José Manuel Arias, el dueño del bar de un pueblo de León que lleva hechos más de 1.000 bocadillos para los bomberos
Su establecimiento Los Molinos, de Villablino, no descansa desde que el pasado 8 de agosto empezara la trágica oleada de incendios en la provincia.

El pasado 8 de agosto José Manuel Arias, el dueño del restaurante hamburguesería Los Molinos de Villablino (León), recibió la primera llamada para encargar un pedido de bocadillos para los bomberos forestales que estaban batallando contra el fuego en la región. Desde entonces, su rutina diaria casi se ha basado en realizar estos bocadillos para todos los profesionales que están luchando contra las llamas que están asolando a todo León.
"En estos diez días he pasado la cifra de los 1.000 bocadillos. He hecho para todos los sitios de León y hasta hemos entregado a Asturias, algo que nunca me había pasado", comenta Arias en una conversación telefónica con El HuffPost.
Para ese pedido, que fue de 50 bocadillos, comenta, un brigadista de su pueblo le llamó porque era más fácil llegar hasta ahí que a Cangas del Narcea y le dijo que sí. "Hasta me ayudaron a envolverlos", detalla este leonés de 46 años.
El hostelero, que está en el bar junto a su mujer, su madre y sus dos hijos, explica que esta no es la primera vez que trabaja con los bomberos y que lo hace habitualmente con encargos de la Junta de Castilla y León: "Normalmente cuando hay un incendio pequeño en esta zona me llaman porque las brigadas quieren bocadillos nuestros porque los hacemos grandes y contundentes".
A él, aunque ahora los da gratis a los bomberos que vienen a recogerlos, se los paga a posteriori la Junta. "A mí toda la vida me los ha pagado, ha podido tardar dos o seis meses o incluso un año porque eso lleva una burocracia, pero me los pagan. Siempre me llama un jefe de servicio que viene con el consentimiento de la Consejería de Medioambiente, me encarga los bocadillos, me hago un parte, el agente forestal que viene a buscarlos me trae otro parte y lo firmo", enumera sobre el proceso.
Sin embargo, la situación extremadamente crítica en la que está la provincia de León en la actualidad ha hecho que esa burocracia no exista o no esté tan clara. "Me llaman y me piden 150 bocadillos para un incendio y a veces es que casi no sabe cuál es ni quién me viene a buscarlo. Los estamos haciendo a ciegas. Este domingo, por ejemplo, hice 220 para Villafranca del Bierzo, que está a 100 kilómetros... O los de Asturias, es que hay mucha demanda", relata Arias, que añade que cada unidad forestal acostumbra a tener un establecimiento de confianza en la región.
Por eso, cuando los cobre puede perder alguno porque se haya traspapelado, pero insiste en que ni mucho menos son gratuitos: "No sé si algún día cuando los vaya a cobrar dirán que se han hecho 700, pero que solo hay apuntados 600 y esos 100, por ponerte una cantidad, se pierden, pero yo estoy tranquilo porque los he hecho con el corazón".
"Yo no tengo donde aferrarme mañana si me dicen eso porque en otras ocasiones sí que estaba clara la cantidad y ahora los estoy haciendo sin algo para agarrarme el día de mañana, pero espero que la voluntad de todos sea la de pagarlos igual que lo han hecho siempre. Toda la vida la administración me los ha pagado en tiempo y forma", sentencia Arias.
Además de los bocadillos, que los hace de ternera, lomo adobado, cecina, chorizo, con pimientos, ensalada, tortilla o hasta vegetales dedicados a los musulmanes, el menú que entrega también va acompañado de una botella de agua grande y de una pieza de fruta. Todo ello por el precio de unos 12 euros aproximadamente. "Son casi para comer en dos veces y el alimento de un día entero", afirma.
Disponibilidad 24/7
Arias, que mañana iba a empezar sus vacaciones, ya avanza que igual no las puede tener enteras y que, como va a estar en el pueblo, va a mantener la disponibilidad que ha tenido durante todos estos días.
"Mañana cierro por vacaciones, pero si me llaman y me dicen que quieren me pongo y los hago, estoy 24 horas siete días a la semana. No hay que ser egoísta cuando se están dejando todo contra el fuego", asegura.
"Si me llaman a las 23, llamo al panadero para que me haga una hornada y tenemos los bocadillos hechos a las 2. También a la carnicera para que me corte toda esa cantidad de carne, pero siempre los tengo listos", apunta.
Eso sí, Arias es de momento el que tiene que adelantar todo el dinero: "Ayer por las barras de pan pagué más de 300 euros, pagué las aguas grandes y hasta llamé a un amigo que tiene un almacén de fruta y juntamos 200 piezas de frutas de todo tipo, que eso un domingo no te creas que es fácil".
Al final, como remata, intenta dar el mejor servicio posible a todos aquellos profesionales que se están jugando el tipo intentando apagar las llamas que están quemando León.
