Putin insiste que es imparable pero su misil nuclear apocalíptico es un "fracaso"

El "fracaso absoluto" del sistema de misiles nucleares más poderoso del presidente ruso, Vladimir Putin, es la razón clave por la que el mandatario despidió a su exaliado cercano como jefe espacial de Rusia, según publicó el medio Daily Mail. El jefe del Kremlin estaría exasperado por no poder amenazar de manera convincente a Occidente con su complejo Satan-2, a pesar de sus exageradas alardes de que ya está desplegado.

Putin cesó la semana pasada de su cargo al director general de la agencia espacial Roscosmos, Yuri Borisov, en una medida inesperada que el Kremlin justificó como una "rotación" para impulsar la corporación, y aseguró que "no hay queja" por la gestión de su director saliente. 

Putin relevó a Borísov de su cargo y designó en su lugar a Dmitri Bakánov, de 39 años, quien hasta ahora se desempeñaba como viceministro de Transporte. Borísov, de 68 años, exviceministro de Defensa y ex vice primer ministro, fue nombrado al frente de Roscosmos en julio de 2022.

El escueto decreto de destitución de Borísov se limitó a señalar que este entra en vigor en el momento de su firma. Pese a las declaraciones del Kremlin, expertos y publicaciones en internet y redes sociales coinciden en acusar al director saliente de "total incompetencia". Ahora, además, se especula que podría enfrentar cargos de malversación de fondos.

El medio británico resalta que una fuente dijo al canal de Telegram VChK-OGPU, con contactos en el servicio de seguridad, que la razón clave del despido de Borisov fue la falta de progreso con Satan-2, conocido por los rusos como Sarmat. El monstruoso misil hipersónico está diseñado para atacar Occidente volando sobre los Polos Norte o Sur, lo que hace imposible que lo derriben las defensas aéreas.

Putin se ha jactado de que el apocalíptico arma nuclear de 208 toneladas, de ser lanzado desde un silo intercontinental a 25.600 kilómetros por hora y del tamaño de un bloque de pisos de 14 pisos, sería "imparable" para Occidente. "La ira de Putin se desencadenó principalmente por el fracaso total en la producción y el despliegue del sistema de misiles 'Sarmat', que debía reemplazar al obsoleto 'Voyevoda' [Satanás]", dijo la fuente.

Borisov había informado hace un año a Putin que el misil gigante estaba en servicio de combate. El dictador ruso se jactó entonces en su discurso sobre el estado de la nación de que Satan-2 "ya estaba... en servicio con las tropas". "Pronto los demostraremos en modo de combate en sus bases de despliegue", dijo a los rusos.

Sin embargo, esto aún no ha ocurrido. De hecho, hasta la fecha solo se conoce un lanzamiento de prueba exitoso del Satan-2, en abril de 2022.