"Yolanda va de farol"
La crisis en el Gobierno de coalición persiste. En Moncloa no se creen a la vicepresidenta Díaz pero Sumar ve en riesgo el acuerdo de legislatura.
El Gobierno de coalición no está roto, pero casi. En lo político y en lo personal entre varios de sus ministros. Cosa distinta es que todo vaya a saltar por los aires. Al menos en el PSOE, son mayoría los que opinan que la relación de connivencia se mantendrá hasta las próximas elecciones, ya sean el próximo año o en 2027. "O nos movemos o nos vamos a tomar por saco", defienden en el equipo de la vicepresidenta Yolanda Díaz. A su juicio, Pedro Sánchez ha perdido el rumbo y no da síntomas de querer enderezarlo.
Una semana después de que Díaz lanzara su particular ultimátum a Sánchez, nada ha cambiado más allá de un evidente deterioro de la convivencia gubernamental. El lunes, ambos se vieron a solas para abordar la crisis en la coalición antes de la tradicional copa de Navidad en Moncloa, a la que ningún representante de Sumar asistió.
Básicamente, la vicepresidenta segunda reclama un revulsivo a todos los niveles tras los escándalos que rodean a Sánchez. Desde una crisis de Gobierno en profundidad a un impulso reformista en materia social y de vivienda. "Algo hay que hacer", no han parado de repetir. "Lo hemos dicho siempre, hay que gobernar y no resistir por resistir", añaden las fuentes consultadas por El HuffPost.
En el lado socialista de la mesa del Consejo de ministros, algunos se toman a guasa la amenaza de Sumar. "No se van a ir", suele ser el comentario más recurrente, a micrófono cerrado. "Yolanda va de farol", contestaba un ministro. Oscar Puente llegó a burlarse públicamente de la vicepresidenta. "Si de lo que se trata es de ofrecer sacrificios en el altar, pues bueno, hagámoslo", afirmó en una entrevista en TVE.
El presidente está dispuesto a hacer algún "gesto", pero en ningún caso a plegarse a todas las exigencias, según las fuentes consultadas. De hecho, en su equipo creen que Díaz erró al tratar de imponerle una serie de condiciones, con los casos de presunto acoso sexual y corrupción sucediéndose en las portadas. "Deslealtad" se afirmó en privado, aunque Sánchez no ha querido asumir esa palabra cuando los periodistas le han preguntado.
De momento, esos gestos no han llegado. Tras la reunión discreta del lunes, llegó la cumbre de sus equipos el viernes, que se saldó con un estrepitoso fracaso. La reunión pasó de anunciarse a bombo y platillo a que no tuviera cobertura pública alguna. Una cita casi clandestina en el Congreso, de poco más de hora y media, que indignó a los dirigentes de Sumar que asistieron.
"Más allá de buenas palabras, nada. Esta actitud inmovilista del PSOE solo favorece al desánimo progresista y alimenta al Partido Popular y a Vox. Algo hay que hacer", se revolvieron. "Paripé", resumió uno de los integrantes de la delegación de Sumar.
Si no hay cambios de última hora, Sánchez acometerá este lunes una crisis de Gobierno quirúrgica, para dar salida a Pilar Alegría, que será la candidata a las elecciones de Aragón. Pero "no más", enfatizan fuentes socialistas, descartando esa gran remodelación que ha reclamado Díaz.
Hay ya algunas voces de los partidos que conforman Sumar que animan a que “el susto sea real” y planificar una ruptura con el PSOE, por ejemplo poniendo fin al acuerdo de legislatura. Esto es, un golpe en la mesa de verdad, más allá de las amenazas públicas. "No podemos permitir que nos humillen". Si bien, esta posición no es ni mucho menos unánime e Izquierda Unida ha mostrado sus reservas con la estrategia de Díaz.
“Resistir”, sigue siendo la consigna en Moncloa. Que las fiestas de Navidad alejen los escándalos. "Lo importante ya es preparar bien el inicio del curso político", exponen en su entorno. Yolanda Díaz aún aspira a que entonces, en enero, el presidente sí remodele su gabinete.