El testamento de una mujer fallecida en 2015 ha sido declarado nulo tras varios años de pugna judicial entre sus dos hijos. La historia se remonta a 2013, cuando la anciana fue diagnosticada con Alzheimer y pese a ello, un año más tarde, cuando ya presentaba "un diagnóstico de deterioro cognitivo moderado mixto neurodegenerativo-vascular" debido a la enfermedad, cambió el testamento.

Según el nuevo escrito, la herencia sería íntegramente para uno de sus dos hijos, al que le asignó como único y universal heredero. Esto no fue aceptado por el otro hijo, que inmediatamente se dirigió a la justicia para reclamara lo que consideraba que era suyo y también de su sobrina, hija de un tercer hermano fallecido y nieta de la anciana también desaparecida.

En la denuncia, la defensa del demandante alegó que el cambio de testamento se produjo "por falta de capacidad del testador". Así, el Juzgado de Primera Instancia nº21 de Madrid dio la razón al reclamante, anuló el último testamento y le devolvió la validez al testamento anterior.

En la impugnación del escrito se puede leer que "María (nombre ficticio), cuando otorgó el testamento de 2014, no regía bien. De hecho, fue Manuel quién forzó con ir a notaría. Y luego, al sentirse mal, renunció a la herencia".

Por suerte para el demandante, la juicio fue rápido y la sentencia no tardó en darle la razón ya que los hechos eran fácilmente acreditables y todos se encontraban perfectamente documentados con informes médicos, sentencias de incapacitación, etc.

Todo ello le aseguró una victoria en el juzgado, tal y como especifica la sentencia. Así, los tres herederos (ambos hijos y la nieta) recibirán un tercio de la herencia en cuestión, ya que se le devuelve la validez al testamento firmado por María en 2003.

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