Nikki Haley se retira oficialmente de la carrera presidencial pero se resiste a apoyar públicamente a Trump

Nikki Haley se retira oficialmente de la carrera presidencial pero se resiste a apoyar públicamente a Trump

La aspirante republicana pone punto y final en su aventura por ser la inquilina de la Casa Blanca tras los resultados obtenidos durante el 'Supermartes'.

Nikki Haley y Donald Trump durante un encuentro en WashingtonMark Wilson

Era un secreto a voces desde esta mañana. El conocido como 'Supermartes' en Estados Unidos evidenció las abismales diferencias existentes entre los dos principales candidatos a la Casa Blanca, Donald Trump y Joe Biden -claros vencedores de la noche- frente a la única aspirante que quedaba en el bando republicano: la exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora de la ONU, Nikki Halley.

Los resultados fueron contundentes: de los 15 estados y el territorio que estaban llamados a votar en las primarias, Halley tan solo pudo anotarse una victoria en el estado de Vermont, siendo esta la gran sorpresa de la noche. 

Ya durante las últimas horas, diversos medios estadounidense como The New York Times' o la CNN, habían filtrado que la hasta ahora aspirante haría pública su renuncia durante la tarde de este miércoles como así ha terminado siendo.

Con una breve y escueta comparecencia ante los medios de comunicación, Haley ha confirmado la noticia: "Ha llegado el momento de suspender mi campaña", antes de asegurar despedirse "sin pesar" de esta etapa. "Aunque no sea ya candidata, no dejaré de usar mi voz para las cosas en las que creo", ha señalado.

Tras su renuncia, todos los focos apuntan desde ya a Donald Trump, que queda como único aspirante por el bando republicano, lo que hace indicar que se disputará su asiento en la Casa Blanca -como ocurriera en 2020- con Joe Biden. Así lo ha reconocido la propia Haley, consciente del escenario que ahora se abre en su partido con la única candidatura del polémico magnate.

Así, Haley ha asumido "con toda probabilidad" que será Trump el candidato republicano en los comicios de noviembre, aunque se ha negado a pedir el voto para su candidatura. Por contra, se ha limitado a dedicarle una fría felicitación y a desearle lo mismo que "a cualquiera que sea presidente".

Haley y Trump, una rivalidad que trasciende lo político

Las declaraciones de Haley han hecho patente que la relación entre Trump y Haley dista mucho de ser ideal, aunque la hasta ahora candidata ha querido dejar claro que las diferencias entre ambos no debe provocar divisiones internas. "Nuestro país es demasiado precioso para dejar que nuestras diferencias nos dividan", han sido sus palabras.

Al mismo tiempo ha señalado que es el propio Trump el único que puede "ganarse los votos" que hasta el momento se le han resistido, tanto dentro como fuera del Partido Republicano.

Haley, que fue una de las personas de confianza de Donald Trump durante su legislatura entre 2016 y 2020, al ser nombrada embajadora de EEUU ante la ONU, aseguró en las últimas semanas que no renunciaría a la candidatura después del Supermartes. Pero la realidad es innegable y los resultados cosechados en una de las jornadas clave en la carrera presidencial han sido tan reveladores como aplastantes contra sus intereses, lo que ha obligado a la candidata a tomar esta decisión.

Mientras tanto, a Donald Trump se le abre un escenario perfecto después de tres días redondos en los que, por un lado el Supremo confirmó que podrá presentarse a las elecciones, mientras que por otro, se ha afianzado como la única opción de los republicanos para asaltar de nuevo la Casa Blanca, en lo que para el neoyorquina será una revancha frente a Joe Biden.

De esta forma, Trump tendrá que esperar hasta la convención republicana del mes de julio para proclamar de forma oficial su candidatura para presidir el país, en una recta final que se atisba especialmente intensa y desgastante carrera entre ambos candidatos hacia el sillón presidencial.

Pese a su retirada, Haley ha logrado un hito al convertirse en la primera mujer en imponerse en unas primarias del Partido Republicano, así como en ganar un protagonismo inusitado en el panorama político nacional norteamericano.