"Spaindemia" y el 8M

"Spaindemia" y el 8M

El “machoconservadurismo” todavía no se ha enterado de que la infección por el coronavirus ha afectado a todo el planeta.

Manifestación 25-N.Reuters.

El “machoconservadurismo” todavía no se ha enterado de que la infección por el coronavirus ha afectado a todo el planeta. Dos años después de su inicio, de más de 261 millones de personas infectadas por todo el globo y de 5 millones de muertes, siguen pensando que el problema se limita a España, como si la pandemia en realidad hubiera sido una “Spaindemia”.

Esta percepción puede deberse a dos circunstancias, o creen que de todo lo que ocurre por lo largo y ancho del planeta sólo importa lo que sucede en nuestro país, o bien piensan que España es el mundo. Es lo que tiene partir de una idea de patria definida por la triple referencia de “una, grande y libre”, que al final entienden que “una es única”, “grande es planetaria”, y “libre es decir y hacer lo que quieran”. 

Y no es así, por más que les moleste a muchos la realidad que tenemos. Por eso desconsideran los informes emitidos por la OMS durante este tiempo, la evolución de la pandemia por todo el planeta, y las diferentes olas que se han producido como consecuencia de la interacción del virus y sus variantes con la situación social y las medidas sanitarias adoptadas, entre ellas la vacunación.

Todo ello podría parecer que se debe a una falta de conocimiento, pero esa no es la razón. El “machoconservadurismo” sabe muy bien todo lo que hace porque su estrategia es clara y se basa en los dos elementos que definen su posición: por un lado, la historia como fundamento de su planteamiento conservador, y por otro, la construcción androcéntrica como principio sobre el que dar sentido a la realidad. Esta doble referencia (conservadurismo y machismo) busca mantener la construcción cultural que los hombres han decidido y, por tanto, atacar todo aquello que cuestione al modelo o que actúe en contra de la normalidad definida por él.

Y la amenaza más importante para una construcción levantada sobre la desigualdad que los hombres han decidido, es la igualdad que proponen las mujeres feministas. Por eso el “machoconservadurismo”  utiliza cualquier oportunidad que se presente con el objeto de conseguir ese doble objetivo de consolidar su modelo y atacar a las mujeres y al feminismo.

Un ejemplo lo tenemos con su “Spaindemia” y el 8M. Desde el principio intentaron relacionar la evolución de la infección en España con las manifestaciones del 8M, sobre todo en Madrid por la visibilidad y repercusión que tenía sobre toda España y el extranjero, por ello no dudaron en cuestionar a distintas ministras y políticas feministas que se hablaron sobre el tema. En cambio, nunca dijeron nada, y siguen sin hacerlo, sobre los partidos de fútbol y competiciones deportivas que se disputaron ese mismo día, ni de las misas y actos religiosos que se celebraron, tampoco de las actividades culturales y concentraciones de personas en espacios de ocio... para ellos todo se limita y se reduce al 8M y las mujeres. 

Así lo han hecho en repetidas ocasiones a lo largo de este año y medio, y ahora con las declaraciones de la ministra Yolanda Díaz han vuelto a retomar la iniciativa como si fuera una nueva ola de su estrategia.

No se dan cuenta de que al revisar la hemeroteca aparecen una serie de inconsistencias en su planteamiento general que demuestran, una vez más, que todas estas declaraciones sólo buscan alimentar el odio que la propia cultura machista genera contra las mujeres. 

Yolanda Díaz ha declarado que el 15 de febrero de 2020 ya era consciente de la gravedad de la pandemia porque vio la situación en Italia. Sin embargo, la prensa italiana recoge que en los primeros casos de COVID-19 se confirman el 31-1-20 en dos turistas chinos que se encontraban en Roma. Una semana después, es decir, sobre el 7 de febrero, se diagnosticó el primer caso de la enfermedad en una persona italiana, concretamente en un hombre que fue repatriado desde la ciudad china de Wuham, foco de la pandemia. Tras este tercer caso se identificaron 16 más en Lombardía el 21 de febrero, y al día siguiente hubo 60 más y se produjo la primera muerte (22-2-20).

El día 2 de marzo había cuatro zonas en Italia según las diferentes restricciones adoptadas, y hasta el 9 de marzo no se extendió la cuarentena a todo el país. Por su parte la OMS determinó que la COVID-19 podía caracterizarse como una pandemia el 11-3-20.

Es decir, el confinamiento en España se produjo cinco días después que en Italia, a pesar de la evolución seguida en ese país, y 3 días más tarde de que la OMS declara la pandemia. Las dos fechas fueron tras el 8M.

Todo ello refleja que durante los primeros momentos se entendió que la presencia del virus podía ser abordada con actuaciones locales y parciales, y que el fracaso de las mismas y la rápida evolución seguida en los distintos países llevó a entender la gravedad y dimensión verdadera del problema.

Es cierto que existían elementos que podrían haber hecho pensar que la situación era grave y que las medidas se pudieron adelantar, pero tratar de utilizar el resultado de la pandemia como ataque al 8M y todo lo que representa, incluso ahora que tenemos las referencias temporales de cada una de las decisiones y consecuencias, sólo demuestra que lo único que le importa al “machoconservadurismo” es defender su modelo a través del ataque a las mujeres. 

En todo ello se refleja muy bien la estrategia del “negacionismo” y su cara B del “afirmacionismo”, una estrategia que utilizan para evitar enfrentarse a la verdad incómoda que supone reconocer que el modelo androcéntrico es el responsable de la injusticia social de la desigualdad que vivimos. Por un lado, usan la negación de la violencia de género a pesar de que es parte objetiva de la realidad, y por otro, afirman que el 8M fue determinante en la evolución de la pandemia cuando es conocido que no lo fue.

Para ellos la pandemia comenzó el “8 de marzo de dos mil siempre” y todavía siguen en ese día.

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Aunque parezca extraño, soy Médico Forense, también Profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada, Especialista en Medicina Legal y Forense, y Máster en Bioética y Derecho Médico. He trabajado en el análisis del ADN en identificación humana, el análisis forense de la Sábana Santa, y en el estudio de la violencia, de manera muy especial de la violencia de género, circunstancia que llevó a que me nombraran Delegado del Gobierno para la Violencia de Género en el Ministerio de Igualdad. Los artículos que publica aquí también aparecen en su blog, pero tiene otro blog, donde escribe sobre la vida desde un ángulo mucho más literario.