Aragonès respira: el Parlament aprueba los presupuestos con los votos de ERC, PSC y los comunes

Aragonès respira: el Parlament aprueba los presupuestos con los votos de ERC, PSC y los comunes

Entrarán en vigor con más de dos meses de retraso y prevén un gasto histórico de más de 41.000 millones.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, saluda al líder del PSC, Salvador Illa, tras la aprobación de los presupuestos.Quique García / EFE

El pleno del Parlament ha aprobado este viernes los Presupuestos de la Generalitat de 2023 con los votos a favor de ERC, PSC y los comuns y el voto en contra de Junts, CUP, Vox, PP y Cs, tras meses de negociaciones entre los grupos.

Estos Presupuestos, con un gasto histórico de 41.025 millones, son los segundos del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y entrarán en vigor con más de dos meses de retraso tras una tramitación exprés de 37 días.

Las cuentas incrementan en un 8% el indicador a partir del que se reciben prestaciones sociales, incorporan un incremento de 1.284 millones en el presupuesto de salud y destinan 180 millones a un plan para acelerar el autoconsumo, sin grandes cambios fiscales.

Con un gasto total de un 41.025 millones de euros, suponen un incremento de 2.885 millones (7,6%) respecto a las cuentas de 2022, mientras que la previsión de ingresos no financieros y no finalistas es de 31.408 millones de euros, 4.152 más (5,2%).

73 votos a favor, 57 en contra

Los Presupuestos han quedado aprobados en el pleno extraordinario de este viernes con 73 votos a favor, de ERC, PSC y los comuns, y 57 votos en contra, de Junts, CUP, Cs, PP, Vox y el diputado no adscrito Antonio Gallego.

Al terminar la votación, Aragonès ha estrechado la mano de la consellera de Economía y Hacienda, Natàlia Mas, mientras los diputados de los grupos que han apoyado las cuentas aplaudían en pie en el hemiciclo.

El líder del PSC, Salvador Illa, se ha dirigido a la bancada del Govern para estrechar la mano de Aragonès y Mas; luego, Aragonès ha hecho lo propio con la líder de los comuns, Jéssica Albiach, a la que Illa también ha saludado poco después.

Aragonès ha tomado entonces la palabra para agradecer a PSC y comuns su apoyo a las cuentas, y ha asegurado que mantiene la mano tendida a los grupos con los que no han logrado pactar, en referencia a Junts y la CUP: "En la ejecución de los Presupuestos y el resto de políticas encontraremos espacio para ponernos de acuerdo".

Las segundas cuentas de Aragonès

Las anteriores cuentas del Govern de Aragonès contaron con el aval de los comuns --que se abstuvieron-- y el voto favorable de Junts cuando todavía formaban parte del Ejecutivo catalán, antes de su salida en octubre de 2022.

Cuando el Govern pasó a ser monocolor, la aprobación de los Presupuestos de 2023 se convirtió en una prueba de fuego para ERC, que se emplazó a negociar con Junts, los comuns y la CUP y, pese a marcar primero distancias con los socialistas, también con el PSC.

El Govern apostó desde el primer momento por cerrar un acuerdo que garantizara una mayoría parlamentaria a favor de las cuentas antes de llevarlas al Parlament, a diferencia de lo que ocurrió el año pasado --cuando, además, entraron en vigor en tiempo y forma el 1 de enero por primera vez en 12 años--.

La CUP se descartó de las negociaciones, que siguieron adelante con PSC, comuns y Junts, que hasta poco antes había liderado la conselleria de Economía con Jaume Giró al frente.

El primero en llegar fue el pacto con los comuns, el 14 de diciembre: sus ocho diputados confirmaron su apoyo a los Presupuestos a cambio de un plan de choque para la atención primaria de 279 millones, retoques fiscales en el impuesto de pisos vacíos y dos nuevos impuestos y un plan para las energías renovables, entre otros.

Las negociaciones con el PSC siguieron a lo largo de diciembre y enero, y en varias ocasiones el Govern acusó a los socialistas de basarse en el "todo o nada" al exigir que los Presupuestos desencallaran macroproyectos que los socialistas --con los mismos diputados que ERC, 33-- consideraban esenciales.

Entre estos macroproyectos figuraban el complejo del Hard Rock en Tarragona, la ampliación del Aeropuerto de Barcelona-El Prat y la ejecución de la B-40 o 'Ronda Nord' en el Vallès, un proyecto ante el que el Govern finalmente cedió, en contra de su postura hasta entonces, y que desencalló las negociaciones.