¿Entrará Sarkozy en la cárcel esta vez?: qué le espera ahora al expresidente francés
El político ya consiguió evitar la prisión el año pasado al reducir su condena y obtener el arresto domiciliario.
El expresidente de Francia Nicolas Sarkozy ha sido condenado a cinco años de prisión por la financiación ilegal de su campaña presidencial de 2007 con dinero procedente de Libia. La sentencia, que ha sacudido el panorama político francés, abre ahora un nuevo capítulo judicial y personal para el dirigente conservador.
Este es el quinto juicio que enfrenta Sarkozy en los últimos cinco años. En diciembre, fue condenado a tres años de cárcel por cargos de corrupción y tráfico de influencias en el conocido 'caso de las escuchas'. Sin embargo, gracias a una condena de prisión "reducida" a un año, evitó ingresar en prisión, pasando a la historia como el primer expresidente sometido a arresto domiciliario y obligado a llevar un brazalete electrónico en el tobillo para ser localizado en todo momento.
Dado el anterior castigo que recibió, muchos se hacen ahora la misma pregunta: "¿irá Sarkozy realmente a la cárcel esta vez?". La respuesta, aunque depende de varios factores legales y procesales, parece que va a ser afirmativa.
La legislación francesa establece que cualquier pena superior a un año de prisión deberá cumplirse en un centro penitenciario. Además, en este caso, el tribunal ha ordenado que la condena se haga efectiva incluso si el expresidente presenta un recurso, algo que ya ha anunciado. En todo caso, la decisión sobre la apelación se conocerá posteriormente.
Aunque el recurso no va a pausar la sentencia, su entrada en prisión no será inmediata. Es el Ministerio Público el encargado de decidir el momento de su encarcelamiento. Solo en casos excepcionales, cuando el tribunal dicta una orden de arresto en el mismo juicio, el condenado puede ser llevado de inmediato a la cárcel.
Encarcelamiento y cumplimiento de condena
Una vez ingrese en prisión, ley francesa contempla diversas modalidades para cumplir condenas, en función de su duración y de la situación personal del condenado: "Si la condena no supera un año, podría tener derecho a una reducción de la pena. En este caso, no irá a prisión y podrá cumplir la condena en otra modalidad: brazalete electrónico, semilibertad o internamiento externo".
Esto es lo que le ocurrió la vez anterior, pero ahora la pena es superior, por lo que, si no consigue una reducción notable, sobrepasa el umbral que le permitiría este tipo de alternativas. Aun así, la normativa también contempla que el régimen penitenciario debe adaptarse a cada caso.
De hecho, la ley estipula que "el régimen de ejecución de las penas de prisión debe ser individualizado", teniendo en cuenta factores como la personalidad, la edad, la situación familiar y social del condenado. "Además, el régimen de detención debe actualizarse a medida que se cumple la pena, tras evaluaciones periódicas de su personalidad y de su situación familiar, material y social", precisa.
Será el juez de aplicación de penas (JAP) quien tenga la última palabra sobre las condiciones en las que Sarkozy cumplirá su condena: "Es responsable de fijar las condiciones principales de la ejecución de las penas de prisión y supervisar su aplicación".
Esto significa que el expresidente deberá reunirse con el JAP, quien evaluará su situación personal, profesional y familiar antes de decidir el régimen más adecuado. El juez también puede modificar las condiciones a lo largo del tiempo, en función de la evolución de la condena y de la conducta del preso.
Además, el Servicio de Integración Penitenciaria y Libertad Condicional (SPIP) acompañará a Sarkozy durante todo el proceso. Este organismo se encarga de mantener los vínculos con la familia, gestionar solicitudes de ajuste de pena y preparar la eventual salida de prisión. "La misión del SPIP es apoyarlo en el proceso de ejecución de su sentencia y prepararlo para su liberación de prisión", explica la legislación francesa.