Sin sorpresas: Feijóo reclama a Sánchez la convocatoria de elecciones generales
El presidente del Partido Popular considera que "continuar con la legislatura condena a la nación a una pérdida de tiempo histórica".
Cero sorpresas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido la gestión del Gobierno y aprovechado para dedicar gran parte de su discurso a atacar al PP, sobre todo en materia de sanidad, y el jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha respondido con la retahíla del todo mal y del váyase. "Ha terminado el líder de la oposición al Partido Popular y ahora me toca a mí", ha ironizado el presidente del Partido Popular nada más comenzar una nueva reedición del día de la marmota. Del todo bien al todo mal y así, casi como un vaticinio gratuito, hasta el próximo miércoles.
Tras la ironía, Feijóo ha querido dejar claro, no sea que alguien todavía no lo supiera, que Sánchez no puede contar con su partido. "No cuente conmigo para nada", dijo al presidente del Gobierno, a quien definió como alguien temeroso de la justicia. "Es la acción judicial la que le tiene aferrado a ese escaño. Está muerto de miedo y cree que algo podrá conseguir controlando la Abogacía del Estado, la Fiscalía General del Estado y desmantelando la UCO", ha señalado.
Entre otras cosas, Feijóo ha tirado de un leitmotiv habitual en el Congreso, el término deslealtad, que usan tanto unos como otros para lanzarse el palabro entre ellos. "Usted lleva la deslealtad en la sangre", ha espetado Feijóo, quien se ha explicado: "Comenzó siendo desleal con su partido, desleal con la Constitución y el jefe del Estado, desleal con el Parlamento, radicalmente desleal con los españoles. Solo es leal a sí mismo, es su única forma de ejercer el poder".
No hay nada que a Feijóo le parezca bien del Gobierno de Sánchez, tampoco sus políticas en vivienda, uno de los temas que el presidente del Ejecutivo ha tratado en su comparecencia. La vivienda, el principal problema del país. Si el Partido Popular se levantaba este martes del Congreso mientras intervenía el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, para presentar una proposición de ley que busca combatir la especulación inmobiliaria, esta mañana Feijóo se ha erigido como solución al tema, hasta el punto de avanzar que "la política de vivienda dependerá de" su "Vicepresidencia Primera". Y una promesa: "Voy a hacer una bajada histórica de impuestos a los jóvenes para la compra de vivienda, nueva o de segunda mano; del 10% al 4% del IVA".
A partir de ahí, Feijóo llevaba preparados algunos lemas que bien podría encajar en las cartelas de alguna manifestación. "Alquiler o comida"; "llegó a una España de propietarios y deja una España de precarios"; "la única emergencia habitacional de la que se ha preocupado es la de su hermano". Sobre la ley de Vivienda, esa que el Partido Popular niega a aplicar en sus comunidades, Feijóo ha vuelto a defender su derogación: "La mayoría de esta Cámara ha votado a favor de la derogación de la norma y usted no la ha derogado. ¿Pero usted qué se cree, que las cortes son un adorno? ¿Que los diputados somos secundarios y el único protagonista de su ficción es usted?", ha preguntado Feijóo, seguramente sin esperar respuesta.
Y ya la acometida final, una en la que ha dibujado un país inmerso en una "crisis de horizonte". "Ya está bien de ignorar a los que lo están pasando peor. La vida de la gente empeora mientras el Gobierno se atrinchera. Ningún país tiene más pobreza que España. [...] El problema de los españoles es la precariedad vital. Construyen una sociedad de personas dependientes, del Estado o de sus mayores", ha dicho para afilar un nuevo lema: "Les ha robado el futuro a miles de jóvenes españoles".
Por si a alguien se le ha escapado el objetivo final de su discurso, Feijóo ha buscado nitidez. "Continuar con la legislatura condena a la nación a una pérdida de tiempo histórica. [...] O se condena al país a dos años de parálisis y desgobierno, o se convocan elecciones generales", ha dicho antes de aclararle a Sánchez que no piensa "amnistiarle". "Ni a usted ni a los suyos", ha zanjado Feijóo.