Soy técnica en nutrición y esto es lo que opino sobre la dieta que sigue la Reina Letizia
Esta experta explica que ese tipo de alimentación "tiene un enfoque más restrictivo y funcional, orientado a fines estéticos y antienvejecimiento" que la mediterránea.

Sin duda, una de las características por las que es conocida la reina Letizia es por su interés en la salud y el bienestar. Y, desde hace años se menciona que sigue la llamada dieta Perricone, un enfoque alimentario que promete efectos antiinflamatorios, antiedad y mejoras visibles en la piel. Pero, ¿es realmente una opción sensata desde el punto de vista nutricional? Nos lo explica la técnica superior en Nutrición y Dietética Ana Luzón.
Lo primero es aclarar qué es la dieta Perricone, dice esta experta. "Desarrollada por el dermatólogo Nicholas Perricone, esta dieta se basa en reducir la inflamación celular a través de alimentos ricos en antioxidantes, ácidos grasos omega-3, proteínas de alta calidad y un bajo índice glucémico". Esta alimentación "incluye alimentos como el salmón, los frutos rojos, la verduras de hoja verde, el aguacate y los frutos secos. Además, evita el azúcar, los carbohidratos refinados y los ultraprocesados", detalla Luzón.
Otra de las preguntas que se suele hacer mucha gente es si se trata de una dieta mediterránea, dice esta nutricionista. Y responde que, "aunque comparten puntos en común —como el uso de alimentos frescos, pescado, aceite de oliva y vegetales—, no es exactamente una dieta mediterránea". La Perricone "tiene un enfoque más restrictivo y funcional, orientado a fines estéticos y antienvejecimiento, mientras que la mediterránea real es un patrón de alimentación cultural, social y sostenible". En cambio, en la dieta mediterránea "hay pan, legumbres, fruta de temporada, convivencia en la mesa y disfrute, no solo control glucémico", destaca.
La siguiente cuestión a aclarar es hasta qué punto tiene sentido hacerla por semanas como “tratamiento de belleza”, señala Ana Luzón. Y es que, desde el punto de vista de la salud, en su opinión, "no tiene mucho sentido aplicar una dieta como si fuese una cura estética de 28 días". Y explica que, "aunque comer de forma más antiinflamatoria puede mejorar la piel y la vitalidad, los efectos reales de una alimentación saludable se construyen con constancia, no con tratamientos temporales". "Además, los cambios visibles en pocas semanas no son sinónimo de salud interna a largo plazo", añade.
En conclusión, según la opinión profesional de Ana Luzón, "este tipo de dietas generan una idea peligrosa: que comer bien es un tratamiento puntual para verse mejor". "La realidad es que alimentarse bien no debería ser una excepción anual ni una estrategia para encajar en un ideal estético. Comer saludablemente es un hábito cotidiano, no una moda", advierte técnica en dietética.
Ahora bien, termina por puntualizar, "la buena noticia es que no hace falta seguir una dieta de marca registrada para estar sana, en forma y con buena piel". "Basta con construir un patrón alimentario equilibrado, flexible, adaptado a tu contexto y que puedas sostener sin sufrir. En definitiva: una alimentación real, no idealizada", concluye.