Un terremoto de magnitud 8,8 en Rusia provoca desalojos masivos y alertas en la mayor parte del Pacífico
El seísmo ha provocado olas de hasta cuatro metros en la península de Kamchatka, en Japón, que ha emitido órdenes de evacuaciones masivas (también en Fukushima) y mantendrá las alertas al menos 24 horas. La zona donde se ha producido es uno de los puntos con mayor actividad volcánica y sísmica del mundo.

Un potente terremoto de magnitud 8,8 grados registrado en la península rusa de Kamchatka ha obligado a ponerse en guardia a varios territorios del océano Pacífico, especialmente Japón, que han activado la alerta por un posible tsunami y la mantendrán al menos durante 24 horas, tiempo estimado de la llegada de las olas. El seísmo ha alcanzado una profundidad de 20,7 kilómetros, convirtiéndose así en el octavo de mayor magnitud que se ha registrado en el mundo, superado este siglo por el ocurrido en Tohoku (Japón) en el año 2011, que alcanzó los 9,1. Hay alertas y avisos también en Hawái y Alaska (Estados Unidos), además de Canadá, Taiwán, Corea del Sur, Indonesia, Nueva Zelanda, Perú, Chile o Ecuador. Una advertencia transoceánica, a ambas orillas. Por el momento no constan daños en ninguna de estas zonas, pese a que hablamos del sexto seísmo más grave de la historia, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. Mientras tanto, en lugares como Filipinas o la costa oriental de China, la alerta por tsunami se ha cancelado nueva horas después del seísmo al considerar que los efectos "ya han pasado en gran medida".
La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) ha advertido de olas de hasta tres metros en varias prefecturas del este y el sur del país, por lo que ha emitido órdenes de evacuación en zonas de Hokkaido, Aomori, Iwate, Miyagi, Fukushima, Ibaraki, Chiba, Kanagawa, Shizuoka, Mie y Wakayama. Afectan a 1,9 millones de personas en total, según medios locales. Es un dato enorme pero se explica, en parte, porque el país tiene muy bien engrasados estos mecanismos y porque han tenido casos terribles en el pasado, de los que han aprendido. Sin embargo, medios locales apuntan que habría una fallecida en torno a los 50 años debido a que se le habría atascado el coche.
También se mantiene un aviso de tsunami, de hasta un metro, en la bahía de Tokio, la de Osaka y las islas de Shikoku, Kyushu y Okinawa. La altura del tsunami podría elevarse, dado que pueden transcurrir varias horas desde la llegada de las primeras olas hasta que se registra la altura máxima de este fenómeno: hasta ahora se han registrado de 3 o 4 metros aunque las más comunes durante toda la mañana han estado entre los 1,3 metros.
El temblor se ha producido a las 8:25 hora local (23:25 GMT del martes), frente a la costa del sur de la península rusa de Kamchatka, y su magnitud inicial de 8 ha sido revisada al alza hasta 8,7 tanto por la JMA como por el Servicio Geológico de EEUU (USGS). Según este último, el epicentro se ha situado a unos 125 kilómetros al sureste de Petropavlovsk-Kamchatsky, una ciudad de unos 165.000 habitantes, situada a tan solo 18 kilómetros de profundidad, lo que amplifica su potencial destructivo.
“Ha sido el terremoto más fuerte en décadas de actividad sísmica”, ha asegurado a través de Telegram el gobernador de Kamchatka, Vladímir Solodov. A pesar de la violencia del seísmo, las autoridades rusas sólo han podido confirmar varios heridos leves en el extremo este del país, mientras que las olas del tsunami inundaron parte de la región de Severo-Kurilsk. Sí ha habido daños materiales, entre ellos en una guardería. Los más serios se han producido por tres olas de tsunami que han golpeado la ciudad portuaria de Severo-Kurilsk, la última de las cuales dañó la infraestructura portuaria y arrastró varios barcos amarrados hacia el estrecho. No obstante, el aeropuerto funciona con normalidad.
El ministro regional de Emergencias, Serguéi Lébedev, ha informado de un tsunami con olas de entre tres y cuatro metros en varios puntos de la costa rusa y ha pedido a la población que se aleje inmediatamente del litoral. La región de Sajalín ha declarado el estado de emergencia en las islas Kuriles del norte, aunque las autoridades locales dicen a AFP que "hubo tiempo suficiente, una hora entera" para evacuar las zonas pobladas, y los vecinos "se encuentran en la zona de seguridad contra tsunamis". Sí ha habido cortes de electricidad importantes, pero sobre todo en zonas donde ya no hay población.
Horas después, Rusia desactivaba la alerta de tsunami en la península de Kamchatka y en las islas Kuriles. "Nuestros colegas del Servicio Meteorológico y Monitoreo del Medio Ambiente desactivaron la alerta de amenaza de tsunami", ha informado en Telegram el ministro de Emergencias de la región de Kamchatka, Serguéi Lébedev.
No obstante, ha advertido en tono de broma que "esto no significa que haya que salir corriendo a toda prisa al mar a mirar los tsunami". A su vez la filial del Centro de Tsunami de Sajalín ha informado a la agencia rusa Interfax que a las 22:04 hora local (11:04 GMT) "se desactivó la alarma de Tsunami en el distrito del Norte de las Kuriles".
Las autoridades locales sostienen que hasta dentro de una semana no se sabrá el verdadero alcance de los daños.
