El Ejército israelí ordena evacuar toda la ciudad de Gaza
"Os hemos avisado, ¡salid de ahí!", avisó ayer Netanyahu, quien dijo que el hundimiento de torres era "una introducción a la poderosa operación principal" terrestre. Un millón de personas son víctimas de este desplazamiento forzoso.
La amenaza se ha consumado. El portavoz del Ejército israelí en árabe, Avichay Adraee, ha instado este martes a los gazatíes a evacuar toda la ciudad de Gaza (Palestina). "A todos los residentes de la ciudad de Gaza y a quienes se encuentran en todos sus barrios, desde la Ciudad Vieja y Tafah al este, hasta el mar al oeste", anunció por su cuenta de X. Ha sido a las 8.00 horas de Tel Aviv (una menos en Madrid).
"A todos los residentes de la ciudad de Gaza y a los presentes en todos sus barrios, desde la Ciudad Vieja y Tuffah en el este hasta el mar en el oeste: las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) están decididas a derrotar a Hamás y operarán en el área de la ciudad de Gaza con gran fuerza, como han operado en toda la Franja. Por su seguridad, evacue inmediatamente a través del Eje Rashid hacia la zona humanitaria en Al Mawasi. Permanecer en la zona es muy peligroso", sostiene el mensaje, que incluye un teléfono de contacto por si hay "obstáculos" de miembros de Hamás a esa evacuación.
Unas tres horas más tarde, toda la ciudad de Gaza ha sido clasificada ahora por el Ejército como "zona de combate peligrosa", lo que da a entender la inminencia de la ofensiva terrestre, a por todas. En el mapa publicado con su clasificación de las diferentes zonas de la franja de Gaza, la capital gazatí aparece toda de color rojo y calificada como zona de combate, en la que los civiles no estarían a salvo del fuego israelí, expone EFE.
El resto del territorio gazatí está también en rojo, excepto dos franjas junto a la costa: una al sur de la ciudad en la zona de Deir Al Balah marcada en blanco, donde supuestamente el Ejército israelí no ataca, y otra franja más al sur, en Jan Yunis, teñida de amarillo y clasificada por Israel como "zona humanitaria". El sábado pasado, el Ejército israelí anunció la creación esta "zona humanitaria" en Jan Yunis, que tiene unos 43 kilómetros cuadrados y supone un 12 % del territorio del enclave.
Ayer mismo, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ya avisó de que los ataques israelíes contra rascacielos en la asediada ciudad de Gaza, que eran la dinámica en los últimos días, eran sólo un "preludio" de la operación terrestre que prepara el Ejército. La que ahora se supone que es inminente. "Todo esto es sólo una introducción, un preludio, a la poderosa operación principal: una maniobra terrestre de nuestras fuerzas, que ahora mismo están organizándose y reuniéndose, sobre la ciudad de Gaza", aseguró en un mensaje en vídeo compartido por su oficina. En dicho mensaje, Netanyahu animó a los palestinos que se refugian en la capital gazatí a abandonar la zona. "Os hemos avisado, ¡salid de ahí!", enfatizó el líder del Likud.
Ya el pasado viernes, el Ejército israelí avisó de que comenzaría una oleada de ataques contra edificios de varias plantas en la ciudad de Gaza convertidos en "infraestructura terrorista". Desde entonces, las fuerzas israelíes han solicitado la evacuación de al menos cinco rascacielos, que fueron bombardeados poco después, informa EFE. En su mensaje, el mandatario aseguró que las fuerzas han destruido "50 torres terroristas en los dos últimos días", sin dar más detalles.
Hoy su ministro de Defensa, Israel Katz, ha hablado de "30 edificios" de uso "terrorista", de los que no ha aportado pruebas. Los testimonios recabados en la zona por la prensa palestina destacan que los bloques eran usados por familias desplazadas a Gaza, huyendo de los ataques en otros puntos del territorio. Katz ha añadido que, si Hamás no depone las armas ni libera a los rehenes, "serán destruidos y Gaza quedará en ruinas".
El pasado 4 de septiembre, el Ejército israelí aseguró que ya controla el 40 % de la ciudad de Gaza, tras tres semanas bajo bombardeos incesantes, que han dejado una media de 60 muertos diarios en la zona. Ahora lo que se espera es también la incursión terrestre, a por todas, en los próximos días. Un paso más allá, brutal, que se produce mientras varios países europeos, enojados por los bombardeos, han anunciado que reconocerán un Estado palestino en la Asamblea General de las Naciones Unidas que se celebra este mes en Nueva York, una medida que Israel rechaza.
