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Los dos pueblos capicúas de Aragón que encierran una gran historia de amor

Los dos pueblos capicúas de Aragón que encierran una gran historia de amor

Un romance que desafió fronteras y convicciones.

Rubielos de Mora, TeruelGetty Images

En España, la gran variedad de pueblos que se reparten por el territorio refleja una riqueza toponímica tan extensa como sorprendente: desde nombres que evocan paisajes (Arroyo de la Luz) hasta otros que parecen sacados de un cuento (Valdeinfierno). Entre esta oferta de topónimos, existen dos pueblos aragoneses que destacan por su excepcionalidad simétrica en lo que a sus nombres se refiere.

Estamos hablando de Mora de Rubielos y Rubielos de Mora, capicúas vivientes que guardan en su toponimia el recuerdo de una apasionante historia de amor y convivencia. Ambos pueblos están enclavados en las colinas centenarias de la Sierra de Gúdar-Javalambre y la leyenda que los une habla de un romance que desafió fronteras y convicciones durante la época de la Reconquista cristiana.

La tradición cuenta que, a finales del siglo XII, Don Alonso de Rubielos, señor cristiano de Rubielos, y la soberana mora Fátima, de Mora, desafiaron el férreo orden de su tiempo y sellaron su unión intercambiando los topónimos de sus dominios, gesto que hoy simboliza la convivencia entre culturas y la fuerza del amor. Un caballero cristiano y una reina mora era un amor prohibido, por lo que su unión fue un gesto audaz y simbólico.

Una ruta enriquecedora

Esta decisión no solo aseguró la perpetuidad del romance, sino que también supuso la coexistencia pacífica entre dos culturas que a priori eran antagónicas. La ruta que conecta ambos enclaves históricos de Teruel es una experiencia enriquecedora para los viajeros amantes de la cultura y la belleza arquitectónica. En Mora de Rubielos se encuentra el Castillo de los Fernández de Heredia, de estilo gótico y levantado sobre cimientos del siglo XII.

Este pueblo también presume de su antigua Colegiata de Santa María la Mayor, una joya arquitectónica de estilo gótico levantino, así como de los rincones que se esconden en sus callejuelas empedradas. A apenas 12 kilómetros se encuentra Rubielos de Mora, con una esencia medieval que se manifiesta desde el Ayuntamiento hasta el claustro del convento de las Carmelitas, donde todas las miradas se dirigen hacia sus arcos toscanos. 

Espacio Eco
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De esta forma, Mora de Rubielos y Rubielos de Mora se consolidan como los destinos perfectos para los amantes del senderismo y la narrativa romántica. Son un testimonio vivo de cómo las pasiones humanas pueden trascender fronteras hasta el punto de causar un impacto simbólico que perdura hasta la actualidad. En estos enclaves aragoneses, cada piedra y cada callejón invitan a reflexionar sobre la tolerancia, la fusión cultural y el poder transformador del amor.