Dividido social y políticamente: así llega el feminismo al 8-M

Dividido social y políticamente: así llega el feminismo al 8-M

La ley Trans y la reforma del 'sólo sí es sí' marcan las manifestaciones por el Día de la Mujer.

Manifestación del 8-M en Madrid.Rodrigo Minguez

Más de cinco millones de mujeres en huelga. Entre 200.000 y 350.000 asistentes a las manifestaciones en Madrid de 2018 y 2019, según datos de la Delegación del Gobierno. Y una sensación de enorme movilización unitaria del feminismo. 

Quién iba a pensar por aquel entonces que el 8-M, el Día de la Mujer, iba a llegar a 2023 tan dividido. Casi más dividido que nunca. Pero así es. Poco o nada queda del sentimiento unitario de aquellas masivas movilizaciones y huelgas. El feminismo llega fracturado política y socialmente tras polémicas que han generado un ambiente convulso. 

Ambiente que se ha podido ver en el Congreso de los Diputados, donde este martes se ha debatido y votado la propuesta de reforma de la ley del 'sólo sí es sí' presentada unilateralmente por el PSOE sin el acuerdo con el Ministerio de Igualdad. El objetivo, detener las numerosas rebajas de penas a agresores sexuales que se han producido desde que la ley entró en vigor.  

La proposición del PSOE mantiene la vuelta a las penas anteriores a la entrada en vigor de la ley cuando haya violencia, intimidación o se haya anulado la voluntad de la víctima. Recupera la horquilla de entre 1 y 5 años de prisión cuando no haya penetración y de entre 6 y 12 cuando sí la haya, siempre que en esos casos haya habido violencia, intimidación o se haya anulado la voluntad de la víctima.

En la exposición de motivos, se asegura que la reforma "no afecta al corazón de la norma ya que se mantiene íntegra la definición del consentimiento y, por tanto, la esencia de la regulación de los delitos contra la libertad sexual".

La división viene de lejos

Pero la división política venía de mucho antes de este último enfrentamiento. Ya en la manifestación del año 2020 se produjeron incidentes entre feministas, cuando sectores abolicionistas quisieron encabezar la manifestación por delante de la cabecera oficial. Hubo enfrentamientos y hasta rotura de algunas pancartas. 

Pero sin duda la clave de bóveda de la división en el seno del feminismo en los últimos años ha sido la ley Trans, con la oposición de ciertos sectores a la llamada 'agenda queer' y a la libre autodeterminación de género, es decir, el cambio de nombre y sexo en el DNI sin necesidad de informes médicos ni hormonación; que finalmente se ha incluido en la norma recientemente aprobada.

Los sectores más críticos del feminismo con la ley Trans, entre las que se encuentran feministas como Amelia Valcárcel o Alicia Miyares, consideran que la nueva legislación se olvida de las mujeres e incluso, las borra. 

Una de las más activas en la crítica contra esta norma ha sido Carmen Calvo, quien fuera vicepresidenta primera del Gobierno, punta de lanza del feminismo contrario a la norma incluso desde el propio Ejecutivo.

De hecho, en febrero de 2021, ante el inicio de la tramitación de la norma impulsada por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero, Calvo no dudó en decir lo siguiente en declaraciones a la Cadena SER: “A mí me preocupa fundamentalmente la idea de pensar que el género se elige sin más que la mera voluntad o el deseo, poniendo en riesgo, evidentemente, los criterios de identidad del resto de los 47 millones de españoles”.

Calvo perdió aquella batalla interna. El debate en el seno del Ejecutivo se saldó a favor de Igualdad, que consiguió que el texto de la norma no tocase ni una coma sobre la autodeterminación de género. Además, Sánchez la sacó del Gobierno en julio de ese año

Pero no cejó en su empeño. En septiembre de 2022, dijo en El Mundo que "la ley trans puede destrozar la potente legislación de igualdad de nuestro país”.

"Hay que distinguir entre la necesidad de que el Estado dé respuesta a las personas trans de una teoría queer que viene a destrozar todo lo que de progresista han tenido las leyes de igualdad entre hombres y mujeres. La Constitución no contempla el género, contempla el sexo. El artículo 14 dice que puedes ser discriminada por razón de sexo", añadía en aquella entrevista. 

El ruido de la división llegó hasta la manifestación del 25 de noviembre, Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, donde una de las columnas pedía directamente la dimisión de la ministra de Igualdad. También se escucharon gritos reclamando la marcha de Irene Montero a pocos metros de la pancarta que sujetaban varias ministras del PSOE. 

La ley Trans, no sin dificultades, salió finalmente adelante a mediados de febrero tras su aprobación en el Congreso. Pero el ruido no ha cesado. 

Hace pocos días, en la inauguración del Encuentro Internacional Feminista en Madrid en el que participaba la propia Irene Montero, varias mujeres interrumpieron el evento al grito de "¿dónde están las feministas?" en protesta por la norma recientemente aprobada. 

La ministra se levantó, se acercó al borde del escenario e instó a estas mujeres a subir a hablar: "¿Queréis subir?. Si queréis, subid y se lo explicáis al auditorio. Compañeras, si queréis, subid. Si preferís, subid y se lo explicáis a las compañeras".

El último episodio de división se ha escenificado en el Congreso de los Diputados donde, tras varios días de declaraciones cruzadas entre socios, PSOE y Unidas Podemos se dijeron las cosas a la cara como hacía tiempo que no se veía. 

"Hay que ser responsables, hay que ser consecuentes", expresó Andrea Fernández, responsable de Igualdad del PSOE, mirando a Irene Montero y a Ione Belarra, ministra de Asuntos Sociales y líder de Podemos. "El Grupo Socialista asume la responsabilidad de la reforma de esta ley", añadió Fernández, que negó que se hubiera "tocado una coma" del consentimiento en la ley. 

Acto seguido, llegó el ataque contra el socio parlamentario. "Nos gustaría", agregó Fernández desde la tribuna dirigiéndose directamente a Unidas Podemos, "que nos hablaran de sus propuestas para hablar de esta ley". "Estamos cansadas de sus peroratas, dejen la hipérbole, hablen de sus propuestas", agregó.

"Las señorías del PSOE se levantarán a aplaudir con las de Vox y del PP una reforma de la ley 'sólo sí es sí' que elimina el consentimiento del Código Penal. Hoy se han aliado con Vox y con el PP para volver al Código Penal de La Manada. Para que vuelvan a preguntarnos si cerramos bien las piernas, cuántas veces dijimos no o con qué fuerza nos resistimos", contestó Lucía Muñoz, portavoz de Podemos, en respuesta al PSOE. 

La parlamentaria de Podemos acusó al PSOE de "traicionar el grito de miles de mujeres en las calles". "No están fallando a sus votantes, están dando la espalda a todas las mujeres de este país", ha señalado Muñoz, quien ha afirmado que los socialistas iban a votar junto a "los que recurrieron el aborto, derogan leyes trans o los que consideran que las personas LGTBIQ+ son una moda de Netflix".

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Jefe de Política de El HuffPost