Una técnica nutricionista anima a poner atención a la etiqueta "sin azúcar añadido" de los alimentos
Esta experta resalta que esto no significa que sea bajo en esta sustancia edulcorante y explica las claves para saber interpretar los ingredientes sin caer en esta trampa.

Cada vez más productos muestran en grande la etiqueta “sin azúcar añadido”. "Parece una elección más saludable, pero conviene leerla con calma", advierte la técnica superior en Nutrición y Dietética Ana Luzón. "Esta declaración comercial no significa que el alimento no tenga azúcar, sino que no se le ha incorporado azúcar extra durante el proceso. Y la diferencia es importante", añade.
La primera cuestión que debemos sabes es qué significa realmente el mensaje que encontramos en el etiquetado de muchos alimentos de “sin azúcar añadido”. Luzón lo explica. "Legalmente, un producto puede incluir esta frase si: no se ha añadido azúcar blanco, moreno, panela, siropes o miel, o si no se han utilizado ingredientes cuya función sea endulzar. Pero esto deja abiertas varias puertas", añade.
Y explica que "el alimento puede contener azúcares de forma natural (fruta, leche…); también puede incorporar zumos, purés o concentrados de frutas que actúan como azúcar libre; y puede utilizar edulcorantes, que no cuentan como azúcar, pero mantienen el sabor dulce". Así que el problema, según Luzón, está en que "el consumidor suele interpretar 'sin azúcar añadido' como sinónimo de 'bajo en azúcar', cuando no siempre es así".
Y esta experta lo ilustra con algunos ejemplos que suelen ser habituales: "Por un lado, están las galletas 'sin azúcar añadido' que incluyen harinas refinadas más concentrados de frutas, dando lugar a un producto con una carga de azúcares parecida a otras versiones. También hay yogures con fruta triturada que elevan el contenido de azúcar total, aunque no contengan azúcar blanco. Otro ejemplo son los cereales o barritas que incorporan dátiles o concentrados de manzana, que actúan como endulzantes".
Así que, llegados a este punto, esta experta en dietética cuenta cómo interpretar la etiqueta sin caer en ninguna trampa. "Una regla sencilla es revisa el listado de ingredientes, no solo el reclamo comercial. Si aparecen 'concentrado de fruta', 'puré', 'dátil', 'jarabe de arroz', 'sirope de agave' o similares, significa que hay azúcares libres, aunque no sean 'añadidos' en sentido legal", aclara Luzón.
Así que su consejo es que se "compruebe la cantidad de azúcares totales en la tabla nutricional": "Recuerda que 'sin azúcar añadido' no convierte un ultraprocesado en saludable. Esta etiqueta puede ser útil, pero sólo si se interpreta bien. No se trata de demonizar el dulce, sino de comprender lo que estamos comprando. Lo importante no es evitar el azúcar a toda costa, sino mantener un patrón global equilibrado, realista y sostenible", concluye esta especialista.
