¿Y ahora qué? La izquierda ante su clásico debate de la unidad tras los resultados extremeños; próxima estación: Aragón
El resultado de Extremadura dibuja una ventana de posibilidad en la que, por primera vez, Sumar no se encuentra dentro de la ecuación. El siguiente reto electoral es Aragón donde la fórmula todavía no está definida.
"¿Y si perdemos? Lo haremos juntos también", intercambiaban Tony Stark y Capitán América en uno de los diálogos más citados de la historia de Los Vengadores, la famosa saga de Marvel. La vida real es un poco más difícil. En la izquierda, donde división y ruptura han marcado desde hace años al espacio que se encuentra al costado del Partido Socialista y a los diferentes debates que se mantienen dentro de las formaciones políticas, los cálculos para ir juntos a unos comicios se convierten en un quebradero de cabeza tanto para los partidos como para el electorado.
Sin embargo, parece que después de los últimos comicios extremeños se puede abrir una nueva ventana de oportunidad, una que rompe con la mala racha de resultados que se arrastraba desde hace tiempo y que otorga ligeros aires de esperanza. Unidas por Extremadura y su candidata, Irene de Miguel, han conseguido sus mejores números de la historia autonómica con siete diputados. Superando así los seis escaños que obtuvo la alianza de Izquierda Unida, Los Verdes y Compromiso por Extremadura en 1995.
La fórmula empleada en los comicios de este domingo tiene un hecho determinante: este buen resultado se ha conseguido con Sumar fuera de la ecuación. Se instala así, de nuevo, el eterno dilema de la unidad que emerge en la izquierda cada vez que se vaticinan unas nuevas elecciones. Ante un escenario con numerosas citas electorales, donde el auge de la extrema derecha parece asentarse y con un Partido Socialista que encadena caídas sin fin, el melón ha terminado de abrirse.
Tanto es así que hasta el líder de Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso, Gabriel Rufián, lleva meses enarbolando una propuesta por la que "o nos unimos o nos matarán por separado", apelando a las izquierdas independentistas, nacionalistas y a las del resto del Estado.
Próxima estación: Aragón
La siguiente parada de estas citas electorales es Aragón, donde la estrategia que adoptará la izquierda todavía no está clara. El 23 de enero dará el pistoletazo de salida de la campaña electoral y el 8 de febrero tendrán lugar las elecciones, con lo que el espacio cuenta con apenas un mes para terminar de perfilar sus posiciones. Por parte de Sumar, Lara Hernández ha anunciado este lunes su apuesta por una candidatura conjunta que englobe a la Chunta, Izquierda Unida y Podemos. "El resultado del 21D tiene que alertar a la izquierda transformadora de que la estrategia debe ser profundizar en la senda de la unidad", ha dicho la portavoz.
Sin embargo, los puentes llevan bastante tiempo rotos entre Sumar y Podemos y, aunque fuentes de Sumar recalquen que mantienen diálogo con Chunta Aragonesista e IU Aragón, lo cierto es que la formación morada apuesta por dejarlos fuera de futuras coaliciones como ha apuntado este lunes el secretario de Organización, Pablo Fernández, en rueda de prensa al considerar que esa formación "está subordinada" al PSOE o a "políticas tibias".
Cabe recordar que Yolanda Díaz calificó a Irene de Miguel como "un poco fraude" para la izquierda. "No vamos a perder ni un solo segundo en que la izquierda transformadora se vea reforzada", ha enfatizado siguiendo con el discurso que ha mantenido Podemos dado que "la situación social y económica de la comunidad exige responsabilidad, diálogo y voluntad real de acuerdo".
Chunta e IU denuncian vetos de Sumar y Podemos
La Chunta Aragonesista, por el momento, ha descartado un pacto electoral con Podemos, Sumar e Izquierda Unida. Así lo manifestaba la secretaria general del partido, Isabel Lasobras, este domingo remarcando que se "está utilizando el concepto de unidad de manera demagógica para llevar a una confusión". "Seguimos a la espera de esas propuestas de unidad de toda la izquierda, que se materialice en una sola y si es así será valorada", proseguía la líder regionalista. Con todo, el partido mantiene conversaciones con los diferentes actores estatales que engloban al espacio de la izquierda del Partido Socialista.
Por parte de Izquierda Unida esperan conseguir esa 'candidatura de unidad' rechazando que haya "vetos de nadie" volviendo a hacer referencia, al igual que la Chunta, a esas diferencias y exclusiones cruzadas entre Podemos y Sumar. "Si se puede conseguir, sería una buena noticia, y si no, hay disponibilidad a cierta solvencia en cuanto que el mapa electoral en Aragón no castiga tanto la fragmentación como puede ocurrir en otras comunidades", ha expresado el coordinador federal de IU, Antonio Maíllo.
Futuro incierto y cada uno por su lado
La estación de Aragón será una más para la lista de comicios que se esperan en 2026 donde el dilema de la izquierda se mantendrá presente y caldeará el ambiente para unas hipotéticas elecciones generales donde la incertidumbre del espacio apunta a repetirse tal y como sucedió en las elecciones de 2023.
Entonces, se conformó una lista única encabezada en torno a la figura de Yolanda Díaz: una candidata de la que se esperaba que lograse aglutinar a toda la izquierda. El sueño duró poco. En noviembre del mismo año Podemos salió del grupo y, en 2025, Més Compromís (el partido mayoritario de la coalición valenciana) también decidió unirse al Grupo Mixto.
A todas luces, la opción de una única línea a seguir en los diferentes territorios, así como en unas elecciones nacionales, no está encima de la mesa. Los diferentes comicios autonómicos presentarán su propio escenario y alianzas. El debate sobre la unidad de la izquierda vuelve a situarse en el centro del tablero político en un momento clave, marcado por la fragmentación interna, la desconfianza entre actores y un calendario electoral exigente.
Los resultados en Extremadura han reabierto en definitiva una discusión que se repite cíclicamente y que enfrenta a las formaciones progresistas a un dilema no resuelto entre identidad y estrategia. Mientras los llamamientos a la confluencia se multiplican, la falta de acuerdos claros y los vetos cruzados anticipan un escenario incierto en el que cada decisión puede resultar determinante para el futuro del espacio a la izquierda del PSOE en un escenario en el que la extrema derecha parece no tener techo y de la que podrían depender muchos de los gobiernos autonómicos.