Ucrania ataca un oleoducto de Rusia y desencadena posibles consecuencias indirectas para Alemania
El país se mantiene alerta por lo que pueda pasar.

El reciente ataque ucraniano con drones al oledocuto Druzhba, una de las arterias energéticas más importantes de Europa del Este, ha vuelto a poner en jaque el suministro de petróleo ruso hacia varios países de la región.
"El oleoducto Druzhba pasó a mejor vida", escribió la semana pasada en un comunicado Robert Brodi, comandante de las Fuerzas de Sistemas no Tripulados (SBS) del ejército ucranio. "Parón total del bombeo del petróleo por un periodo indefinido. Saludos de los pájaros de las SBS", añadió.
El bombardeo afectó a la estación a la estación de bombeo Unecha, en la región rusa de Briansk, provocando un incendio que, aunque fue controlado rápiamente, ha tenido efectos significativos en la infraestructura energética regional. Hungría y Eslovaquia, principales receptores del petróleo que fluye por este tramo del oleoducto, fueron de los primeros en anunciar interrupciones en el suministro.
Críticas a Ucrania
El ministro húngaro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjarto, confirmó que su país enfrentaba un corte de suministro de al menos cinco días, calificando el incidente como un nuevo ataque a su seguridad energética. El primer ministro Viktor Orbán incluso solicitó apoyo al presidente estadounidense, Donald Trump, acusando a Kiev de comprometer el equilibrio energético regional.
La respuesta de Eslovaquia fue similar. Su ministro de Exteriores, Juraj Blanar, denunció junto a Szijjarto en una carta a la Comisión Europea que las acciones de Ucrania son "totalmente inaceptables", especialmente teniendo en cuenta la millonaria ayuda europea a Kiev. Ambos países apelaron a la necesidad de proteger infraestructuras críticas en el contexto actual de tensión geopolítica.
Posibles repercusiones para Alemania
Las consecuencias de este ataque podrían alcanzar también a Alemania. Si bien este país ya no importa petróleo ruso desde que comenzó la invasión de Ucrania en 2022, los efectos de este nuevo ataque no le resultan del todo ajenos. El Ministerio de Economía Alemán aseguró que la seguridad del suministro no se había visto comprometida y que la refinería PCK en Schwedt (Brandeburgo), una de las más importantes del país, continuaba operando con normalidad, aunque se estaban evaluando los daños.
No obstante, podría tener otro tipo de repercusiones. El oleoducto Druzhba, cuyo nombre significa "amistad" en ruso, fue construido en tiempos de la Unión Soviética para abastecer de petróleo a los países socialistas de Europa Central y del Este.
Actualmente, es también un símbolo de las complejidades geopolíticas y energéticas derivadas de la guerra en Ucrania. Mientras países como Alemania, Polonia y República Checa han renunciado al crudo ruso, otros como Hungría y Eslovaquia siguen dependiendo de él, evidenciando la fragmentación energética que existe dentro de la UE.
En este escenario, Alemania se mantiene alerta. Aunque por ahora no haya sufrido cortes, la estabilidad de su suministro depende de factores cada vez más difíciles de controlar en un continente donde la energía vuelve a ser un arma de poder.
