José Luis Martínez-Almeida, de 50 años, y Teresa Urquijo, de 28, ya son padres de su primer hijo, Lucas. El pequeño ha nacido en el Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario de la capital donde la feliz madre ingresó en la tarde de este miércoles. 

Según ¡Hola!, la analista de inversiones, emparentada con la familia real, acudió al centro sanitario para que le indujeran el parto pues su llegada estaba prevista desde el pasado 24 de junio, fecha en la que Teresa salía de cuentas. Junto a ella, además de su marido, también han estado sus padres, Lucas Urquijo y Beatriz Moreno y Borbón.

Ha sido el mismo Martínez Almeida, muy emocionado, quien ha confirmado a las puertas del hospital que todo había ido fenomenal y confesaba que la sensación era "indescriptible". El edil ha cancelado sus actos oficiales y es su segunda, la vicealcaldesa Inma Sanz, la que asumirá la agenda institucional de este jueves. De hecho, la publicación ha informado también de que es en ella en la que va a delegar sus funciones.

La pareja anunció la espera del nuevo miembro de la familia, cuyo nombre honra al padre de ella, en enero de este este mismo año. Lo hicieron con un post de Instagram que publicó Almeida. "Pronto seremos tres en la familia", escribió junto a una foto de ambos. 

Menos de un año antes, en abril de 2024, Almeida y Urquijo contrajeron matrimonio en una boda multitudinaria, a la que acudieron desde personalidades políticas a familiares, pasando por Juan Carlos I y sus dos hijas. La cita fue en la Parroquia San Francisco de Borja. Un lugar que no escogieron por casualidad, lo hicieron porque es el mismo templo en el que los padres del novio contrajeron matrimonio.

Son raras las ocasiones en las que el edil y Teresa Urquijo y Moreno han sido vistos en público. Las especulaciones de que habían empezado a mantener una relación sentimental aumentaron a partir de verano de 2023, cuando acudieron juntos a la Corrida de la prensa. 

Desde entonces, sí que han acudido a algunos actos en público juntos, pero no suelen compartir su vida privada, ni siquiera en redes sociales.