Hablemos del tiempo

Hablemos del tiempo

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Hoy se celebra el Día Meteorológico Mundial que conmemora la entrada vigor, el 23 de marzo de 1950, del Convenio de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) dependiente de Naciones Unidas.

"Listos para el tiempo, preparados para el clima" es el lema que se ha elegido este año para celebrar esta jornada tan señalada en el calendario para todos y todas los que trabajan día a día en meteorología y clima, desde investigadores a presentadores de "El Tiempo".

El cambio climático a largo plazo está aumentando la intensidad y la frecuencia de algunos de fenómenos extremos como las inundaciones y las sequías. También está provocando la elevación del nivel del mar y la acidificación de los océanos. La urbanización y la expansión de las ciudades y otras variables urbanas en zonas de riesgo, no hacen sino aumentar estas dificultades. Ahora más que nunca tenemos que estar listos para el tiempo que vivimos cada día y preparados para el clima, siendo especialmente cuidadosos con el uso que hacemos del agua.

En los próximos años nos enfrentaremos a situaciones más complejas y difíciles que pondrán en cuestión muchos de los sistemas económicos, sociales y ambientales que a día de hoy damos por asentados

Nos enfrentaremos en los próximos años a situaciones más complejas y difíciles que pondrán en cuestión muchos de los sistemas económicos, sociales y ambientales que a día de hoy damos por asentados. Hemos vivido a lo largo de 2017 una sequía muy intensa y estamos viviendo un mes de marzo muy lluvioso que nos ha dejado ya en algunos puntos cifras de precipitación como hacía muchos años que no se recordaban. Por no hablar de todos los récords, especialmente de calor que solemos batir cada año, y es que en la memoria de todos quedará el verano de 2017 con 47ºC en Córdoba.

Cada día, los que nos dedicamos a esto de "dar el tiempo" nos enfrentamos a contar muchos de estos fenómenos. Jamás me imaginé que algún día en el famoso mapa de isobaras sobre nuestro país, aparecería un huracán Categoría 2, que luego subiría a Categoría 3 a unos pocos de cientos de kilómetros.

No cabe la menor duda de que la información meteorológica nos interesa a todos en nuestros quehaceres diarios, pero además, todos estos fenómenos extremos, que ocurren de forma más habitual, nos hacen estar más pendientes que nunca. Es también importante que seamos capaces, como ciudadanos, de no sólo interpretar "el tiempo" en si va a llover o no, sino qué cosas debemos posponer o anular cuando se prevén situaciones complicadas: nevadas, tormentas, viento intenso... Los fenómenos meteorológicos adversos son un riesgo para la vida y debemos entenderlos como tal.

La meteorología no es una ciencia exacta y las previsiones cambian continuamente

También es importante que aceptemos pronto que la meteorología no es una ciencia exacta y que las previsiones cambian continuamente. Justamente estamos ya en primavera, una estación de transición, en la que es tan probable ver nevar como pasar calor. Los cambios en la atmósfera son más rápidos y la predicción mucho más compleja.

Casi todos miramos al cielo en estas fechas de Semana Santa para saber si lloverá o no en nuestros destinos de vacaciones, pero también multitud de ciudades quieren saber con gran antelación si lloverá o no en un pueblo concreto, a una hora concreta de un día en concreto y eso a más de 72 horas es prácticamente imposible asegurarlo en la mayoría de los casos.

Los ciudadanos demandan esta información, y es muy entendible, pero hay que asumir que son probabilidades entre los distintos fenómenos que pueden ocurrir. En función de eso, deben tomarse las decisiones personales pero siempre a sabiendas de que, a muchos días, las cosas pueden cambiar.

Hemos venido arrastrando varios meses de sequía y cuando nos vamos de vacaciones, hay quien quiere que deje de llover, ¿pero qué es mejor?. Debemos también plantearnos que si nos llueve estando de vacaciones, aunque se "fastidien" nuestras horas de playa, a lo mejor nos estamos asegurando que podamos abrir el grifo este verano y que salga agua para beber.

Lo importante es que pongamos al mal tiempo buena cara, disfrutemos del tiempo que nos haga, y que no sometamos a los meteorólogos a una crucifixión, aunque por supuesto tiene asegurada la mejor de las previsiones con su "hombre y mujer del tiempo" de cabecera.

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