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Qué es un tsunami, cómo emerge y qué consecuencias puede tener

Qué es un tsunami, cómo emerge y qué consecuencias puede tener

El terremoto que se ha producido en la península rusa vuelve a poner encima de la mesa a las grandes olas del océano que pueden llegar a producir estragos en las costas que se tomen por su paso. 

Tsunami
TsunamiGetty Images

Los tsunamis son unos de los elementos de la naturaleza que pueden causar mayores estragos en las costas. Cada vez que nombran su nombre, catástrofes y pérdidas incalculables protagonizan todo lo que dejan a su paso. El reciente terremoto ocurrido en la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, ha vuelto a poner en evidencia el riesgo que representan los tsunamis para las zonas costeras del mundo. Aunque este fenómeno natural ha sido responsable de algunas de las tragedias más devastadoras de la historia moderna, hay que comprender qué es y cómo se origina.

Un tsunami es una serie de olas de gran tamaño que se generan a partir de una perturbación repentina del fondo del mar. A diferencia de las olas comunes, que son provocadas por el viento y por las mareas naturales que provoca la luna, los tsunamis surgen como consecuencia de eventos geológicos como terremotos submarinos, erupciones volcánicas o deslizamientos de tierra. Los meteoritos también pueden originarlos. El término "tsunami" proviene del japonés y significa "ola de puerto", haciendo alusión a su comportamiento engañoso: en mar abierto pueden pasar casi desapercibidos, pero al llegar a la costa aumentan drásticamente su altura, fuerza y, por consecuencia, sus destrozos. 

La causa más frecuente de un tsunami es un terremoto ocurrido bajo el océano, como es el caso que atemoriza en estos momentos a las costas del Pacífico. Cuando las placas tectónicas que forman la corteza terrestre se deslizan bruscamente, pueden provocar un levantamiento o hundimiento repentino del lecho marino. Ese movimiento desplaza una enorme masa de agua, generando ondas que se propagan a alta velocidad —superando en ocasiones los 800 kilómetros por hora— en todas direcciones. Mientras cruzan el océano, las olas pueden tener apenas unos centímetros de altura, pero al acercarse a la costa y encontrarse con aguas más someras, la energía acumulada hace que se eleven de forma violenta, arrasando todo a su paso.

Afortunadamente, muchos países cuentan hoy con sistemas de alerta temprana que permiten detectar estos eventos y advertir a las poblaciones cercanas. Es lo que está pasando en zonas como Japón y Hawaii. Sin embargo, en muchas ocasiones, la rapidez con que se produce un tsunami no deja margen para actuar, por lo que es vital que las comunidades costeras estén informadas y preparadas. Ante un fuerte sismo cerca del mar, lo más seguro es alejarse inmediatamente de la costa, incluso si no se ha emitido una alarma oficial. Otra señal de peligro es cuando el mar se retira de forma inusual: puede ser la antesala de una ola destructiva.

Las boyas de detección temprana, como el sistema DART (Deep-ocean Assessment and Reporting of Tsunamis), están equipadas con sensores de presión que detectan cambios en la altura del agua, indicando la formación de un tsunami y que sirven de referencia para los distintos países. 

El terremoto en Kamchatka, que ha alcanzado un 8,8 de magnitud, es un recordatorio de que la naturaleza sigue teniendo el poder de transformar nuestras vidas en cuestión de minutos. Comprender qué es un tsunami y cómo se produce no sólo es un ejercicio de conocimiento, sino una herramienta esencial para la prevención y la protección de millones de personas en todo el mundo.