Una enfermedad deja a Sarabjit, de 42 años, sin extremidades inferiores y todo el pueblo se moviliza para que vuelva a caminar
Los vecinos han organizado recogidas locales y hasta un crowdfunding.

Desgraciadamente, algunas enfermedades pueden irrumpir sin aviso y cambiar una vida para siempre, provocando secuelas tan graves como la pérdida de extremidades y una dependencia repentina de cuidados y apoyos médicos. Más allá del impacto físico, estas situaciones ponen a prueba la fortaleza emocional de quienes las sufren y revelan la importancia de la solidaridad para afrontar un proceso de recuperación largo y complejo.
Este es el caso de Sarabjit Sandhar, un hombre de 42 años que es conocido en el pueblo como “Bila”, cuya vida dio un vuelco tras una enfermedad grave que le costó las extremidades inferiores y dejó secuelas en las manos. Desde entonces la comunidad de Benavente, en Portugal, se ha movilizado para reunir los fondos que permitan al trabajador recuperar movilidad mediante prótesis y rehabilitación.
Sarabjit pasó meses en una lucha por su vida tras sufrir una neumonía agravada por diabetes. En enero entró en estado crítico y llegó a estar conectado a ECMO, un sistema de asistencia mecánica circulatoria y respiratoria, en el Hospital de São José, en Lisboa. Según recoge O Mirante, para salvarle la vida los médicos vieron inevitable la amputación de ambas piernas y la extirpación de las puntas de algunos dedos. Aunque recibió el alta en marzo, su camino hacia la autonomía acaba de empezar.
Una gran implicación vecinal
La recuperación requiere dos prótesis para las piernas y material complementario, como medias de silicona para los muñones), además de un proceso de rehabilitación prolongado. El coste estimado total se aproxima a los 8.000–10.000 euros, y Sarabjit y su esposa, Jaspal, no tienen otros parientes en Portugal que puedan ayudarles. Por este motivo, la pareja ha tenido que apoyarse en la solidaridad de vecinos y amigos.
Entre ellos Clara Branco y Filomena Borges, pusieron en marcha una ola de compañerismo: recogidas locales, una campaña en GoFundMe y llamadas a la colaboración con el objetivo de reunir el dinero cuanto antes. Hasta finales de noviembre la recaudación superaba los miles de euros, pero aún quedaba una parte importante por cubrir. A su vez, compañeros de trabajo y entidades locales han organizado pequeñas colectas de apoyo.
Sarabjit, que vive en Portugal desde 2019 y trabajó en la Santa Casa da Misericórdia como ayudante de cocina, desea volver a ser útil y retomar su trabajo en la cocina, una tarea que, dice, difícilmente podría desempeñar sentado. Su mujer, pieza clave en su cuidado y recuperación, ha sido valorada por la comunidad por su entrega y por hablar mejor el portugués, facilitando la comunicación con vecinos y profesionales.
Este caso vuelve a poner de manifiesto la red de apoyo vecinal en poblaciones pequeñas, donde la cercanía entre las personas y el compromiso colectivo se convierten en un pilar fundamental ante la adversidad. Cuando la salud lo cambia todo de un día para otro, la implicación de vecinos, amigos y compañeros no solo alivia una carga económica difícil de asumir, sino que también aporta ánimo y esperanza.
