Un joven da toda una lección de madurez y pone sobre la palestra a todos los adultos: "Por fin están ahí para ti"
"Quiero que me miren, no que me juzguen", sentencia.

Las palabras de Marcello, un estudiante de secundaria en Bolonia, han provocado un revuelo en Italia. "A los 18, es el único momento en que los adultos realmente me escuchan. Quiero que me miren, no que me juzguen", ha expresado, según ha informado el medio Orizzonte Scuola.
"Realmente me da igual el voto final: por una vez, simplemente me gustaría que me miraran. No diré que me entendieran; no espero demasiado. Pero que me vieran, sí. Por lo que soy, y no por lo que quisieran que fuera", dijo en lo que se ha interpretado como una confesión generacional.
Las palabras de este joven italiano revelan una paradoja educativa que se extiende a familias y escuelas: llenamos la jornada de los niños con talleres y actividades, pero "rara vez nos sentamos a hablar con ellos", confesó una madre en los comentarios.
Una profesora también comentó que sugirió a sus alumnos vivir el examen oral como "su teatro", porque "por fin te escuchan. Están ahí para ti". "El examen final se convierte así en el único momento en el que el mundo adulto presta plena atención, transformándolo en una búsqueda desesperada de reconocimiento", agrega el medio especializado.
Sin embargo, en las redes también han surgido reacciones contradictorios al testimonio de Marcello. Algunos denuncian la "mentalidad de víctima de los jóvenes" y otros reconocen una auténtica necesidad de ser vistos y aceptados tal como son. Un exalumno cuenta cómo el verdadero desafío no fueron los exámenes finales, sino las reuniones de trabajo con decenas de personas, donde "todo se construyó realmente ladrillo a ladrillo".