Diego Martínez Gómez, analista: "El servicio militar puede asegurar una reserva de ciudadanos entrenados para momentos de crisis"
El investigador advierte que la 'mili' "no puede ni debe tratar de sustituir a las Fuerzas Armadas profesionales".

La guerra de Ucrania ha despertado el temor en gran parte de Europa a que, a medio plazo, La OTAN pueda verse inmersa en un conflicto militar directo contra Rusia. Buena prueba de ello es que los países europeos han incrementado de forma considerable la cantidad de recursos económicos que destinan a la defensa.
Más allá de la adquisición de armamento militar, varios de los países miembros de la OTAN se están centrando en tratar de preparar a las nuevas generaciones para una potencial guerra a través de, por ejemplo, la recuperación del servicio militar (aunque de forma voluntaria).
En Alemania existe un proyecto de ley cuyo objetivo es instaurar una 'mili' para 2026. Y la pasada semana, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció la puesta en marcha de un servicio militar voluntario para miles de jóvenes a partir del verano de 2026. En el caso francés, esa nueva 'mili' tendrá una duración de diez meses y quienes la realicen recibirán unos 800 euros mensuales.
Estos movimientos en Europa están haciendo que en España se reabra el debate acerca de si sería conveniente que el país recuperara la 'mili' (aunque fuera sin contar con ese componente de obligatoriedad de hace décadas).
En ese sentido, El Confidencial Digital ha tenido acceso a un documento del Estado Mayor de la Defensa publicado en el mes de octubre en el que Diego Martínez Gómez, investigador del Real Instituto Universitario de Estudios Europeos (Universidad CEU San Pablo), habla acerca de la posibilidad del retorno del servicio militar.
Tras realizarse un análisis de las particularidades de los servicios militares vigentes en Finlandia, Suecia, Noruega, Suiza e Israel, Diego Martínez Gómez señala que el servicio militar debe entenderse como "un complemento que refuerce la capacidad de respuesta ante crisis de alta intensidad, de carácter militar o no y proporciona una reserva entrenada sin los costos de mantener un ejército de gran tamaño en tiempos de paz".
Según el analista, el servicio militar "no puede ni debe tratar de sustituir a las Fuerzas Armadas profesionales" sino que tiene que ser una herramienta para contar con "una reserva de ciudadanos entrenados capaces de contribuir a la resiliencia nacional en momentos de crisis".