Alerta en el Pacífico: evacuaciones en Japón y Hawaii
En Japón, el impacto del seísmo ha sido mucho más leve. El terremoto apenas ha rozado el nivel 2 en la escala sísmica nipona (centrada en medir la agitación superficial) de varias ciudades del sureste de Hokkaido, como Kushiro, Akkeshi, Shibetsu o Betsukai. Aun así, el Gobierno ha activado un operativo de emergencia en la oficina del primer ministro nipón, el Kantei, para seguir la evolución minuto a minuto, según el portavoz Yoshimasa Hayashi.
Se han observado las primeras olas de tsunami ya, con una altura de hasta 40 centímetros, en la costa de Hokkaido, la prefectura insular vecina a Rusia. Hasta el momento no hay heridos.
Los trabajadores de la planta nuclear de Fukushima, dañada por el tsunami de 2011, han sido evacuados por seguridad. Hay preocupación por que el oleaje acabe llevando, además, a las ballenas a la costa, causándoles heridas serias o hasta la muerte.
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EEUU (NOAA) ha emitido una alerta de tsunami para Hawaii y partes de Alaska y California. Las autoridades dvierten al público que se mantenga alejado de las playas y las zonas bajas. Los expertos de California dicen que es poco probable que haya víctimas catastróficas entre los estadounidenses, mientras que el gobernador de Hawái pide al público que mantenga la calma y confíe en los sistemas de vigilancia: ya han registrado la primera gran ola, de 1,2 a 1,8 metros, pero sin daños serios aún.
Josh Green, gobernador de Hawaii, afirma: "Hasta ahora no hemos visto una ola de consecuencias". Sí han visto retroceder significativamente el agua, confirma, y empieza a haber problemas con el agua corriente, y por eso se recomienda a las personas almacenar agua y esperar que la presión del agua sea baja o nula hasta que se vuelvan a abrir las válvulas.
La guardia costera estadounidense en Honolulu ha emitido una orden de evacuación de barcos comerciales de los puertos hawaianos, con todos los puertos cerrados al tráfico entrante. Cualquier embarcación cercana a Hawaii debe permanecer en alta mar hasta que pasen las olas del tsunami, según el comunicado de la guardia costera. Varios vuelos con destino a Hawái también fueron desviados en el aire, y muchos de ellos fueron redirigidos a sus aeropuertos de origen, según sitios web de seguimiento de vuelos.
Oregón y Washington están sujetos a un aviso de grado menor que advierte sobre fuertes corrientes y olas peligrosas. Las autoridades canadienses, más al norte, pidieron a los habitantes de gran parte de su costa del Pacífico que eviten también las playas y las zonas litorales.

Según la Agencia France Presse, también se han emitido alertas de tsunami en Perú y en las islas Galápagos, frente a Ecuador, donde se están realizando algunas evacuaciones "preventivas". Chile ha alertado en toda su costa para este miércoles. La costa oeste de Sudamérica está a unos 13.000 kilómetros de donde se produjo el terremoto en la península rusa de Kamchatka.
Más cerca del epicentro, también se esperaba que olas de tsunami afectasen partes del este de China, pero pasadas unas seis horas se han levantado las alertas en Shanghái y Zhejiang, positivo porque son zonas donde el monzón estaba golpeando en paralelo y hubiera sumado una doble catástrofe. Las alarmas sí siguen activas en la isla de Taiwán. También se han activado alertas preventivas en Guam y varias islas de Micronesia, además de Nueva Zelanda. De nuevo, por ahora, sin consecuencias conocidas.
En Filipinas se alertó de la llegada de olas de "menos de un metro" en varios puntos costeros del archipiélago y según los resultados del análisis de la Agencia indonesia de Meteorología, Climatología y Geofísica (BMKG), el terremoto tiene el potencial de causar un tsunami con altura inferior a 0,5 metros en el país. Sin embargo, con el paso de las horas, la alerta se ha retirado.
Rusia, Japón y gran parte de la cuenca del Pacífico se encuentran en el llamado Anillo de Fuego, una de las zonas de mayor actividad sísmica y volcánica del planeta. El seísmo de este miércoles, uno de los más intensos registrados en los últimos años en la región, ha puesto a prueba los sistemas de alerta y evacuación de múltiples países.
Kamchatka, una península llena de volcanes y seísmos
Cabe destacar que la zona, situada en el Lejano Oriente de Rusia, es uno de los lugares con mayor actividad sísmica y vocánica del mundo, llegando a resultar peligroso incluso a la aviación civil por las grandes nubes de ceniza que expulsan sus volcanes, aún activos. De hecho, el lugar cuenta con cerca de 30 volcanes activos de los casi 130 que tiene en total.
Además de la alta actividad volcánica, la región sufre constantes terremotos por encontrarse al borde de la placa tectónica norteamericana limitando con la euroasiática, la del Pacífico, y muy próxima a la placa filipina, convirtiéndose en una de las zonas con mayor actividad sísmica del planeta.
Las constantes erupciones y emisiones de cenizas amenazan a menudo el espacio aéreo, arrojando material hasta a 11 kilómetros de altura y dejando capas de casi 10 centímetros en el suelo.
La península está bañada por el mar de Ojótsk, el mar de Bering y el océano Pacífico; mientras que también conecta a través de dos cadenas de islas con Japón y Alaska.
