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Elon Musk sale del Gobierno de Trump, "decepcionado" por su nueva política fiscal

Elon Musk sale del Gobierno de Trump, "decepcionado" por su nueva política fiscal 

“Gracias al presidente Donald Trump por darme la oportunidad de reducir el gasto derrochador", escribió el hombre más rico del mundo en X, la red social que posee.

El asesor del presidente Donald Trump, Elon Musk, en un mitin en apoyo de un candidato conservador a la Corte Suprema en Green Bay (Wisconsin), el 30 de marzo de 2025.Vincent Alban / Reuters

Ni los sombreros de campaña, ni los elogios mutuos, ni el título rimbombante de “empleado especial del Gobierno” han sido suficientes para evitar el desencuentro. Elon Musk ha anunciado su marcha del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), el experimento con el que Donald Trump quiso meterle tijera al gasto público federal. Lo ha hecho como acostumbra: sin rodeos, en su red social X, y cargando directamente contra el buque insignia de la nueva legislatura republicana. “Me decepcionó ver el enorme proyecto de ley de gastos, que aumenta el déficit presupuestario, no lo reduce”, escribió. Con ese mensaje, el magnate ha sellado una salida que se venía cocinando desde hace semanas.

Musk, que ha liderado este polémico departamento desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, ha confirmado que su “tiempo programado como empleado especial del Gobierno llega a su fin”. Ha aprovechado para agradecer al presidente “la oportunidad de reducir el gasto derrochador”, y ha lanzado un último mensaje en clave institucional: “La misión del DOGE se fortalecerá con el tiempo, a medida que se convierta en una forma de vida en todo el Gobierno”.

Fuentes de la Casa Blanca, citadas por CBS y confirmadas por la agencia Reuters, han asegurado que la salida del CEO de Tesla y SpaceX se hará efectiva esta misma noche en Washington, cuando arranque oficialmente su proceso de salida. Musk, que asumió el cargo en enero y tenía un mandato limitado a 130 días, se marcha sin haber alcanzado ni de lejos sus objetivos iniciales. Prometió recortar 2 billones de dólares del gasto federal, pero se marcha con apenas 150.000 millones en tijeretazos efectivos.

Críticas, desgaste y números rojos

Su distanciamiento con la administración se ha acentuado con la tramitación de la nueva reforma fiscal, una ley mastodóntica que ya ha pasado por la Cámara de Representantes —por un solo voto de diferencia— y que ahora se debate en el Senado. La norma, que recupera los recortes fiscales de 2017 pero aumenta de forma notable el gasto en defensa y control migratorio, ha sido la gota que ha colmado el vaso. “Minan el trabajo del equipo de DOGE”, lamentó Musk en una entrevista con CBS.

En paralelo, Musk también ha acusado el desgaste mediático y empresarial que ha supuesto su aterrizaje en Washington. Tesla ha sufrido una caída del 71% en beneficios y parte de sus accionistas le han pedido que se centre en su rol de CEO. En abril, ya adelantó que reduciría su implicación política y su aportación económica a campañas. “Creo que ya he hecho suficiente”, dijo al Washington Post, reconociendo que “la burocracia federal es mucho peor de lo que pensaba”.

El DOGE, mientras tanto, ha sido objeto de polémica desde el primer minuto. En sus primeros dos meses despidió a más de 260.000 empleados federales y paralizó numerosos programas de cooperación exterior. Aunque Trump ha defendido su gestión (“no podemos estar recortando, necesitamos conseguir mucho apoyo”), la tensión con Musk se hizo evidente. “Un proyecto de ley puede ser grande o puede ser bonito, pero no sé si puede ser ambas cosas”, ironizó el magnate.

Ahora, sin Musk, la Casa Blanca asegura que los esfuerzos por adelgazar el aparato estatal seguirán adelante. Desde el Congreso, algunos republicanos críticos con el gasto han aplaudido su postura. El senador Mike Lee ha prometido que la versión del Senado será “más agresiva” y el presidente de la Cámara, Mike Johnson, ha agradecido a Musk su labor, asegurando que “la Cámara está lista para actuar con las conclusiones del DOGE”.

Sin embargo, las cifras del Congreso no acompañan al optimismo oficialista: la Oficina Presupuestaria estima que la nueva reforma aumentará el déficit en 3,8 billones de dólares durante la próxima década. Por lo pronto, lo único seguro es que Elon Musk ha dicho adiós a la política desde el mismo lugar en el que entró: un tuit, una crítica, y una puerta cerrándose de golpe.