Aterriza en España el segundo grupo de activistas españoles de la Flotilla: solo queda una por volver
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Aterriza en España el segundo grupo de activistas españoles de la Flotilla: solo queda una por volver

De los 49 españoles, 48 ya han regresado; solo la mallorquina Reyes Rigo, acusada de agredir a una funcionaria durante su arresto, sigue en la prisión de Ketziot.

Llegada a Barajas, en Madrid, de otro grupo de activistas españoles que integraban la flotilla Global SumudJuanjo Martín

El segundo grupo de activistas españoles que viajaban a Gaza en la Flotilla Global Sumud, interceptada ilegalmente por Israel la semana pasada, han llegado este lunes por la noche a España. Han sido 27 personas las que han aterrizado en varios aeropuertos, como el de Madrid, el de Barcelona o el de Bilbao, después de su deportación desde Tel Aviv y hacer una escala en Atenas, donde les esperaba un avión militar español para traerlos de vuelta. 

Este segundo grupo de activistas de la Flotilla se une a los otros 21 que ya volvieron ayer, domingo, después de pasar varios días detenidos en la cárcel de Ketziot, prisión israelí de alta seguridad, en la que denuncian haber sido víctimas de maltrato y humillaciones. "Nos han pegado, nos han arrastrado, nos han atado de pies y manos", denunciaban en Barajas.

Con este segundo vuelo de repatriación, ya son 48 los activistas de la Flotilla asaltada la semana pasada por el Ejército israelí en la zona de exclusión naval fijada por el Gobierno de Netanyahu, cuando a las cerca de cuarenta embarcaciones que la formaban estaban a unas 40 millas náuticas de la Franja de Gaza. Solo falta por regresar Reyes Rigo, cuya detención en la prisión de alta seguridad de Ketziot se ha prorrogado después de que las autoridades israelíes la acusaran de morder a una funcionaria en su reclusión.

Madrid-Barajas: abrazos, gritos y denuncias

El avión A-400 del Ejército del Aire que trasladó a los activistas desde Atenas aterrizaba en el aeropuerto de Madrid-Barajas sobre las 23:10 horas, según confirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores que, además de los activistas españoles, han trasladado desde Grecia a varios ciudadanos de otros países europeos.

En la terminal 2 de Barajas, centenares de personas aguardaban su llegada con banderas de Palestina y decentas de pancartas de bienvenida. Entre los muchos cánticos que se escucharon en los pasillos del aeropuerto madrileño, se pudieron oír frases como “¡No es una guerra, es un genocidio!”, “¡Viva Palestina libre!” o “¡Israel asesina, Europa patrocina!”. Todo esto ha ocurrido con la ministra de Sanidad y líder de Más Madrid, Mónica García; la diputada Alda Recas; la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, o la eurodiputada Irene Montero, como testigos y que han recibido a los deportados entre aplausos.

Una de las integrantes de la Flotilla, Lucía Muñoz, ha agradecido ante los medios todo "el apoyo de los movimientos sociales" que han acompañado a la misión humanitaria y ha subrayado que el objetivo del viaje era el de "romper con ese bloqueo criminal que está perpetrando el Estado genocida de Israel en Palestina desde hace 17 años y abrir un corredor humanitario”, algo que lamenta no haber conseguido. “Una vez más, Israel ha cometido un crimen contra la humanidad y el derecho internacional, secuestrándonos, llevándonos en contra de nuestra voluntad y metiéndonos en prisión durante cinco días”, ha denunciado la coordinadora de Podemos Baleares.

Otra de las activistas españolas repatriadas desde Atenas, Alejandra Martínez, ha exigido al Ejecutivo español que intervenga con rapidez y de forma más decidida para garantizar el regreso de Reyes Rigo, la única española que sigue detenida en Israel. Según su relato,  la mallorquina "fue sacada de una habitación con extrema violencia" durante un examen médico en la prisión de Ketziot. Martínez ha asegurdo que desde entonces no han tenido noticias directas de ella, ni del estado en que se encuentra. “No sabemos nada de Reyes, absolutamente nada. Es la única ciudadana que no ha vuelto. Quiero pedir al Gobierno de España que actúe con urgencia y facilite su regreso”, insistió ante los medios.

Barcelona: un regreso con perfil político

Casi a la misma hora, en el aeropuerto de Barcelona-El Prat, una docena de integrantes de la flotilla Global Sumud por Gaza aterrizaba en Cataluña tras tomar un vuelo comercial en Atenas. Entre ellos se encontraban la diputada de la CUP, Pilar Castillejo; el dirigente del partido y miembro del Sindicat d’Habitatge de Cassoles, Adrià Plazas; el sindicalista de la CGT, Saturnino Mercader y Curro Rodríguez, del Sindicat de Barri del Poble Sec.

