¿Por qué el roscón de Reyes lleva fruta escarchada si no le gusta a nadie?

¿Por qué el roscón de Reyes lleva fruta escarchada si no le gusta a nadie?

Tiene un significado que la hace imprescindible.

Roscón de Reyes decorado con fruta escarchada.

Gusta poco o más bien nada. Sin embargo, el roscón de Reyes no puede salir de la panadería o del supermercado sin haber sido previamente decorado con una buena dosis de fruta escarchada, acompañada de azúcar y almendras molidas.

Da igual que esas piezas rojas, naranjas y verdes terminen muchas veces abandonadas en el plato y luego vayan a la basura, un roscón no es roscón si no va coronado con estos colores.

El motivo es puramente simbólico. Según la leyenda, esas piezas representan las piedras preciosas que los Reyes Magos de Oriente lucían en sus túnicas cuando fueron a adorar al niño en Belén. Serían principalmente rubíes (rojo), jade y esmeralda (verde).

  fruta escarchada en el roscón

La explicación resulta lógica, lo que no es tan claro es cuándo se adoptó esta costumbre. “Estos bollos llegaron de Francia, y allí no llevaban fruta, simplemente eran un roscón de brioche azucarado”, explicaba Xavier Canal, propietario de las pastelerías Canal de Barcelona, en La Vanguardia. Fue el rey Felipe V quien se encargó de traerlos a España hacia mediados del siglo XVIII.

Dos siglos después, explican en la web de la casa Lazaya, especializada en conserva de fruta, el ingrediente ya estaba asentado como uno más en la receta. Empezó a incorporarse a principios de siglo. Los primeros cocineros que las incluyeron guindas, naranjas y calabaza confitadas en la elaboración fueron el francés Adolphe Solichon en El Arte Culinario: Tratado Practico y Completo de Cocina, Pasteleria y Repostería (1901) y María Mestayer, alias la Marquesa de Parabere, en su recetario Confitería y repostería (1929).