Una inteligencia artificial descifra los secretos encerrados en tablas de más de 5.000 años
Según 'El Confidencial'.

Gran avance para desenterrar los secretos que todavía queden guardados en las que han sido las primeras lenguas escritas conocidas, el sumerio y el acadio, ambas conocidas por ser las mayores representantes de la escritura cuneiforme -silábica, con símbolos como los iconogramas grabados en vestigios afamados como la piedra que recoge el Código de Hammurabi-.
Según ha publicado El Confidencial, un equipo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv (Israel) ha desarrollado una inteligencia artificial (IA) capaz de traducir al inglés textos del acadio cuneiforme de forma directa. Se trata de una cuestión de especial relevancia, puesto que las traducciones se realizan primero mediante la transliteración latina.
En otras palabras, lo habitual al traducir a cualquier idioma un texto sumerio o acádico es realizarlo utilizando como base el transliterado en letras latinas y después al idioma a traducir, una cuestión que depende mucho de los contextos para lograr una mayor fidelidad lingüística.
Con este nuevo avance, se abre un horizonte esperanzador, ante la acusada falta de traductores de estas lenguas empleadas en Mesopotamia y Oriente Próximo antes ya del 3.000 a.C. -fecha de expansión del acádico, que al igual que su tribu conquistó al pueblo sumerio, también se apropió de su forma de escritura-, hasta el 100 d.C.
Todo ello sumado a otra triste realidad, los textos cuneiformes que han llegado a nuestro tiempo lo han hecho a través de frágiles tablillas -se escribía sobre barro- o copias grabadas en rocas con grandes fragmentos rotos que obligan a interpretar qué había allí escrito.
"Traducir todas las tablillas que permanecen sin traducir podría exponernos a los primeros días de la historia, a la civilización de aquellas gentes, en qué creían, de qué hablaban, qué documentaban", ha señalado Gai Gutherz, científico informático encargado de iniciar el proyecto en la Universidad de Tel Aviv, según declaraciones recogidas por The Times of Israel. Los resultados han sido desvelados en la revista PNAS Nexus, de Oxford University Press.