Putin trata de exhibir fuerza ante el golpe: "El motín hubiera sido reprimido de todos modos"

Putin trata de exhibir fuerza ante el golpe: "El motín hubiera sido reprimido de todos modos"

El líder ruso dirige un breve mensaje a la nación tras la insurrección del grupo paramilitar y tiende la mano a los mercenarios que no "derramasen sangre".

Vladimir Putin, en un discurso a la naciónGetty Images

Unidad y un pretendido alegato de fortaleza personal y nacional para acallar las dudas. Vladimir Putin ha dirigido este lunes un discurso a la nación dos días después del levantamiento de sus mercenarios del Grupo Wagner. En su mensaje, de apenas cuatro minutos y grabado (pero este sí con posterioridad al golpe y no como el anterior recientemente emitido), Putin ha reivindicado la pujanza de su Gobierno y ha tendido la mano a los paramilitares que se rebelasen contra la cúpula.

"El motín habría sido reprimido de todos modos y los organizadores se dieron cuenta de que sus acciones eran criminales", ha apuntado, calificando el movimiento de los mercenarios como "una aventura que podría destruir al país". Pero, ha celebrado, "los enemigos de Rusia, que querían que el país se ahogara en una guerra civil sangrienta, calcularon mal".

Putin ha destacado además que "desde el mismo comienzo de todo" él mismo dio "instrucciones directas" para "evitar un gran derramamiento de sangre", si bien necesitó de "tiempo" para llevarlas a cabo, ha tenido que matizar para 'blindarse' de los ataques por el fácil avance de Wagner durante horas y kilómetros.

Con respecto a los altos mandos de Wagner, estos serán llevados ante la Justicia por cargos criminales, tal y como ha anunciado en un discurso relevante en su contenido pero quizás menos "crucial" para el destino del país que lo que había dejado caer el Kremlin. 

Superado el tono severo, en su breve intervención ha dedicado tiempo a un agradecimiento en dos direcciones. A "la mayor parte" de Wagner por no seguir adelante con "el baño de sangre", a quienes ha recordado la oferta lanzada por Defensa para incorporarles formalmente al ejército o bien permanecer en Bielorrusia. "Hoy tienen la oportunidad de continuar sirviendo a Rusia al firmar un contrato con el Ministerio de Defensa (...), regresar con su familia y amigos. O los que quieran pueden ir a Bielorrusia", ha puntualizado.

"Los enemigos de Rusia, que querían que el país se ahogara en una guerra civil sangrienta, calcularon mal"
Vladimir Putin

Precisamente sobre Bielorrusia, Putin también se ha acordado de su homólogo y socio, Alexander Lukashenko, por su mediación y "esfuerzos", si bien puntualiza que fue "la unidad de la sociedad" la clave del fracaso del intento de golpe y no ninguna ayuda externa.

"Esta solidaridad cívica ha demostrado que cualquier chantaje e intento de organizar disturbios internos están condenados al fracaso. Repito: la mayor muestra de la sociedad, el poder ejecutivo y legislativo se mostraron a todos los niveles", ha explicado al respecto.

Los hechos ocurrieron en unas horas caóticas y graves durante el sábado. Liderados por su jefe, Yevgueni Prigozhin, los paramilitares tomaron el control militar de Rostov del Don y otras localidades en su camino a Moscú. Pero, a menos de tres horas de distancia, decidieron dar marcha atrás para "evitar un baño de sangre", alegó entonces el mando de Wagner.

Dos días más tarde, Prigozhin ha reaparecido en un vídeo donde no revela su paradero —se sospecha que esté refugiado en Bielorrusia— pero sí justifica el movimiento. El magnate habla de un movimiento necesario "para evitar la desaparición de Wagner", pero en absoluto "para derrocar el poder del país". Esta ha sido la clave de un mensaje de 11 minutos compartido en su Telegram.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es