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Soy técnica en nutrición y pido fijarse en este detalle del tomate frito para escoger uno saludable

Soy técnica en nutrición y pido fijarse en este detalle del tomate frito para escoger uno saludable

Conviene seguir una serie de pautas a la hora de elegirlo y siempre leer la lista de ingredientes.

Botes de tomate fritoGetty Images

El tomate frito es un básico en muchas cocinas para acompañar pastas, arroces o guisos. Sin embargo, no todos los tomates fritos que encontramos en el supermercado son iguales, advierte la técnica en Nutrición y Dietética Ana Luzón. "Aunque pueda parecer un producto sencillo y saludable, es importante saber interpretar su etiqueta para elegir la opción más beneficiosa para nuestra salud". Esta especialista cuenta un "detalle clave" en el que debes fijarte al comprar tomate frito: "la lista de ingredientes". 

La razón de por qué es tan importante la lista de ingredientes es que se trata de lo que nos da una idea clara de la calidad del producto, explica Luzón. "En el caso del tomate frito, lo ideal es que contenga únicamente tomate (en forma de puré, concentrado o triturado), aceite de oliva virgen extra, sal y, opcionalmente, especias naturales, como orégano, ajo o albahaca", detalla la nutricionista. "Un tomate frito con esta composición es un producto limpio y nutritivo, que aporta vitaminas, minerales y antioxidantes como el licopeno, un compuesto asociado con beneficios cardiovasculares y antioxidantes", añade. 

En cuanto a lo contrario, lo que debes evitar al escoger un tomate frito, está técnica en dietética menciona en primer lugar los azúcares añadidos: "Muchas marcas incluyen azúcar o jarabe de glucosa para mejorar el sabor. Esto no es necesario si el tomate utilizado es de calidad. Sin embargo, si el azúcar aparece al final de la lista de ingredientes, significa que está presente en una cantidad mínima, y no debería ser un motivo de preocupación". 

La segunda cosa que debes evitar son los aceites de baja calidad, según Luzón. "Es común encontrar aceite de girasol o incluso grasas vegetales hidrogenadas, que no son las mejores opciones para nuestra salud. Así que prioriza siempre el aceite de oliva virgen extra como fuente de grasa". Y, en tercer lugar, menciona los aditivos innecesarios, es decir, "los conservantes, colorantes o potenciadores del sabor como el glutamato monosódico (E-621) no deberían estar presentes en un tomate frito de calidad", advierte la experta.

Y, finalmente, no escojas un producto que tenga bajo porcentaje de tomate. "La realidad es que algunos productos tienen menos del 50% de tomate y están 'rellenos' con agua, espesantes como almidones y otros ingredientes que abaratan el coste pero disminuyen la calidad nutricional", aconseja.

En resumen, Ana Luzón sugiere, además, seguir tres pautas básicas para elegir el tomate frito más saludable. "Primero, para asegurarte de que compras uno bueno, lee la lista de ingredientes, que "debe ser corta y con ingredientes reconocibles. Segundo, fíjate en el porcentaje de tomate, ya que cuanto mayor sea (idealmente superior al 80%), mejor y, tercero, revisa los valores nutricionales y busca productos con menos de 5 gramos de azúcar por 100 g. y menos de 0,5 g. de grasas saturadas". 

El tomate frito puede ser una opción saludable si eliges bien, asegura Luzón. "Dedicar unos minutos a leer las etiquetas marcará la diferencia en la calidad de tu alimentación y la de tu familia", aconseja. Y si no encuentras una buena opción en el supermercado, otra alternativa, propone, es preparar tu propio tomate frito casero, controlando los ingredientes y ajustándolos a tu gusto. "Recuerda, pequeños detalles como este en tu lista de la compra pueden tener un gran impacto en tu salud a largo plazo", concluye la nutricionista.

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Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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