López Obrador se mete en un lío al vender su avión presidencial

López Obrador se mete en un lío al vender su avión presidencial

El mandatario mexicano no quería una aeronave pensada para "pequeños faraones, acomplejados".

El representante de izquierdas Andrés Manuel López Obrador, del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).REUTERS

López Obrador, otra vez en el foco. El presidente mexicano ha vuelto al primer plano noticioso por su decisión, ya llevada a cabo, de vender el lujoso avión presidencial a Tayikistán. 

La aeronave, un Boeing B787 Dreamliner, fue adquirida por el exmandatario Felipe Calderón, pero era demasiado "lujosa" para las necesidades de su oficina y propio de "pequeños faraones, acomplejados", ha explicado AMLO, como se le conoce en México y en parte de la prensa internacional.

La operación se ha cerrado en 1.659 millones de pesos, el equivalente a algo más de 90 mullones de euros, que irán a parar al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, según ha apuntado el mandatario mexicano. Algo menos de la mitad de lo que costó, una 'rebaja' que López Obrador justifica en el paso del tiempo y algunos "desperfectos" que presenta. 

Ahora, con esa inyección económica quiere construir dos hospitales en Guerrero y Oaxaca. "Nunca lo usamos nosotros, pero me hubiese dado pena, lo digo sinceramente, utilizar este avión", ha explicado el mandatario, para acto seguido alegar que el simple mantenimiento del Boeing "contradice la austeridad republicana" de la que presume. El Gobierno tayiko tiene ahora unos diez días para llevarse la aeronave.

Sin embargo, como recoge La Razón, el problema que se le ha presentado a López Obrador es que Tayikistán es una dictadura, por lo que se han sucedido las protestas sociales. 

Desde que se independizó de la Unión Soviética en 1991, sufrió una guerra civil y vive bajo el Gobierno ininterrumpido de Emomali Rahmon desde 1994. Este mandatario apoya la invasión de Ucrania, hasta convertirse en una de las pocas voces internacionales a favor de los planes de Putin, y lidera un país hundido hasta el puesto 156 (de 167) en el Índice de Democracia que elabora la Unidad de Inteligencia de The Economist.