El mundo, a la espera de la decisión de un impulsivo Donald Trump: ¿atacará Estados Unidos a Irán?
Trump dice que nadie sabe lo que pasará, ni siquiera él. "Puede que lo haga, o puede que no", dijo ante la pregunta que ahora se hace todo el mundo. Irán ha prometido una respuesta sin precedentes contra Estados Unidos si decide intervenir.

Es la cuestión que atraviesa en estos momentos todos los despachos diplomáticos. ¿Entrará Estados Unidos en la guerra entre Irán e Israel? La pregunta, en realidad, es algo tramposa, ya que el país norteamericano ya interviene en el conflicto, aunque solo sea por el apoyo armamentístico a Israel. La cosa es si lo hará de manera directa. Israel lo necesita, dicen, porque solo Estados Unidos dispone de un arma capaz de penetrar en unas subterráneas instalaciones nucleares iraníes. Entonces, la duda. ¿Qué hará Estados Unidos? Según ha declarado Donald Trump, ni él mismo lo sabe. "Puede que lo haga, o puede que no", dijo a preguntas de los periodistas. El presidente estadounidense, acostumbrado a los impulsos, aseguró también que le genera cierta adrenalina aquello de tomar decisiones en el último segundo.
Esta semana, el diario estadounidense The Wall Street Journal publicó que Donald Trump había informado a sus asesores de que había aprobado los planes de ataque sobre Irán. El Journal basaba la información en tres fuentes anónimas. Pero Trump, a su estilo, lo negó todo. A través de su propia red social, el presidente escribió: "¡El Wall Street Journal no tiene ni idea de lo que pienso sobre Irán!"
Según comentó un funcionario estadounidense a Axios, las dudas de Trump se sustentan en que no está siquiera seguro de que el arma rompebúnkeres que precisa Israel pueda en realidad destruir la instalación iraní situada bajo una montaña. Tal y como han publicado algunos medios, entre ellos The Guardian, el mandatario estadounidense “no está convencido de la eficacia de la bomba”. Algunas personas, de hecho, han señalado que solo una bomba nuclear táctica podría lograr el objetivo de destrucción que busca Israel.
Pero Trump, además, tiene que lidiar con los suyos. La sola sospecha de que Estados Unidos pueda entrar en guerra con Irán ha generado el rechazo en sectores fuertes de MAGA. El expresentador Tucker Carlson, una de las voces más escuchadas del Make America Great Again, llamó incluso “chiflado” a Trump, aunque luego, según desveló el republicano, lo llamó para disculparse. A buena parte de los seguidores de Trump les parece que entrar en guerra con Irán rompería el famoso lema de "Estados Unidos, primero". Y ya no es solo eso. Trump se ha vendido siempre como el presidente que lograría parar los conflictos mundiales, y ya no es que no lo haya conseguido con Ucrania, sino que ahora se plantea incluso ser parte combatiente en Irán.
Pese a la incertidumbre, Estados Unidos está movilizando ya a su Ejército. Además de enviar buques, estos días se supo que también ha traído a Europa, también a España, varios aviones cisterna necesarios para reabastecer jets militares. A pesar de que el poder armamentístico estadounidense e israelí es sin duda superior al iraní, su líder supremo ha amenazado con una respuesta sin precedentes contra Estados Unidos si estos finalmente intervienen.
La opción diplomática, ahora impulsada por varios países europeos, sigue abierta al menos durante los días que Trump no anuncie por sorpresa una intervención. Estos días, los ministros de Exteriores de Reino Unido, Francia y Alemania se reunieron con su homólogo iraní. Su intención es que los iraníes se sienten de nuevo en la mesa de negociaciones, pero nada es seguro. Irán, al final, quiere seguir desarrollando su programa nuclear para disuadir a Israel, que no lo permitirá. Tampoco Estados Unidos, pero ni siquiera Europa. El canciller alemán, Friedrich Merz, de hecho, dijo el otro día que habría que agradecerles a los israelíes que hicieran el "trabajo sucio".
La realidad es que, ahora mismo, solo Donald Trump sabe qué sucederá, o ni siquiera. Su plazo es cada vez más corto y las bombas siguen cayendo en ambos lados.