Las consecuencias
El paso dado hoy era anunciado. El mes pasado, el Ejecutivo israelí aprobó un plan propuesto por Netanyahu y sus socios ultraderechistas y religiosos para ocupar la ciudad de Gaza, en el norte del enclave, y expulsar a sus residentes al sur. Defendía que su meta era la liberación de los 48 rehenes (20 de ellos vivos) que siguen secuestrados y la victoria total sobre Hamás, que no ha podido logar en casi dos años de ofensiva.
Entonces, cerca de un millón de palestinos se refugiaban en la localidad, muchos desplazados de otras partes del enclave por la guerra que habían intentado recurrir a las infraestructuras de la mayor ciudad, la capital, para protegerse y lograr bienes.
Según Netanyahu -cuyo juicio por corrupción se ha reactivado esta semana- unos 100.000 palestinos han abandonado ya la ciudad de cara a la ofensiva israelí, aunque la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) sitúa la cifra en unos 40.000. Quedan, pues, muchos civiles por mover, en un plazo que nadie sabe cuándo acaba y ante la incertidumbre de dónde irán: Israel les reclama que vayan al sur de la franja, donde ha creado, dice, esa zona segura en Al Mawasi.
El problema es que Tel Aviv ha atacado repetidamente esa zona, desde que la declaró como supuestamente protegida, ya en diciembre de 2023. Como no deja de repetir Naciones Unidas, no hay lugar seguro en Gaza. Y, más allá de eso, la zona del sur ya está suficientemente hacinada como para no garantizar una mínima salubridad a todas las personas que ahora se esperan. La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha denunciado, que estas personas se ven "desarraigadas por los incesantes ataques”, cada vez más confinadas en zonas "diminutas e inseguras". “La supervivencia es una lucha diaria. Ningún lugar es seguro, nadie está a salvo. El costo humano de esta violencia y desplazamiento incesantes es inmenso”, insistió en un comunicado.
"El asalto de Israel a la Ciudad de Gaza consolidará su ocupación ilegal y volverá a desplazar por la fuerza a cientos de miles de civiles palestinos, causando más muerte y destrucción. Desplazar por la fuerza a palestinos dentro o fuera de la Franja de Gaza violaría el derecho internacional humanitario y constituiría el crimen de guerra de traslado o deportación ilegal. La operación también podría poner en peligro la vida de los rehenes israelíes y socavar la posibilidad de que regresen sanos y salvos con sus familias", avisa, por su parte, Amnistía Internacional, que avisa no sólo del daño, sino de las "consecuencias catastróficas e irreversibles" de la operación.
Las organizaciones internacionales denuncian, además, que si el Gobierno de Netanyahu estaba planeando esta evacuación masiva no ha hecho lo propio con la ayuda humanitaria que los palestinos desplazados van a necesitar: los camiones con comida, agua, combustible o medicinas siguen entrando a cuentagotas desde los pasos fronterizos, hasta el punto de que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha reclamado a Israel que se deje de "mentiras" sobre la asistencia a los gazaríes. "No más excusas. No más obstáculos. No más mentiras", ha dicho.
Este martes, a través de grupos de información de Gaza en WhatsApp y Telegram, los ciudadanos están manifestando su desconcierto ante la orden. Muchos de ellos ya no tienen medios para emprender camino del sur, donde llegar es ya de por sí temerario por los ataques y las malas condiciones del terreno, y temen no tener dónde guarecerse cuando lleguen a los espacios supuestamente acotados por Israel. En Al Mawasi, donde se les encomienda sobre todo que vayan, existe hoy un enorme campamento improvisado de tiendas donde los gazatíes sobreviven sin electricidad ni agua, y que sufre ataques esporádicos de Israel. Ayer mismo, el sur fue la zona más zarandeada de la franja.
Según un informe de la OCHA conocido ayer, el 80 % del territorio palestino ya está bajo órdenes de evacuación o en zonas militarizadas por Israel.
Desde el inicio de la guerra en la Franja, el 7 de octubre de 2023, al menos 64.522 gazatíes han muerto en bombardeos israelíes, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por el partido-milicia de Hamás, desde 2007, cuando ganó las elecciones.