El discurso de Trump en el Congreso: un mensaje de paz para Zelenski y dos horas para vanagloriarse
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El discurso de Trump en el Congreso: un mensaje de paz para Zelenski y dos horas para vanagloriarse

El magnate republicano, en modo campaña electoral, carga contra los demócratas para presumir de sus primeras decisiones en la Casa Blanca, defender la guerra de aranceles, sus planes contra la inmigración y los recortes de Elon Musk.

La senadora demócrata Melanie Stansbury, junto a Donald Trump, sostiene un cartel que dice: "Esto no es normal"Win McNamee

Hace cinco años, cuando el Congreso de Estados Unidos se preparaba para certificar la victoria electoral de Joe Biden, una turba enardecida por el discurso que acababa de dar Donald Trump delante del Capitolio, asaltaba la democracia del país más poderoso del mundo. En 2025, el magnate republicano ha vuelto a entrar en la cámara que se paralizó hace un lustro para vanagloriarse de lo que ha hecho en la Casa Blanca durante las seis primeras semanas de sus segundo mandato. "Estados Unidos ha regresado", proclamó, lo que desató la primera de las muchas ovaciones de los republicanos.

Porque este martes, Donald Trump no ha escatimado ni en tiempo ni en palabras. Durante casi dos horas -con su hora y 42 minutos de duración, ha sido el discurso más largo de la historia en una sesión conjunta del Congreso- el líder republicano ha repasado sus logros, ha defendido su guerra arancelaria que hunde los mercados, ha presumido de organizar "la mayor operación de deportación" en la historia del país, ha culpado de todos los males económicos a los demócratas y a su predecesor, Joe Biden, también ha vuelto a insistir en su guerra contra lo 'woke' y, ya al final del discurso, ha lanzado un mensaje conciliador con un destinatario: el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. Todo, en una sesión que ha estado marcada por los abucheos y las interrupciones de la bancada demócrata.

"Hemos logrado más en 43 días de lo que la mayoría de las administraciones consiguen en 4 u 8 años, y apenas estamos comenzando", defendió el presidente republicano, que desde su regreso a la Casa Blanca no hay día de estas últimas seis semanas en las que no haya firmado un orden ejecutiva. Hoy, sin ir más lejos, presentaba una en la que ordena la creación de una reserva natural con el nombre de una niña asesinada por un inmigrante ilegal. Los demócratas han criticado el abuso que está haciendo Donald Trump de este recurso que, por otro lado, esquivar las votaciones en el Congreso.

Entre sus “logros”, Trump ha presumido de cambiarle el nombre al golfo de México por el de Golfo de América y la declaración del inglés como el idioma oficial del país. Pero si ha habido un tema recurrente en el discurso del magnate republicano, ese es el de la guerra cultural ultraconservadora contra todo lo que consideran woke. El presidente republicano ha subrayado que con su regreso a la Casa Blanca, el país "se ha liberado" de las políticas de inclusión y diversidad aprobadas por la Administración Biden ("Te tienen que ascender y contratar por tus méritos, no por el género o la raza", ha dicho), además del veto de las mujeres trans en competiciones deportivas femeninas.

Sin tregua en los recortes y en la guerra arancelaria

Entre los invitados en el palco de honor del Congreso de Estados Unidos, además de la primera dama, Melania Trump, ha destacado la presencia de Elon Musk, figura clave en la Administración Trump para aplicar un recorte del gasto público sin precedentes, y al que los republicanos ovacionaron después de escuchar los elogios que le ha dedicado Trump sobre su trabajo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), creado para él, y que en 42 días ha cerrado la Agencia de Cooperación USAID y planteado un despido masivo de empleados públicos, aunque bloqueado por la justicia estadounidense. "Los estadounidenses nos han dado un mandato para poner en marcha un cambio profundo y audaz que abarque casi 100 años", aseguró el mandatario.

