Pedro Sánchez salva un nuevo 'round': los socios le dan oxígeno pero con avisos
El presidente del Gobierno logra salir vivo de una comparecencia que se preveía crucial. El miércoles sirvió también para ver al Alberto Núñez Feijóo más furibundo.

Poco antes de uno de sus combates contra Evander Holydield, en 1987, el boxeador Mike Tyson le dijo a un periodista una de sus sentencias más icónicas. "Todo el mundo tiene un plan hasta que le dan un golpe en la cara", espetó Tyson, acaso sin saber que acababa de dejar para la historia una de las mejores reflexiones respecto a la impredecibilidad de la vida. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, experimentó hace poco lo acertado de la expresión. En su caso, los golpes en la cara comenzaron con José Luis Ábalos y terminaron con la entrada en prisión preventiva de su último secretario de Organización, Santos Cerdán. Pero Sánchez, por aquello de continuar con las metáforas del boxeo, no tirará la toalla. Al menos así lo aclaró este miércoles en su comparecencia en el Congreso. Pese a los golpes, el líder del Ejecutivo ha decidido mantenerse en el cuadrilátero, y ha logrado que, desde su esquina, los socios le den algo más de oxígeno.
Sánchez llegó al Congreso tocado. Ni siquiera el Comité Federal que había convocado para calmar las aguas le salió como esperaba, después de que eldiario.es publicase denuncias por comportamientos machistas contra Francisco Salazar, uno de los hombres que el secretario general socialista había escogido como adjunto a la nueva Secretaría de Organización. Con un Alberto Núñez Feijóo recién entronizado en el Partido Popular y los socios de la coalición de Gobierno, Sumar, molestos por la ausencia de comunicación en el Gobierno, la comparecencia de este miércoles se preveía crucial para el futuro de la legislatura. Y, si lo fue, puede concluirse que, al menos a corto plazo, continuará.
Nada más subir a la tribuna, Sánchez volvió a emitir un ya reiterado mea culpa. Casi como un penitente, el presidente del Gobierno se mostró decepcionado consigo mismo por haber confiado en Ábalos y Cerdán. Esa frustrada confianza, dijo, le llevó a pensar en la dimisión, pero lo descartó. "Como la persona que los nombró, tengo responsabilidad y lo asumo. He considerado la dimisión y la convocatoria de elecciones. Hubiera sido lo más sencillo, pero tirar la toalla nunca es opción", aseguró Sánchez antes de anunciar quince medidas de lucha anticorrupción.
Si en Sumar estaban molestos porque nadie en el PSOE se había puesto en contacto con ellos hasta principios de esta semana, el enfado se evaporó cuando comprobaron que diez de las quince medidas que Sánchez anunció eran suyas. "Saben que en los últimos días estábamos molestos y preocupados por la falta de acción del PSOE", señaló al finalizar la comparecencia el ministro y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, quien sin embargo añadió a continuación: "Hoy es verdad que hemos dado un paso adelante tras negociaciones intensas. El presidente del Gobierno ha asumido diez propuestas de Sumar, es un paso muy positivo". Sánchez se ganó, de nuevo, la confianza de sus compañeros en el Consejo de Ministros.
Desde fuera del Gobierno, Sánchez pudo quedarse también tranquilo con las intervenciones de EH Bildu y ERC, no tanto porque le defiendan sino porque jamás participarían, tampoco de manera indirecta, en la llegada de un Gobierno de PP y Vox. Eso sí, si lo que hay es tan solo lo que se sabe hasta ahora. La advertencia la dejó nítida el portavoz de ERC Gabriel Rufián. "Si esto se queda en tres listos que se repartieron las mordidas, usted no se tiene que ir", calmó a Sánchez antes de dejar caer, sin embargo, que, "si esto escala", le obligarán "a convocar elecciones y que la gente decida lo que tiene que ser el PSOE, este país y este Gobierno". De igual modo se ha pronunciado la portavoz de EH Bildu Mertxe Aizpurua. "Nosotros no venimos aquí a intentar hundir este Gobierno ni a intentar finiquitar esta legislatura. Seremos muy exigentes con el PSOE y el Gobierno, sí, pero que nadie espere que participemos de las estrategias que busquen ese objetivo", aseguró la parlamentaria vasca. Más calma para Sánchez.
Desde el PNV, sin embargo, aparte de Podemos, se mostraron más desconfiados. Es más, su confianza, según apuntó su portavoz en el Congreso, Maribel Vaquero, "va camino de la UCI". "Usted hoy no desfila completamente desnudo, pero sí con una hoja de parra", advirtió Vaquero al presidente. No obstante, siempre está Feijóo. El líder del Partido Popular logró con sus exabruptos que los independentistas vascos, que habían sido los socios más agresivos con Sánchez, arremetieran también contra él. "¿Cree que va a gobernar insultando y tratando de desacreditar al adversario? ¿Qué más sabe hacer? ¿Tratar de ensuciar el nombre del PNV?", preguntó Vaquero a Feijóo, a quien además acusó de demostrar "una educación política impropia de una persona que aspira a ser presidente del Gobierno".
Junts, una vez más, ha tirado de ambigüedad. Aunque su portavoz, Miriam Nogueras, avisó a Sánchez de que las prórrogas no duran toda la legislatura, también tuvo palabras contra el Partido Popular, a pesar de en los últimos meses han votado en la misma línea que los de Feijóo y Abascal. "Si quiere seguir gobernando, tiene que tener claro que quien le da la mayoría son los siete votos de Junts", se dirigió Nogueras a Sánchez antes de deslizar que no se equivocaron cuando pidieron que el presidente se sometiese a una cuestión de confianza.
Si la comparecencia del miércoles sirvió para algo fue para comprobar que, por ahora, todo seguirá igual. Y quizás también para vislumbrar un giro de Feijóo hacia el ataque más furibundo. El presidente del Partido Popular llegó a acusar a Sánchez de haber vivido de la prostitución, lo que le granjeó las quejas de buena parte del Parlamento. Pese a todo, Sánchez ganó tiempo, si bien nadie en el PSOE está del todo en calma. Cualquier otra noticia que implique al partido o a algún cargo socialista más en el caso Koldo, como advirtió Rufián, podría hacerlo saltar todo por los aires. El tiempo dirá, pero Sánchez ha aguantado este round en pie.
