El agricultor deja sandías sin vigilancia como experimento y al día siguiente se encuentra con una doble sorpresa
“Toma una sandía y deja una donación. Será entregada al refugio de animales”.

Un gesto sencillo, pero cargado de simbolismo, ha conquistado a los habitantes de Calamandrana, en la provincia italiana de Asti. Alessandro Solito, agricultor de la zona, puso en marcha un experimento social que consistía en vender sus sandías sin vigilancia, confiando plenamente en la honestidad de quienes se acercaran al puesto. El resultado fue todo un éxito: en apenas un día recaudó 140 euros, que destinó íntegramente a un refugio de animales.
La idea surgió durante un viaje con su pareja a Islandia. Allí, Alessandro observó que muchos agricultores colocaban sus productos en la carretera con una simple caja para dejar el dinero, sin supervisión alguna. "Me impresionó la confianza que se transmitía", explica el agricultor, "y pensé que podría replicar la experiencia en mi propio pueblo, pero utilizando sandías".
Convencido, decidió organizar la iniciativa el 14 de agosto. Preparó un pequeño puesto junto a su finca, dejó varias sandías frescas y colocó una hucha con un cartel que decía: “Toma una sandía y deja una donación. Será entregada al refugio de animales”.
Alessandro admite que algunos amigos le aconsejaron vigilar el puesto de vez en cuando, por miedo a que alguien se llevara el dinero sin pagar. Sin embargo, quiso mantener la esencia de la propuesta: probar hasta qué punto la gente respondería con honestidad. Así, se marchó y dejó que el experimento siguiera su curso.
Cuando regresó al día siguiente, poco después del mediodía, se encontró con una doble sorpresa. Por un lado, todas las sandías se habían agotado. Por otro, la hucha estaba llena con donativos que sumaban 140 euros, un “botín” que superó con creces sus expectativas.
La historia, difundida en redes sociales locales, se convirtió rápidamente en un ejemplo de civismo y solidaridad. Tal y como explica el diario italiano La Stampa, vecinos y usuarios de internet aplaudieron la iniciativa, destacando que aún existen gestos de confianza que sacan lo mejor de las personas.
Para Alessandro, lo más importante no fue el dinero recaudado, sino la confirmación de que su comunidad respondió con responsabilidad y generosidad. "Lo hice por curiosidad, pero también por una buena causa. Estoy feliz de que la gente haya confiado y, sobre todo, de poder ayudar a los animales del refugio", concluyó.
