El pueblo de Soria que tiene un lagarto colgando de lo alto de uno de sus edificios más emblemáticos
Un animal que ha dado lugar a numerosas leyendas.

Cada región de España puede presumir de esconder auténticas joyas arquitectónicas, desde la majestuosa Alhambra de Granada hasta la imponente Catedral de Santiago. Pero pocos lugares pueden alardear de tener un lagarto gigante colgando de una pared, tal y como ocurre en un pequeño pueblo de Soria donde la historia y la leyenda se entrelazan en los muros de uno de sus edificios más emblemáticos.
Estamos hablando de Berlanga de Duero, un municipio castellanoleonés que ha sido recientemente incorporado a la lista de Pueblos más Bonitos de España y que es conocido por ser el ‘pueblo del lagarto’. Desde el siglo XVI, la imponente fachada de la Colegiata de Santa María del Mercado luce un caimán colgado en vertical cuya presencia ha despertado asombro y numerosas interpretaciones a lo largo de los años.
Este insólito adorno es en realidad un reptil disecado que mide unos 3,3 metros de longitud y que llegó a la localidad soriana en la primera mitad del siglo XVI. La historia del lagarto está estrechamente ligada a la figura de Fray Tomás de Berlanga, un fraile nacido en la villa y que llegó a ser obispo de Panamá en su viaje a América, además de ser el descubridor de las Islas Galápagos.
Un símbolo de identidad local
Cuando este fraile volvió a casa después varios años en América, trajo consigo un caimán gigante vivo para mostrárselo a sus vecinos y dar fe de sus viajes. Este animal tan exótico y poco habitual en tierras castellanas rápidamente se convirtió en un emblema local para los berlangueses, quienes lo observan con asombro y curiosidad, fascinados por aquella criatura llegada de tierras lejanas.
Desgraciadamente, el frío de Soria y las malas condiciones para este tipo de animales hicieron que el caimán resistiera poco y muriera al poco de llegar. Los vecinos, que habían cogido cariño al exótico reptil, decidieron disecarlo y colgarlo en una de las paredes de la Colegiata. Desde entonces, este peculiar adorno ha dado lugar a numerosas leyendas y ha convertido a Berlanga de Duero en el ‘pueblo del lagarto’.
Así, más que un simple animal, pasó a ser un símbolo de los viajes y hazañas de Fray Tomás de Berlanga, además de ser uno de los grandes reclamos turísticos del pueblo. Este lagarto fue reformado en el año 2006 y se ha convertido en una figura emblemática que no solo fascina a los cientos de turistas que llegan a la localidad, sino que también refuerza el sentimiento de orgullo y pertenencia entre los habitantes de Berlanga.
