Si quieres ser cauto estas navidades, no vale con cumplir la ley

Si quieres ser cauto estas navidades, no vale con cumplir la ley

Que esté permitido no quiere decir que sea seguro.

Varias amigas celebran la Navidad por videoconferencia.Getty Images

El 24 puedes reunirte con nueve familiares y allegados, el 25 con otros nueve, y repetir la operación los días 31 de diciembre y 1 de enero sin haber hecho nada ilegal. Ante la ley, un comportamiento impecable. Ante el sentido común, todo mal.

La gente lleva semanas planeando estas navidades y esperando, con razón, que los Gobiernos central y autonómicos presentaran su plan. El 2 de diciembre se desveló el misterio y, dejando a un lado las dudas sobre los allegados, la gente hizo planes. Compró billetes, avisó a sus padres de que al final volvía a casa por Navidad, confirmó a su hermana que podrían verse en Año Nuevo después de meses a distancia...

En ese momento la curva de coronavirus estaba en descenso; dos semanas después, los datos, que antes parecían maravillosos, dieron un toque de realidad. La incidencia subía después de semanas a la baja. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, advirtió esta mañana de que no le temblaría la mano si tenía que endurecer las medidas del plan de Navidad. Algunos líderes autonómicos se mostraron favorables a esta posibilidad, y los epidemiólogos urgieron a que así se hiciera.

Finalmente, el Ministerio de Sanidad ha acordado con las comunidades que sean estas las que, en función de su situación epidemiológica, endurezcan más o menos las restricciones ya establecidas. Y entonces vuelven las dudas y la confusión: ¿de verdad van a cambiar los planes a una semana de la Navidad?

¿Realmente la población necesita una norma por escrito, o un ‘policía en cada casa’, para celebrar una Navidad acorde a esta situación?

Por otro lado, surge otra cuestión: ¿Realmente la población necesita una norma por escrito, o un ‘policía en cada casa’, para celebrar una Navidad acorde a esta situación? Probablemente, la respuesta es que sí. 

Al margen de prohibiciones de movilidad, el concepto de ‘ser prudentes’ no significa lo mismo, en la práctica, si se pregunta a diferentes personas. ¿Es prudente reunirse 10 personas si todas han hecho un aislamiento previo? ¿Es prudente juntarse cuatro, pero cada uno de una casa diferente? ¿Es prudente viajar para pasar las navidades con tus padres después de tres meses sin verlos? 

Es relativo. Pero hay cosas que no lo son. Teniendo en cuenta que no existe el riesgo cero, hay muchas formas de minimizarlo, y cuantas más se empleen, más efectivas serán. 

A los epidemiólogos les duele la boca de decirlo, pero algunos ‘lemas pandémicos’ no han calado todavía lo suficiente. Que sí, que hay que usar mascarilla, pero no de cualquier manera, y no vale quitársela cuando se está reunido entre familiares o amigos

Pero además de eso, hay que evitar aglomeraciones (un consejo válido en cualquier momento, pero más en estas fechas); hay que limitar las estancias en interiores y potenciarlas al aire libre; hay que plantearse que quizás es mejor hacer una comida, con ventilación, que una cena, ya que por la noche hace mucho más frío; hay que tratar de aislarse, dentro de lo posible, si vas a reunirte con una persona vulnerable; hay que cumplir de verdad (de nuevo, si es posible) las distancias de seguridad entre personas en cualquier reunión. 

La población tiene que recordar que ‘lo permitido’ no es igual a ‘lo seguro’

Lo ideal es que todo el mundo se quede en casa (en su residencia habitual) estas navidades; pero como, siendo realistas, esto no va a ser así en muchos casos, lo que toca es poner capas y capas de prevención para evitarnos futuros disgustos, a nosotros, a nuestra familia, y a todo el país.

Como señala Javier Padilla, autor de Epidemiocracia, “las instituciones tienen que actuar decididamente en base a los datos y a la protección de lxs más vulnerables; la población tiene que recordar que ‘lo permitido’ no es igual a ‘lo seguro’”.

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es