Al grupo, al que recibido en un ambiente más discreto que el de Madrid, pero con similar carga simbólica. A pie de pista los esperaban el conseller de Unión Europea y Acción Exterior de la Generalitat, Jaume Duch, y el delegado del Gobierno en Cataluña, Carlos Prieto, que les trasladaron un saludo institucional antes de su salida a la zona pública, donde decenas de simpatizantes los aguardaban entre banderas palestinas y aplausos.

Fuentes del Departament d’Acció Exterior explicaron que, coordinados con el Ministerio de Exteriores, se habilitó la opción de que los activistas catalanes viajaran directamente desde Atenas a Barcelona para evitar más desplazamientos tras su deportación. Duch confirmó que la Generalitat mantuvo contacto permanente con los miembros de la flotilla “desde la travesía hasta su detención por parte de Israel” y subrayó que el retorno “se ha gestionado en coordinación institucional y con respeto a los derechos de los ciudadanos”. El delegado del Gobierno, Carlos Prieto, ha destacado en redes sociales esa cooperación y felicitaba al cónsul general de España en Tel Aviv “por el trabajo realizado y por la atención prestada a los activistas durante todo el proceso de deportación”.

En las inmediaciones del aeropuerto de El Prat, varios colectivos solidarios con Palestina improvisaron una pequeña concentración de bienvenida, donde se desplegaron decenas de pancartas con lemas como “Catalunya amb Gaza” y “Cap bloqueig sense resposta”. Los aplausos se mezclaron con cánticos que también exigían la puesta en la libertad de Reyes Rigo, la única integrante española que continúa detenida.

Bilbao: recibimiento vasco a los miembros del Movimiento Global por Gaza

Casi a la misma hora, en el aeropuerto de Bilbao, decenas de personas esperaban con las banderas de Palestina y pancartas la llegada de los cuatro activistas vascos deportados por Israel. Entre los repatriados, recibidos con aplausos y gritos de apoyo, se encontraban José Osés, Itziar Moreno, Mikel Zuloaga y Abdel Karim El Khamlichi, vinculados una red de organizaciones del País Vasco, el Movimiento Global por Gaza de Euskal Herria, que han impulsado en los últimos años diversas campañas de solidaridad con Palestina. 

A la salida de la terminal, los asistentes corearon lemas como “Boicot a Israel” y “Palestina askatu” (“Palestina libre”, en euskera). Muchos portaban carteles en los que se leía “Euskal Herria con Gaza” o “No hay paz con ocupación”. Los activistas no hicieron declaraciones formales, aunque algunos de ellos agradecieron el recibimiento con gestos de la mano y breves palabras de agradecimiento. Itziar Moreno y Mikel Zuloaga, conocidos por su participación en acciones de desobediencia civil y por su activismo histórico en favor de los derechos palestinos, se limitaron a saludar a los presentes antes de abandonar las instalaciones acompañados por miembros de su colectivo.

Con la llegada de este segundo grupo, España ha completado el retorno de 48 de los 49 activistas que formaban parte de la flotilla Global Sumud. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, había anunciado horas antes que todos regresarían este lunes “salvo contratiempos de última hora”, y confirmó la coordinación entre el Gobierno, las Fuerzas Armadas y el cuerpo diplomático en Tel Aviv.

La flotilla Global Sumud partió con el propósito de romper el bloqueo sobre Gaza y abrir un corredor humanitario, una acción simbólica que Israel consideró “una provocación en zona de exclusión militar”. La interceptación tuvo lugar en aguas internacionales, a unas 40 millas náuticas de la Franja, donde la marina israelí abordó las embarcaciones y trasladó a sus ocupantes a puerto.

Los activistas permanecieron cinco días en detención preventiva, antes de ser deportados en grupos sucesivos. El episodio ha reavivado el debate sobre la política española hacia Oriente Próximo y la relación con Israel, después de que el Gobierno reconociera en mayo pasado al Estado palestino.

Desde Exteriores insisten en que el Ejecutivo “mantiene abiertos todos los canales diplomáticos necesarios” para garantizar el respeto a los derechos de los ciudadanos españoles detenidos en el extranjero. Entretanto, el nombre de Reyes Rigo sigue marcando el punto final —y pendiente— de una travesía que empezó con la idea de llevar ayuda y terminó con un operativo internacional de repatriación.

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