón, ni su entorno, ni parte del Gobierno entienden esta decisión. La mujer lleva inmersa en una turbulenta batalla judicial desde el año 2000, cuando decidió separarse de su marido, a los pocos meses del nacimiento de Miriam. En 2008, el hombre fue condenado a 21 meses de cárcel por maltratarla física y psicológicamente, pero nunca llegó a ingresar por no tener antecedentes. Un año más tarde, le dieron al padre la custodia de la niña por incumplimiento del régimen de visitas. Hoy, Miriam recuerda aquella etapa como “una de las peores” de su vida, según contó en una entrevista reciente con El País.

Casi dos años después, la niña volvió a casa de María y, según el relato de ambas, pidió no volver a ver a su padre. Se lo suplicó a su madre, a los trabajadores del punto de encuentro que coordinaban las visitas, y a los jueces que quisieron escucharla. En 2015, una jueza accedió por fin a esta petición. El juzgado determinó que “atendiendo a la edad de la menor [15 años], con notable juicio y grado de madurez, se ha dispuesto que no tenga la obligación de acudir al punto de encuentro”. La niña “verá al padre cuando, donde y como quiera, si quiere”, señalaba la sentencia. 

El padre no quedó entonces conforme, y volvió a formular otras denuncias y demandas que han prosperado hasta hoy. 

  María Salmerón, en una imagen de archivo.María José López/Europa Press

María Salmerón tiene relativamente asumido que su entrada a prisión está cerca. El próximo miércoles 18 se presentará a su cita en los juzgados, pero también tiene claro que recurrirá el no indulto del Gobierno, como penúltima esperanza. “¿Cómo no voy a ejercer mi derecho a recurso? Él [su exmarido] también tuvo derecho a recurrir mis indultos”, replica la mujer, al otro lado del teléfono.

Reconoce María Salmerón que no se esperaba esta negativa por parte del actual Ejecutivo. Los Gobiernos de José María Aznar (2012) y de Mariano Rajoy (febrero y julio de 2016) sí le otorgaron los indultos, aunque el último fue anulado por el Tribunal Supremo al ser “muy cercano en el tiempo” al anterior que se le había concedido. 

El indulto no podía ser total, pero sí podría haber sido parcial
Isabel Machado

“No nos esperábamos este varapalo”, confiesa Isabel Machado, miembro de la Plataforma de apoyo a María Salmerón. “Si los tres indultos anteriores fueron otorgados por Gobiernos conservadores, del PP, dábamos por hecho que un Gobierno progresista y feminista se lo iba a conceder”, dice.

El Ministerio de Justicia alega que no ha “tenido margen” al ser María reincidente y contar con informes desfavorables del juzgado y la Fiscalía. El entorno de la mujer considera que había una tercera vía. “Con estas circunstancias, el indulto no podía ser total, pero sí podría haber sido parcial”, sostiene Machado. 

Una situación “cuanto menos paradójica”

En este mismo sentido se pronunció el pasado 28 de abril la Asociación de Mujeres Juezas (AMJE), que en un comunicado criticó la situación “cuanto menos paradójica” de este caso en el que el condenado por violencia de género no ha tenido que cumplir la pena de 21 meses mientras que la víctima deberá “cumplir 9 meses de prisión por intentar proteger a su hija de un padre violento”. 

El anuncio de que esta vez no le dan la medida de gracia pilla a María en un momento de por sí difícil. Hasta el pasado mes, la mujer estaba de baja médica. El 2 de mayo, y pese a que el psiquiatra no le recomendaba volver a trabajar, según cuenta, tuvo que reincorporarse a su puesto como auxiliar de enfermería en una residencia de mayores. “El trabajo es muy duro; aparte de físicamente, psicológicamente no me encuentro muy bien. Lo estoy pasando muy mal, la verdad”, relata María. “Ahora mismo estoy en la cama, porque no me puedo casi levantar”, dice. Mientras tanto, sigue en tratamiento médico: “Esta situación no se puede llevar sin ayuda”.

María es una mujer muy fuerte, pero está destrozada. Son muchos años de lucha, parece que el exmarido quiere luchar contra ella hasta la extinción

María es “una mujer muy fuerte, pero está destrozada”, reconoce Isabel Machado. “Son muchos años de lucha, ya más de 20 años luchando fundamentalmente por los derechos de su hija”, asegura. “Ella no está tranquila nunca jamás; hay una obsesión por parte de su exmarido de machacarla constantemente. Parece que quiere luchar contra ella hasta la extinción. La tiene muy machacada”, cuenta.

