Los trucos de la abuelita española para comer nueces y bajar el azúcar
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Los trucos de la abuelita española para comer nueces y bajar el azúcar

Las nueces pueden ralentizar la absorción de azúcares, evitando picos de glucemia.

Varias nueces en una imagen de archivo.Getty Images

Hay remedios caseros o costumbres familiares de toda la vida que muchas veces no tenemos en cuenta o despreciamos porque, en realidad, no somos conscientes de que tienen una razón detrás. Aunque quizás ni siquiera nuestras abuelas lo supieran.

Una de ellas es la de tomar nueces, por ejemplo, a modo de snack o picoteo a mitad de la mañana o la tarde. Que, en realidad, lo que hacían es mantener bajo control los niveles de azúcar en sangre. Después, los avances científicos han confirmado las propiedades beneficiosas de este fruto seco, que resulta un buen aliado en la lucha contra los niveles elevados de azúcar en sangre.

Las nueces, gracias a su contenido en grasas saludables, fibra y proteínas, pueden ralentizar la absorción de azúcares, evitando picos de glucemia. Consumirlos regularmente, en las cantidades adecuadas, puede ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en sangre, reduciendo el riesgo de problemas metabólicos y cardiovasculares.

Además, no es cierto la leyenda de que engorden si las consumimos con moderación. Según los nutricionistas, incluso ayudar a perder peso, ya que proporcionan una sensación de saciedad que reduce el deseo de alimentos azucarados o ricos en calorías. Además, se diferencian de otros frutos secos en su alto contenido en ácidos grasos omega-3, que ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que las hace especialmente apropiadas para quienes intentan reducir el azúcar en sangre.

Así que, entre los trucos heredados de nuestras abuelas relacionados con las nueces rescatamos tres. El primero es tomar un puñado de nueces en el desayuno. Este simple gesto ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en sangre durante todo el día. Las nueces, ricas en fibra y grasas saludables, ralentizan la absorción de los carbohidratos presentes en la comida, evitando picos de glucemia. Agregarlos al yogur o a los cereales integrales te proporcionará un desayuno equilibrado y nutritivo.

El segundo es, como decíamos antes, tomar las nueces como merienda. La explicación es que, a mitad del día, cuando tu nivel de energía comienza a bajar, un pequeño refrigerio de frutos secos ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre, evitando caídas de glucemia que llevan a comer alimentos dulces o refinados. Si nos comemos cinco o seis nueces serán suficientes para una ingesta equilibrada de grasas y proteínas saludables, que nos mantendrán llenos hasta la cena.

Y el tercero es combinar este fruto seco con otros alimentos de bajo índice glucémico. Como ejemplo, podemos añadirlas una ensalada verde con aguacate y vegetales de bajo índice glucémico, como espinacas o pepino. También podemos reemplazar en una receta la carne por nueces. Por ejemplo, en un plato de cereales o verduras, agrega nueces para aumentar su ingesta de proteínas. Y también puedes combinarlas con frutas, con las que casan muy bien, como son las manzanas o las peras. 

MOSTRAR BIOGRAFíA

Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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