Al Tomahawk le sale un digno competidor: el dron-misil ucraniano con alcance de más de 3.000 kilómetros y un motor a reacción con rica historia
Zelenski lo califica como el proyecto armamentístico "más exitoso" del país.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, lleva semanas pidiendo misiles de largo alcance Tomahawk de fabricación estadounidense para estar en igualdad de condiciones con Rusia. El líder ucraniano afirmó el jueves estar en contacto con varios países europeos que poseen este armamento después de que su homólogo estadounidense, Donald Trump, descartara por ahora la transferencia de estos misiles a Kiev.
Los misiles Tomahawk, con un alcance de hasta 2.500 kilómetros, serían las armas de mayor alcance entregadas a Ucrania si finalmente se concretara su envío. Hasta el momento, el país ha recibido misiles británicos Storm Shadow, estadounidenses ATACMS y franceses SCALP, que han fortalecido la capacidad ucraniana para responder a la invasión rusa.
Zelenski defendió que reforzar el arsenal ucraniano con armamento de largo alcance permitiría a Ucrania presionar a Moscú. "Dotar a Ucrania de más capacidades de ataque de largo alcance hará sentir al Kremlin las consecuencias de esta guerra", declaró el mandatario. A su juicio, solo un aumento de la capacidad ofensiva puede "contribuir a que Vladímir Putin se siente a negociar el final del conflicto".
El misil Flamingo entra en escena
Mientras busca apoyo internacional, Ucrania también promociona su propio desarrollo, que no tiene nada de envidiar al Tomahawk: el misil de crucero Flamingo. Denys Shtilerman, diseñador jefe del proyecto, confirmó el 20 de octubre en una entrevista con Radio NV que el misil "se ha utilizado en combate", aunque evitó dar detalles adicionales.
El Flamingo se presenta como un arma de nueva generación, diseñada para volar a muy baja altitud y evadir los sistemas de radar rusos. "Tienes que entender que, si puedes adaptarte al terreno y tu avión tiene las capacidades adecuadas, si vuelas bajo, por debajo de los 40 metros, ningún radar te detectará al 100%", explicó Shtilerman. "Pasarás fácilmente a cualquier ciudad rusa, excepto quizás Moscú y San Petersburgo", añadió.
El ingeniero señaló que ambas ciudades son objetivos más difíciles debido a las defensas aéreas estratificadas: "Hay tres anillos de defensa aérea en Moscú. Los rusos no solo utilizan radares para la detección, sino también micrófonos instalados en torres de telefonía móvil y muchas otras soluciones".
Según el diseñador, la inmensidad del territorio ruso constituye su "punto débil", pues permite encontrar trayectorias seguras de vuelo. "Si eligen cierta banda de altitud... Si volamos justo sobre un Pantsir, claro que nos derribarán; puede reaccionar. Si ese Pantsir está a uno o dos kilómetros de distancia, no pasará nada si vuelan a cierta altura", afirmó.
Producción, elogios y sospechas
El misil Flamingo, fabricado por la empresa ucraniana Fire Point, ha sido objeto tanto de elogios como de controversias. El 17 de agosto, el fotógrafo de Associated Press Efrem Lukatsky difundió imágenes del misil, asegurando que ya se encontraba en producción en serie y que su alcance supera los 3.000 kilómetros. De acuerdo con el medio especializado Defence Express, su ojiva sería el doble de potente que la de un Tomahawk y podría alcanzar una velocidad de hasta 950 kilómetros por hora.
El propio Zelenski calificó al Flamingo como "el más exitoso" de todos los proyectos armamentísticos actuales de Ucrania y anunció que su producción masiva comenzará a principios de 2026. Según Associated Press, Fire Point produce actualmente un misil al día, con el objetivo de llegar a siete unidades diarias en el futuro.
No obstante, el rápido desarrollo del misil ha despertado sospechas. El 29 de agosto, Kyiv Independent informó de que detectives de la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU) investigan si Fire Point infló los costes de componentes o exageró la cantidad de drones entregados al Ministerio de Defensa. El medio también señaló posibles vínculos de la empresa con Timur Mindich, copropietario del estudio Kvartal 96, fundado por Zelenski antes de ser presidente.
Aunque NABU negó estar investigando específicamente el misil Flamingo, las acusaciones se intensificaron tras las declaraciones del oficial Yuriy Kasyanov, del Servicio Estatal de Guardias Fronterizos, quien aseguró que su unidad fue disuelta por orden del jefe de la Oficina Presidencial, Andriy Yermak, y que era "testigo clave" en el caso Fire Point.
"Cuando surgieron detalles sobre Fire Point, escribí a la compañía diciendo que su dron en realidad cuesta tres veces menos de lo que el Estado lo está comprando", denunció. Además, consideró sospechoso que el misil se desarrollara "en nueve meses, cuando los plazos más cortos para misiles similares en otros países van de seis a doce años".
En un contexto en que Ucrania busca equilibrar la dependencia de la ayuda extranjera con el desarrollo de su propia industria militar, la doble apuesta por los Tomahawk y el Flamingo refleja tanto la ambición como los desafíos de un país que libra una guerra prolongada mientras trata de mantener la confianza de sus aliados.
