Una declaración recortada entre presiones, "pasos adelante" estratégicos y muchas fotos: lo que la UE se lleva de Granada
La cumbre informal de los Veintisiete ha tratado dos temas fundamentales: la migración, vetada por Hungría y Polonia, y las bases de su futura ampliación a Ucrania y más allá.

"Algo" es mucho más que nada. Y bajo ese principio propio del rajoyismo más clásico, la UE ha cerrado la cumbre informal de Granada con pequeños avances en su estrategia y la constatación de las grietas internas en cuanto surge la palabra 'migración'.
Con el preámbulo de la Cumbre de la Comunidad Política Europea y siempre en el marco sin par de una Granada reluciente a ojos del mundo, los líderes de los Veintisiete han celebrado este viernes un encuentro de carácter estratégico. Sin decisiones en firme, pero pensado para ir centrando los próximos debates, como el de la materia migratoria y el de la ampliación a nuevos miembros. Un proceso que mira a Ucrania, pero también a otras puertas tanto o más difíciles de abrir.
Se esperaba que Polonia y especialmente la Hungría de Viktor Orbán rechazasen cualquier texto unitario sobre compromiso migratorio. Ambas naciones acudían a territorio español con un rechazo expreso por lo que consideran una 'imposición' de Bruselas al obligarles a recepcionar los migrantes que otros estados ya no pudieran acoger. "Violados", ha afirmado sentirse Orbán, siempre tan moderado en sus juicios, por el acuerdo adoptado dos días antes en la UE hacia la reforma del mecanismo de acogida de migrantes siempre tan mesurado en su juicio.
Mucho más conciliadora vino la italiana Giorgia Meloni, que vio sus demandas aceptadas en el acuerdo del miércoles, con una suerte de 'solidaridad a la carta'. También el mensaje de que "las mafias no pueden decidir quiénes entran", pronunciado por Ursula Von der Leyen al final de la cita. Sus firmas sí aparecían en un documento que ante la falta de dos miembros tuvo que ser modificado hasta convertirse en una mera declaración de intenciones sobre el futuro de la UE sin una sola mención a cuestiones migratorias. Aparte, un escrito aparte firmado por el presidente del Consejo Europeo para que no se diga que no hubo declaración al respecto.
Pero pese al evidente traspiés, para la cúpula de la UE son más las luces que las sombras. "El debate de hoy sobre inmigración ni es el primero ni es el último", exponía Charles Michel en la rueda de prensa que ha culminado la cita. Para el presidente del Consejo Europeo "hay que felicitarse del paso adelante que se ha dado; hacía años que no avanzábamos nada y ahora al menos hemos avanzado algo". Ese 'algo' hace referencia al acuerdo alcanzado el miércoles para reformar el sistema de recepción de asilo y refugio.
Tampoco ha querido darle más importancia Pedro Sánchez, que ha recalcado el enfoque "informal" de la cita y el fin de la misma, avanzar en la 'agenda estratégica' de la UE. En ella ocupa un lugar fundamental la futura ampliación, sobre la que también se han dado "pasos adelante", en palabras de Charles Michel.
Según la declaración conjunta, que sí trata este asunto, "de cara a la perspectiva de una Unión aún más ampliada, tanto la UE como los futuros Estados miembros deben estar preparados". Esto significa que los plazos son largos, mucho más de lo que querría un Volodimir Zelenski que se personó en Granada también para tratar de acelerar el ingreso de Ucrania. Porque, la presidenta de la Comisión Europea ha insistido en lo mismo que ya le dijo en Kiev y en otros encuentros previos. Que "el proceso de adhesión a la UE está basado en el mérito y esto es importante en nuestro debate, no puede haber atajos".
Bruselas se pone deberes
No hay mención expresa a su país en la nota comunitaria; sí velada. "Los aspirantes a miembros deben intensificar sus esfuerzos de reforma, especialmente en el ámbito del Estado de derecho, en consonancia con la naturaleza basada en el mérito del proceso de adhesión y con la asistencia de la UE", aclaraba el texto oficial.
Deberes a uno y otro lado, porque Bruselas también se compromete a "sentar las bases y las reformas internas necesarias". Ya ante la prensa, Charles Michel ha anunciado futuras reuniones con los diferentes aspirantes a ser parte de un club que aún tiene mucho por debatir internamente.
Pensar en la unanimidad de pareceres en una bienvenida a Ucrania, Macedonia, Serbia, Moldavia... es una quimera que le tocará ir haciendo realidad a la Europa de los Veintisiete en su camino a ser la de los Treinta y Cinco.