La maquinaría de guerra pone nerviosa a la OTAN y se activa un plan B más sigiloso
Moscú incrementa su presencia en sus fronteras con la Alianza.

Rusia intensifica sus actividades cerca de las fronteras de la OTAN, militarizando sus bases y saboteando infraestructuras occidentales. Dadas las preocupaciones que han despertado estos acontecimientos, los países de la Alianza reevalúan sus protocolos de transparencia.
Según publica el medio Economic Times, la OTAN está dispuesta a restringir la divulgación pública de la ayuda militar y la planificación de la defensa para Ucrania. Moscú explota activamente la información de código abierto con fines propagandísticos y militares.
En declaraciones recogidas por el digital, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, informó recientemente que la decisión de ocultar la información sobre la asistencia militar a Kiev tiene el objetivo de "limitar la capacidad de Rusia para rastrear las entregas de armas, las cantidades y los plazos operativos". "Debemos proteger la información sensible. La OTAN debe responder en consecuencia", explica.
No obstante, esta política no tiene la intención de reducir los volúmenes de ayuda. En 2025, La OTAN ha entregado más de 20.000 millones de euros en asistencia militar a Ucrania.
De acuerdo a la información difundida, los funcionarios de la OTAN han expresado su alarma por la velocidad y profundidad del análisis ruso de las sesiones informativas de la Alianza. "Da la impresión de que lo están siguiendo incluso más de cerca que nuestros propios medios", asegura un portavoz en declaraciones también recogidas por el medio.
"La televisión estatal rusa y las plataformas en línea han estado siguiendo de cerca las declaraciones de los ministros de la OTAN, particularmente sobre la financiación y el armamento asignados a Ucrania", reza la publicación.
De este modo, algunos países de la OTAN ya han comenzado a implementar la política. Alemania, por ejemplo, ha dejado de publicitar el lanzamiento de misiles Taurus de largo alcance y ha clasificado los datos de asistencia militar. "Al final, nos dimos cuenta de que estábamos ayudando a Putin, no al público alemán", concluye un diplomático alemán en la publicación.