El presidente republicano también ha dejado claro que no piensa dar marcha atrás en la guerra arancelaria que ha abierto con todos sus socios comerciales y que ha hundido los mercados fruto de la incertidumbre. Así, el mismo día en el que aprobó aranceles del 25% para los productos procedentes de México y Canadá, además del 20% para los de China, sus principales socios comerciales, Trump ha justificado su agresiva política arancelaria  porque "otros países nos han estafado durante décadas y eso, no podemos permitir que pase nunca más", ha afirmado el magnate.

Además, Trump también ha anunciado que el 2 de abril entrarán en vigor los "aranceles recíprocos" en sectores y contra los países que graven a los productos estadounidenses. Un mensaje directo a la Unión Europea, Brasil o la India. El republicano defiende que estas medidas protegerán la agricultura de EEUU y, además, ha anunciado más aranceles para las materias primas como el aluminio, el cobre, la madera o el acero, aunque los expertos han advertido que esta estrategia provocará una subida de la inflación y desaceleración.

También sobre cuestiones económicas, Trump ha instado al Congreso a que de luz verde a un recorte de impuestos "para todos" y que apueste por eliminar la tributación vigente sobre propinas, horas extraordinarias o prestaciones de la Seguridad Social. Además, ha anunciado deducciones fiscales en préstamos para comprar coches fabricados en EEUU.

Respecto a otro de los temas centrales de su gobierno, la inmigración ilegal, Trump le ha pedido al Congreso que le destine fondos para poder completar "la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos", superando las cifras logradas en los años 50 por el presidente Eisenhower. "He enviado al Congreso una solicitud de financiación detallada que explica exactamente cómo eliminaremos estas amenazas y protegeremos nuestra patria", ha asegurado justo cuando su Administración no ha alcanzado la media de deportaciones mensuales de Joe Biden, lo que ha generado críticas desde los sectores más duros del Partido Republicano, que exigen expulsiones más rápidas y contundentes

Mensaje conciliador con Ucrania

En cuanto a la política exterior de Estados Unidos, parece que Donald Trump ha intentado rebajar la tensión con Ucrania, después de la desastrosa reunión con Zelenski en la Casa Blanca y que se ha traducido en la suspensión temporal del envío de ayuda militar a Kiev.  

Después de anunciarlo el mandatario ucraniano, el presidente de Estados Unidos ha dado algunas pistas sobre el contenido de la carta que le ha enviado el líder ucraniano para que conozca de primera mano, que Ucrania estaba lista para firmar "en cualquier momento" el acuerdo que permitirá a los estadounidense beneficiarse de la explotación de minerales y tierras raras ucranianas y que Kiev está dispuesta a iniciar unas negociaciones para la paz. 

"Aprecio que haya enviado esta carta”, apuntó Trump, quien ha condicionado su apoyo a Ucrania a la firma de los acuerdos favorables para Washington y ha cerrado su discurso aseguraando que Rusia ha dado "fuertes señales de estar listos para firmar la paz", aunque ha evitado detallar o aclarar las concesiones logradas por Moscú.

Protestas demócratas y expulsiones en el Congreso

El ambiente en el Congreso de Estados Unidos ha sido tenso desde el principio. Trump no solo ha arremetido contra el Partido Demócrata y la Administración Biden, a quien culpó de haber provocado una "catástrofe económica" y de ser responsable de que el precio de los huevos haya subido a niveles desconocidos en todo el país. 

La bancada demócrata ha abucheado a Trump en varias ocasiones, pero el momento más tenso de la noche llegó cuando el congresista Al Green interrumpió el discurso a gritos y de pie, señalando al presidente con un bastón, clamaba contra los recortes en Medicare y la Seguridad Social: "No tienes ningún derecho", le gritaba. El caos en la Cámara ha sido de tal magnitud que el presidente del Congreso, Mike Johnson, ha ordenado su expulsión.

La bancada demócrata, además, llegó a la Cámara preparada para las protestas. Las más llamativa, la de decenas de mujeres vestidas de color rosa en señal feminista y la de otros legisladores ataviados con carteles en los que denunciaban las "falsedades" de Trump. "El rosa no es solo un color, es un símbolo de protesta", dijo la congresista Norma Torres.

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