Donald Trump ha asestado el golpe definitivo a uno de los proyectos de la Administración Biden contra Rusia. El actual gobierno republicano ha suspendido las actividades del grupo de trabajo interno creado para presionar a Moscú tras la invasión de Ucrania. 

El proyecto nació del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), cuyos miembros se vieron reforzados con personal de los Departamentos de Estado, Tesoro, el Pentágono y agencias de inteligencia, como apunta Reuters.

La 'sentencia' se esperaba desde hacía semanas, cuando la mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, incluido todo el equipo directamente involucrado en la guerra en Ucrania, fueron despedidos en una purga generalizada, según tres funcionarios.

De hecho, el final de este grupo no es una sorpresa. Uno de los cargos más relevantes del equipo era Andrew Peek, el principal funcionario del NSC para Europa y Rusia, quien fue destituido de su cargo en mayo.

 

Tampoco es algo rupturista con el rumbo marcado por Donald Trump desde su regreso a la Casa Blanca. Meses atrás ya dio por finalizados otros organismos creados para actuar contra las campañas de desinformación provenientes de Rusia.

"Perdió fuerza hacia el final porque el presidente no estaba allí. En lugar de hacer más, tal vez quería hacer menos", recoge Reuters citando fuentes de funcionarios estadounidenses anónimos.

La medida de Trump busca 'acercarse' algo más a Rusia en un momento de desencuentro entre todas las partes. El entorno del presidente de EEUU admite que está "frustrado" por la falta de avances hacia la paz o, siquiera, hacia un alto el fuego. 

Por ello, Trump habría amenazado, en primera persona o a través de su Gabinete, con retirar a EEUU de los esfuerzos de mediación entre Ucrania y Rusia si estos no avanzan en sus negociaciones.