  Marí­a Salmerón, en una concentración en Sevilla para reclamar su indulto, el 22 de abril de 2022.Europa Press

La hija de María, Miriam, vive en el extranjero, pero no es en absoluto ajena a la situación. Después de que su madre haya luchado tantos años por ella, ahora es ella la que quiere sacar la cara por María. “Estoy viva gracias a mi madre, porque podría haber sido una víctima de violencia vicaria”, contó la joven a El País

Estoy viva gracias a mi madre, porque podría haber sido una víctima de violencia vicaria
Miriam, hija de María Salmerón (El País)

“Evidentemente, ella tampoco está bien”, sostiene la madre. “Ahora no sabe si tendrá que irse del país donde vive, si tendrá que abandonar todo lo que se ha labrado y venirse para acá”, explica la mujer. “Ella no quiere pensar en esto, de momento. Sería una tortura pensar eso todo el rato”, dice. 

“Hubo desobediencia, pero nadie se interesó por los motivos”

Desde fuera cuesta comprender que la Justicia requiera la entrada en prisión de una mujer víctima de violencia de género por no llevar a su hija a ver a su maltratador cuando la propia niña se negaba. Y que el Gobierno no pueda hacer nada por evitarlo porque la mujer es reincidente.

“Efectivamente, ha habido desobediencia, pero nadie se ha interesado o se ha preocupado por conocer los motivos”, replica María. “No han querido saber qué le pasaba a mi hija, por qué no quería ver a su padre, no les importó nada, lo que prevalecía era el interés superior del padre”, remacha. A lo que Isabel Machado añade: “Claro que María es reincidente, muchísimo. Cada vez que no ha acudido a una visita, reincide en lo mismo, pero el delito no es más que uno”.

La portavoz de la Plataforma en defensa de María Salmerón lamenta que el Gobierno se escude en la Ley del indulto, una norma que data de 1870. También esto ha sido criticado por la Asociación de Mujeres Juezas. “¿Cómo es posible que no se haga una interpretación más flexible de esta norma de 152 años de antigüedad?”, plantean las juezas. AMJE recuerda que actualmente se cuenta con normas como la reciente modificación del artículo 94 del Código Civil, que desde junio establece la suspensión del régimen de visitas de menores a padres condenados o investigados por violencia de género.

¿Cómo es posible que no se haga una interpretación más flexible de esta norma de 152 años de antigüedad?
Asociación de Mujeres Juezas

Con esta nueva normativa, “la situación de María hoy no estaría permitida”, recalca Isabel Machado, que recuerda que “el padre de Miriam fue condenado a 21 meses de cárcel”, aunque no los llegara a cumplir.

La “tremenda injusticia” de que María tenga que ir a la cárcel

Machado urge “una solución” para María Salmerón, ya sea “de tipo judicial o bien de tipo administrativo”. Es “una tremenda injusticia que María tenga que entrar en la cárcel, un despropósito”, reitera. Para la propia María, la situación es “surrealista”. Es la pena de cárcel, claro, pero también las multas que ha tenido que pagar todos estos años a su maltratador por incumplir las visitas. 

El pasado 8 de mayo, el diario Público reveló que el Ministerio de Justicia había presentado el no indulto a Salmerón de forma camuflada al Consejo de Ministros, entre las cuestiones denominadas de “codificación verde”, sobre las que no se suele debatir porque hay consenso. Tanto la ministra de Igualdad, Irene Montero, como la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, como la delegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rosell, criticaron posteriormente en Twitter el rechazo al indulto. 

La propia María Salmerón cuenta a El HuffPost que Rosell la llamó ese mismo miércoles por la tarde, sin dar crédito a que ese ‘no indulto’ fuera para ella. “Nadie sabía que mi nombre iba en ese lote; si no, no lo firman”, sostiene María, en referencia a los ministros reunidos en aquel Consejo del que salió el “lote” refrendado.

“No he podido tener vida”

De nuevo, a María Salmerón le faltan las palabras para expresar lo que siente ahora y lo que lleva soportando casi la mitad de sus 57 años de vida. “Ha sido un infierno todos estos años”, dice. “Me ha hipotecado la vida. No he podido tener vida, ni la tengo todavía”, lamenta. 

El daño es irreversible. Me la han jugado
María Salmerón

La mujer se duele por lo que ha sufrido y por lo que sufre, pero también por lo que tiene aún por delante. “Creo que ya a la edad que tengo no voy a poder recuperar la vida”, confiesa María. “Por mucho que se resuelva esto ahora, el daño es irreversible. Me la han jugado. Ya no se me puede resarcir con nada”, sostiene. “No sé cómo se repara esto. El daño este es irreparable. Para eso tendrían que darme una máquina del tiempo, ponerme en el punto de partida y vivir bien mi vida. Pero eso no me lo va a poder dar nadie”.  

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es